No logro entender el revuelo que provocó hace un par de semanas la actualización de las políticas de WhatsApp, cuando la empresa del señor Mark Zuckerberg anunció de manera formal, lo que probablemente muchas aplicaciones vienen haciendo desde tiempo atrás e incluso su emporio conformado por Facebook, Instagram y WhatsApp. Acá les pregunto: ¿Cuántas políticas de privacidad de apps han leído?
Yo me declaro irresponsable porque solo lo he hecho con la de Corona App, y eso por considerarlo un tema de salud pública. De ahí en adelante instalo las aplicaciones que me resultan convenientes y que en la mayoría de los casos descargo “gratis”; pero tengan presente que cuando algo es gratuito es porque uno es el producto. Como decían las abuelas: “De eso tan bueno no dan tanto”.
Recordemos el escándalo de la firma consultora política Cambridge Analytica en las elecciones del 2016 de Estados Unidos, cuando Facebook aceptó haber entregado la información de 50 millones de cuentas a la campaña de Trump, detrás de un inocente test de personalidad que abrió la puerta para tener información del 15% de la población de USA, identificando qué tan proclives podrían ser estas personas a las noticias falsas, incidiendo en el resultado electoral.
Ahora pensemos en casos más cotidianos y cercanos, si usted alguna vez se ha divertido en Facebook viendo a qué famoso se parece, o como se verá cuando envejezca, o ha jugado con un test de inteligencia o de amor, entre tantos, usted ha entregado sus datos a un tercero.
Generalmente esto ocurre con fines publicitarios y en lo personal considero que representa una ventaja, yo sí prefiero que la pauta que me llegue sea acorde con mis intereses. A esto apunta el negocio de los datos, a ofrecer una publicidad hipersegmentada.
También les pregunto si les ha pasado que hablan de algún tema en el sitio donde se encuentren: casa, trabajo, incluso en sus conversaciones de WhatsApp y al minuto siguiente como una “coincidencia” ven justo un anuncio relacionado con su conversación en Facebook o Instagram. Sencillo, las apps tienen más información nuestra de la que imaginamos, nos tienen chuzados.
Mi consejo es que en lugar de rasgarse las vestiduras con la actualización anunciada, desinstalando WhatsApp e instalando Telegram o Signal, sin haber leído sus políticas seguramente, revisen la configuración de las apps, incluyendo el acceso de las aplicaciones de terceros. Particularmente para las cuentas de Google hacer la revisión en https://myaccount.google.com/
Yo por mi parte me quedo en Whatsapp, porque soy consciente de que la única manera de no estar expuestos y de no tener la privacidad vulnerada, ni de dejar huella digital, es estar desconectados del mundo digital. Por otra parte la masa crítica que tiene WhatsApp, 2.000 millones de usuarios en el mundo y 34 en Colombia, está lejos de ser alcanzada por Telegram o Signal.
Las filtraciones de datos y los problemas de seguridad, no son de ahora, si quiere conocer una infografía con las más grandes de este siglo vaya a https://www.informationisbeautiful.net (https://cutt.ly/Jkqo2Xq)
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