Efraim Osorio


No hay ‘verdades de a puño’, ni mentiras así ni, para el caso, nada, pues la expresión ‘de a puño’, que nada expresa, se la inventó quizás un orador en el momento más emotivo de su oración, o un político en el pasaje más acalorado de su catilinaria. El editorialista de El Tiempo ‘comió cuento’ y la empleó en la siguiente advertencia: “… al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, le va a quedar muy difícil desconocer dos verdades de a puño…” (23/7/2017). La locución original, vieja de más de tres siglos, es ‘como un puño’, enunciada también así: ‘como puño’ o ‘como puños’. Don Vicente Salvá (s. XVIII), filólogo, la define de esta manera: “Locución con que se pondera que una cosa es muy grande entre las que regularmente son pequeñas; o al contrario, que es muy pequeña entre las que debían ser grandes; y así se dice: un huevo como un puño, un aposento como un puño. En el primer sentido se dice traslaticiamente de las cosas inmateriales, como mentira como un puño”. El redactor del editorial citado debió escribir “dos verdades como un puño” o “como puños”, a saber, verdades tan grandes, tanto, que son irrebatibles. Es, pues, una locución que enfatiza lo que con ella se expresa.
* * *
Casi todos los significados que tenía el verbo ‘frisar’ son hoy historia, quiero decir, anticuados. Su acepción primaria de verbo transitivo es ésta: “Levantar y rizar los pelillos de algún tejido”. Significa también “refregar”. Como verbo intransitivo, quiere decir “aproximarse, acercarse a”, que se usa exclusivamente para referirse a la edad de algún paisano, verbigracia, “fulano de tal frisa en los ochenta”, es decir, está próximo a cumplirlos. Con sentido parecido, o con el de ‘tocar’ o ‘rozar’, lo empleó el columnista Pedro Felipe Hoyos Körbel en este dato: “…más teniendo en cuenta que la cifra de carros nuevos (…) frisa los 6.000 vehículos al año…” (LA PATRIA, 26/7/2107). Con cualquiera de esos tres significados está mal empleada la inflexión de ‘frisar’, porque, con el primero, adquiere naturaleza de transitivo, y con los otros dos, recibe significados que no tiene. “Teniendo en cuenta que son casi 6.000 los carros nuevos…” es una de las muchas construcciones castizas con las que se puede decir lo mismo.
* * *
En el mismo artículo, el señor Hoyos escribe: “Cualquier inspector de higiene, por lascivo que sea, se horrorizaría de cómo se manipula lo que se le brinda al transeúnte como alimento…”. ¿Pretendió el columnista expresar lo que expresó? Difícilmente, porque la ‘lascivia’ nada tiene que ver con su idea. En efecto, ‘lascivia’ es “la propensión a los deleites carnales”, y ‘lascivo’, quien tiene este vicio. La única explicación que le encuentro a este lapsus es que confundió ‘lascivo’ con ‘laxo’ (‘manguiancho, flojo’), adjetivo que sí expresa su idea. Recuerdo en este momento la columna dominical del profesional Luis Enrique García, en mala hora desaparecida de Papel Salmón, y que se llamaba ‘Precisión conceptual’, precisión que todo escritor debe observar para que sus ideas queden adecuadamente expresadas, que es, después de mucho ‘borrador’, lo que pretendemos los que nos dedicamos a este hermoso oficio de escribir.
* * *
Muy a pesar mío, porque había prometido esquivarlo de entonces en adelante, vuelvo sobre el latiguillo ‘por parte de’, que se convirtió en instantes en una epidemia de proporciones incalculables. Un redactor de El Tiempo escribió: “…esos ajustes llevarían a que las labores por parte del ente de control fiscal para el posconflicto…” (Debes saber, 31/7/2017). Mosca en leche, ni más ni menos. Suprímalo, señor, y verá: “…las labores del ente de control”. -¡Oh! Y el señor rector de la Universidad de Caldas, Felipe C. Londoño L., redactó de la siguiente manera: “Con relación a la democracia universitaria, es importante recordar lo que planteó Michel Wieviorka en el discurso que pronunció el día que recibió el Doctorado Honoris Causa en Humanidades por parte de la institución en junio pasado” (1/8/2017). “…recibió (…) de la institución…”. Decimos “recibió de Dios el don de la sabiduría” no “recibió por parte de Dios…”, construcción que se oye todo los días en las empachadoras narraciones de fútbol.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015