Gonzalo Gallo


Cada día que saludo es una oportunidad que tú me regalas, Señor, para vivir con fe, amor y bondad. Son las virtudes que necesito y que me llevan a convivir en paz y entenderme con todos.
Si aprecio la humildad puedo desterrar la soberbia y actuar siempre como instrumento tuyo.
Una lección que entendió con claridad Francisco de Asís. Oh Dios, cuando actúo como instrumento divino, el orgullo se desvanece. Cuando amo y confío, los temores se disipan.
María de Nazareth me enseñas a hacer siempre la voluntad divina sin intereses egoístas y resabios inútiles.
En la misión el amor es exigente y en la vida hay sacudidas y pruebas que parecen insufribles. Pero el amor todo lo supera.
María, José y Jesús lo vivieron desde un sucio pesebre hasta la desolación de una cruz y nunca sucumbieron al desespero.
Mi desafío es amar de verdad, es vivir siempre conectado contigo Dios como lo hizo María. Gracias por amarme sin medida y por tantas bendiciones.
@gonzalogallog
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