Esteban Jaramillo
@estejaramillo
Recordando el partido anterior, del miércoles pasado.
Nacional desplumó al Tolima, se echó el título al bolsillo, a falta de un partido, marcó diferencias en el resultado, goleó con categoría, con especial protagonismo de Jeison Candelo, alucinante en dos de los tres goles conseguidos.
El verde aprovechó espacio y pelota, generosamente cedidos por un rival incapaz de desplegar sus probadas habilidades. Pasivo fue el repliegue del Tolima, que sumó hombres en zona defensiva, cuando el resultado no lo apabullaba, pero sin agresividad a la hora de ir por el balón.
Candelo demostró, en las jugadas chispeantes que lo exaltaron, que el balón profundo, distante de la portería, con exquisito golpeo y excelente visión del juego, es tan valioso para llegar al gol, como el pase y la jugada elaborada.
Lo propio ocurrió con Giovanni Moreno, en el crepúsculo de su fútbol, para el broche de oro en el resultado, en la jugada que antecedió a la finalización de Andrade, con delicioso pase en corto, de Sebastián Gómez.
En la cabeza del arriero, Hernán Darío Herrera, técnico antioqueño, hubo mayor claridad conceptual. Sus relevos, fueron oportunos y trascendentes, especialmente el de Andrade, cuando sumó fútbol a su medio campo y eliminó a Duque, un atleta tapón.
Dominó el partido desde el uso del espacio, la pelota y la relevancia de sus jugadores experimentados.
Las sustituciones de Hernán Torres, el rival, acrecentaron el caos. Extraño en él, acostumbrado a darle vuelo a su equipo, en momentos cruciales, aunque justo es afirmar que su proyecto se arruinó, por el portero Domínguez, quien pareció un aprendiz.
Nunca, el Tolima, definió la importancia y los momentos de pasar o conducir, donde presionar, como hacerlo y la mejor manera de articular el juego, para anotar. Para colmo, Anderson Plata, punzante extremo, el goleador, se marchó por lesión, lo que desdibujó la ofensiva de su equipo.
Ibargüen, Orozco y Hernández estaban en otro mundo, en el Tolima, cuando la pelota, cerca de ellos, impulsada con magia, precedió los goles de Nacional.
Llega el Verde al cierre con la moral en alto, lleno de confianza, con el resultado a favor, apoyado en su oficio y su experiencia.
Tolima con su lema "retroceder, no rendirse", prepara su operación rescate, con la corriente en contra, por el amplio marcador.
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