No tengo el gusto de conocer a la ministra de Educación, Dra. Maria Victoria Angulo, pero tengo una muy buena opinión sobre la gestión desarrollada por ella, pese a que le ha tocado enfrentar el descarado atraco cometido por el corrupto Emilio Tapias  al Ministerio del Mintic a  través de su empresa Centros Poblados, que se suponía debería haber dotado del servicio de internet a un grán número de las escuelas ubicadas en las regiones más apartadas de país, lo cual habría sido de gran ayuda para mejorar notablemente el nivel educativo tanto de los niños que asisten a esas escuelas, como de la gran mayoría de sus profesores, si es que los tan politizados líderes sindicales de Fecode no les da por oponerse, como han venido haciéndolo durante varios años, inclusive contra todo lo que signifique evaluar su propio progreso.
Pero el motivo de este mensaje es hacerle a la sra. ministra una cordial invitación para que la próxima vez que visite a Cali, le destine un par de horas para conocer el Colegio Insa, ubicado en el distrito de Aguablanca, en el cual estudian un poco más de 700 niños de los estratos más populares de esa zona, pero lo increíble es que cuando uno conoce esa Institución, llega a pensar que está en otro país, ya que sus instalaciones son muy bien mantenidas y escrupulosamente limpias. Desde kínder los niños aprenden a hablar inglés, en grado sexto latín y a partir de séptimo grado pueden escoger libremente un tercer idioma entre francés, mandarín, o italiano.  
Esa ejemplar institución esta regentada por el padre Francisco Amico, ciudadano norteamericano de ancestro italiano, quien llegó a Colombia hace 34 años, con otros cinco religiosos de la Comunidad Basiliana, con la misión de desarrollar un colegio para las clases menos favorecidas y por fortuna nuestra se radicaron en Cali, pero a los pocos meses el padre Francisco fue secuestrado por el ELN y permaneció en cautiverio varios días. Cuando lo liberaron su comunidad daba por sentado que se regresaría a EEUU, pero él decidió que Cali era en donde más lo necesitaban y allí se quedó.
La Arquidiócesis de Cali le asignó unas instalaciones en el barrio Andrés Sanín, del Distrito de Aguablanca y con los padres Eduard Padilla, Rafael Lopera y Roberto Seguin y con otros colaboradores fundaron en 1992 el Colegio Insa para niños y jóvenes de estratos 1 y 2, con un objetivo claro y contundente: mostrar que los niños de escasos recursos pueden alcanzar un futuro promisorio con educación de calidad. 
Aproximadamente el 80% de los estudiantes que allí se gradúan entran a las mejores universidades públicas y privadas, por medio de becas que obtienen por su alto nivel académico.
Gracias a su conocimiento del idioma mandarín, la estudiante del Insa, Tatiana Cardona, fue seleccionada por el Icetex para realizar su pregrado en China y ahora es la profesora de ese idioma en el Insa.
Estoy convencido Sra. Ministra de que si usted conoce esta Institución, quedará convencida que es el modelo a seguir para mejorar la educación pública en Colombia, con cero corrupción y con niños bien alimentados. Pero lo increíble es que esos sacerdotes logran ese milagro sin recibir un peso del erario público.