Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co

Durante los viernes que se dan entre el miércoles de ceniza y la Semana Santa se realiza la abstinencia de carnes rojas (res o cerdo), hecho que ha motivado a crear durante siglos innumerables platillos con base a otros alimentos. Es así como la cuaresma -como se le llama a ese tiempo- trae una nueva dieta.

Dicha tradición ha influido en el recetario de los pueblos que acogen la fe cristiana. Antes se hacía el ayuno, práctica que consistía en comer una vez al día prohibiéndose la ingesta de todo alimento de origen animal o lácteos. En nuestro país contamos con muchas alternativas, lo que aumenta las posibilidades y da una gama casi ilimitada de sabores.

La abstinencia de cárnicos no es significativa cuando la persona no los consume por la circunstancia que sea o lo cambia por otro alimento del mismo grupo con un aporte nutricional y características similares. A esto se le llama intercambio de alimento.

Consumir pescado en esta temporada es ventajoso, ya que es un alimento bajo en grasas saturadas y tiene Omega 3. Su valor nutricional lo convierte en un aliado de la salud cardiovascular. Vale señalar que para los procesos digestivos es ideal, por su contenido menor en tejido conjuntivo. Su colágeno no es tan rígido como el de la carne roja y es más sensible al calor de la coción.

La cantidad de grasa en este alimento es muy variable, depende de la especie como de la edad: entre más tiempo de vida más grasa. También es muy beneficioso en los sistemas nervioso, inmunológico y circulatorio. El consumo del pescado azul (salmón, atún, sardinas) se recomienda dos veces por semana.

Aproveche esta temporada para conocer y disfrutar nuevos platos que -además de nutritivos- brindarán al paladar una experiencia inolvidable.

* Nutricionista y dietista clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Educadora acreditada en diabetes.