Flavio Restrepo Gómez


La “chachara” escrita en el plan de desarrollo es algo lleno de generalidades, títulos rimbombantes sin contenido que no responden a las necesidades de la ciudad.
Marín lo llamó: “La Manizales más grande”. Son 5 estrategias y 26 programas. El plan para ejecutarlo está pendiente. Marín y su gabinete tienen hasta el 4 de septiembre para presentarlo a la ciudadanía.
Las estrategias: “1. Ciudad del desarrollo humano con equidad (8 programas); 2. Ciudad competitiva con empleo e innovación (5); 3. Ciudad conectada (8); 4. Ciudad sostenible y resiliente (3); 5. Gobernanza con transparencia (2)”.
Entregará participación y saldará deudas políticas con 26 programas que apoyarán las estrategias en que basa su gobierno. ¿Por qué eso? Porque concedió todas las propuestas durante la discusión del Plan, prometiendo crear “programas”. ¿Fomentar la burocracia y favorecerlos?
5 estrategias soportadas en 4 pilares: “1. Territorio; 2. Conectividad; 3. Sociedad; 4. Empleo”. El covid solo se menciona en el artículo 4 del proyecto. En el 26: “Justificación para un cambio en la estructuración de la administración” para cambiar planta de empleados y funciones en Assbasalud y el Geriátrico.
Dice que la solución al desempleo y caída del PIB de la ciudad es transversal en todas las estrategias, ¿Cómo? Que su Plan de Desarrollo permitirá reactivar la ciudad.
Contra el covid habla de 4 fases: “Aislamiento, atención, emergencia y recuperación”. Una reactivación y rescate con la línea Bancoldex que ha dado el gobierno.
Sobre la recuperación, dice “se hará con obras públicas” (¿cuáles?); promoción del turismo; aumentar 10% actividades de economía naranja; apoyar 250 unidades empresariales familiares y comunitarias; aumentar 10,5% la natalidad empresarial (hoy lo importante, es mantener vivas las existentes); aumentar en 6% la participación en el mercado de las medianas y grandes empresas (¿cómo?); crear una línea de apalancamiento financiero (¿con quién, cómo?).
Este plan de desarrollo no aborda con juicio y seriedad los problemas grandes que afronta la ciudad desde hace una década: desplazamiento forzado y violento que sufrieron los habitantes de la comuna San José. No hay estudios ni evaluaciones serias sobre la suerte de los desplazados, ni la calamitosa situación que viven los actuales habitantes de la comuna.
Dedica un párrafo a la comuna San José, no dice nada concreto, ni se compromete con uno de los mayores problemas sociales de Manizales. No hay metas, ni propuestas concretas. El artículo 31, Proyectos Estratégicos: SIT (Sistema Integrado de Transporte); Aeropuerto del Café; Planta de tratamiento de Aguas residuales; renovación Plaza de Mercado; Centro logístico Km 41.
El artículo 32 le autoriza realizar créditos, contratos, empréstitos y pignoraciones de la renta para financiar el plan de desarrollo (máximo 25.000 SMMV hasta el 31 de Diciembre). Polémico y debatido, inicialmente lo pasó sin límite de cuantía. Los contradictores le recordaron la discusión que tuvo siendo concejal. Cardona pidió aprobación de esas mismas atribuciones, Marín puso frente a su puesto en el concejo un gigantesco cheque en blanco. Pretendió hacer lo mismo y le sacaron lo del cheque que tanto criticó.
El artículo 33 autoriza al alcalde para realizar APP sin pasar por el Concejo. El Plan no es claro, no muestra rumbo, no hay una ruta delimitada. No se integra con el desarrollo que traía la ciudad, no hay un norte. No está orientado a responder a las nuevas realidades del país. Pequeñas metas inconexas que de cumplirse, beneficiaría a pequeños grupos poblacionales. ¿Pretende armar un grupo que se tome el Partido Verde, antiguos militantes del Lizcanismo?
El Plan no considera estrategias macro. Las hay departamentales como Aerocafé, Km 41. No cuenta con mecanismos que permitan su evaluación y seguimiento. Lo admiten en el artículo 27, comprometiéndose a brindar mecanismos para hacerlo a futuro.
Marín es gaseoso, etéreo, megalómano y grandioso; mentiroso, poco aterrizado, sin principios de realidad. Ese plan de desarrollo es para una ciudad sin problemas, con las necesidades básicas satisfechas. “Creación artística” de esta “economía naranja”. Vender “ideas creativas y culturales” transformándolas en bienes y servicios.
El Plan de desarrollo ni siquiera contempla los problemas sociales que tenemos hoy; es para una Manizales en una realidad paralela, la de Carlos Mario Marín, donde él juega a ser el alcalde y reclutará a quienes lo apoyaron en su ambición al Senado, después jugará a la candidatura para la Presidencia de la República. Una película de ficción, anclada en bufonadas mentales.
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