Elizabeth Ortiz Palacio
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Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co
La probabilidad de presentar diabetes tipo II aumenta con ciertos hábitos relacionados con el estilo de vida y la alimentación. Dentro de los diferentes factores de riesgo, hay algunos que afectan en mayor medida. Se hace importante cambiarlos; la prevención de esta enfermedad depende de la toma de conciencia.
Las costumbres más inadecuadas son:
1. El consumo de azúcar
Es el principal factor de riesgo y es el hábito que más influye en su descontrol, una vez se instaura la enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre el consumo de azúcar, porque esta no solo es perjudicial para las personas diabéticas, también lo es para las sanas. Enfatiza que la cantidad máxima recomendada es del 10% de las calorías diarias. La ingesta de este producto tiene efectos poco deseables a nivel fisiológico. Es altamente adictiva.
2, Bebidas azucaradas
Los refrescos suponen otro factor de riesgo, pues generan una mayor subida de la glucosa. La cantidad de azúcar que contienen estas bebidas y las energéticas es muy alta. Nunca son una elección saludable.
3. Productos ultraprocesados y refinados
Los productos ultraprocesados y refinados tampoco son buenos. Muchas empresas han decidido virar sus estrategias y ofertas al elaborar productos sin azúcar, pero no por esto son saludables. Los refinados igual producen subidas de glucosa en sangre: comidas precocidas congeladas, harinas o bebidas exentas de azúcar. Esto se debe a que usan otros ingredientes como almidones o harinas. Estos subproductos se digieren de una manera muy rápida, es como si se estuviera consumiendo azúcar. Aquí también hay que contar los refrescos light o cero azúcar, aunque sean acalóricos, acostumbran al sabor dulce y alteran los mecanismos de recompensa.
4. Aumento de peso
Independientemente del tipo de alimentación que se esté siguiendo, la grasa corporal ejerce no solo funciones de reserva energética; también tiene efectos hormonales que pueden desencadenar una respuesta inflamatoria que aumente el riesgo de padecer un síndrome metabólico. Cuanto mayor es el peso, la tolerancia a la glucosa disminuye y resulta más complicado regular sus niveles en sangre. De hecho, la perdida de peso es una de las primeras estrategias para mejorar el control de la diabetes.
5. Sedentarismo
Para la prevención de la diabetes, la actividad física es uno de los hábitos más importantes. Mejora la composición corporal y, con ello, reduce la cantidad de grasa y aumenta la masa muscular. La actividad física utiliza los depósitos de azúcar y glucógeno como combustible y, a nivel hormonal, mejora de forma drástica la salud.
* Nutricionista y dietista clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Educadora acreditada en diabetes.
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