Fanny Bernal Orozco
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-¿Ha pensado usted, amable lector en el cansancio de los profesionales de la salud y demás
personas que trabajan en estas entidades?
-Durante los meses que llevamos en pandemia, ¿ha imaginado como se sienten ellos ante la
enfermedad, el dolor, el sufrimiento, la muerte?
La fatiga compasional, es descrita por McHolm (2006), como el agotamiento emocional, físico, social y espiritual que se apodera de una persona y provoca un descenso generalizado de su deseo, capacidad y energía de sentir y tener la energía para ayudar a otros.
Por otra parte la compasión es una virtud que cuando se cultiva se teje con valores y emociones positivas para ayudar a otras personas que se encuentran en situación de pérdida, dolor o sufrimiento.
También va de la mano de la empatía, la bondad, la solidaridad encaminadas a acompañar, consolar y aliviar, tareas que generan cansancio y desgaste de energía, por ello quienes trabajan con personas enfermas, las cuidan, las escuchan y se preocupan por su bienestar, por sus quejas y necesidades, pueden comenzar a vivir una serie de síntomas tanto físicos como emocionales que alteran y afectan de manera negativa su vida cotidiana y laboral.
Una profesional de la salud, que trabaja en un hospital afirma: “En todos mis años, jamás había vivido tanto cansancio y ver sufrir a los pacientes me ha afectado el sueño, no me alimento bien y tampoco descanso lo suficiente, sumado a esto no tengo con quién hablar, en mi casa hay otro enfermo lo que altera más mis nervios. A veces quisiera gritar, llorar o salir corriendo”.
Tantas historias y tantos dolores, dan origen a cambios en la salud física y emocional, que pueden comenzar con respuestas de irritabilidad, sentir que la vida no tiene el mismo sentido, desasosiego, dificultad para realizar las labores diarias, estrés y ansiedad constantes, apatía, tristeza, llanto, pobre motivación y dificultad para pedir y recibir ayuda.
Las tareas de autocuidado físico y emocional son fundamentales para los profesionales y cuidadores, que día a día están expuestos a corroborar la fragilidad de la salud y de la vida.
Nota: Muchas felicitaciones a LA PATRIA, a sus directivas, empleados y columnistas por cumplir 100 años de información y haciendo historia. Sea además la oportunidad para expresar mi gratitud por permitirme de manera generosa desde finales del 2006 formar parte del Periódico de casa.
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