Estimado Juan José:
Creo que tú has sido testigo del interés que de años atrás he mantenido por la cultura Maya, pues como bien sabes es gracias a ella que hoy nos son familiares un cúmulo de disciplinas que estos naturales de nuestra américa manejaron con increíble solvencia desde su aparición en el año 1800 A.C. hasta su misterioso colapso en el siglo IX de nuestra era.
Tratando de encontrar referencias a la relación que esta cultura ancestral mexicana pudiera haber tenido con la tauromaquia me encontré con que sus integrantes practicaban una actividad con Toros que bien podríamos llamar la “Corrida Maya”, de la cual te hablaré en otra oportunidad, pues también me “topé” con una, para mí, impensada curiosidad, que proviene de una llamativa teoría impulsada por un joven antropólogo y etnólogo francés llamado Frédéric Saumade.
Habla monsieur Saumade de algo sobre lo cual, para serte franco, yo nunca había meditado y es que en Europa existieron diversas tradiciones taurinas con personalidad suficiente para dejar huella en la historia, y de hecho se dieron con tal intensidad que permitió que fuesen consideradas como tauromaquias válidas. Estos fenómenos se presentaron en Portugal, Aragón, Navarra, Valencia y que aunadas a las tradiciones Camarguesa y Landesa conformaron las, por llamarlas de otro modo, escuelas del toreo que estuvieron vigentes en la Europa de la antigüedad. Y de hecho algunas subsisten hoy.
Es un hecho que fue la invasión hispana la que trajo la ganadería a estas tierras y que con ella llegó la tradición taurina al nuevo mundo; también lo es que la mayoría de conquistadores españoles provenían de Castilla, Extremadura y Andalucía. Dice la teoría que hoy nos ocupa que “Si bien la Fiesta brava contemporánea es el resultado de un largo proceso histórico en el que se perfilan diferentes tradiciones, escuelas o tauromaquias, una de ellas, la de Andalucía, se habría de convertir en la fiesta nacional hispana y se impondría como la hegemónica en España y en las colonias que componían su imperio”. Por eso, mi querido Juan José, la Fiesta que a nosotros llegó fue la Andaluza y nunca tuvimos influencia de una diferente a pesar que muchos de los invasores provenían de otras provincias, que si bien también eran taurinas, su fuerza no llegó a ser suficiente para imponerse en todos los reinos de la península Ibérica. Ergo, si aceptamos el punto de vista de Frédéric parece ser que fue esta última región de la península la que aportó la cultura del Toro al nuevo mundo.
Y manifiesta el antropólogo francés algunas diferencias entre las diversas tendencias taurinas europeas anotando que una de las particularidades de esta tradición andaluza es la muerte pública del toro y la celebración de la faena individual por el matador de turno. ¿Te suena que la realidad sea la que plantea el francés, estimado Juan José? Ahí te dejo esa inquietud para que la medites durante esta temporada de descanso y reflexión. Recibe un abrazo de tu amigo.
El Fraile.
Añadidos. A) Es una pena ver como día a día los que fueron barrios residenciales de esta bella y amable Manizales se han convertido en tugurios colmados de tenderetes, chicherías o tianguis como les dicen por otros rumbos, ínfimos en tamaño y aspecto, devolviéndole el aire pueblerino a una ciudad cuyos moradores, en algún momento, habían querido dejar ese concepto atrás. ¿No existe en la ciudad una autoridad o una entidad de “Mejoras y Ornato”, como la hay en otros lugares, que controle la proliferación de usos impropios en los barrios residenciales? B) Chente: por algo sería que Nuestra Señora de Coatlaxopeuh del Tepeyac te llamó en su día.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015