Efraim Osorio


El cibernauta Sebastián Felipe califica de “…el mayor fraude literario de la historia” el que se considere a Miguel de Cervantes Saavedra como autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (23/1/2018). Y anota: “Francisco Calero, erudito español, así lo demuestra plenamente en su libro “El Verdadero Autor de los “Quijotes” de Cervantes y de Avellaneda”, Madrid - 2015, cuya autoría atribuye a Juan Luis Vives”.
No soy quien para terciar en esta polémica, pues no tengo ni los conocimientos ni los medios indispensables para ello. No obstante, lo haré, no para defender a Cervantes, que no necesita defensa, sino para exponer unos cuantos argumentos que me parecen, si no incontestables, sí importantes para eliminar al humanista Juan Luis Vives como autor de los “Quijotes”.
La prosa de ambas obras: El llamado ‘Quijote de Avellaneda’ fue atribuido a Alfonso Fernández de Avellaneda, “natural de la villa de Tordesillas”, muy posiblemente del círculo de Lope de Vega. Tengo el libro (editorial Planeta, 1962), y, ¡cómo no!, lo leí. La prosa de este redactor es sencilla: su lectura no despierta emoción estética alguna, de tal manera que no mueve a una segunda lectura. Diseminados en la novela, encuentra uno términos y expresiones empleados por Cervantes en la suya. Abusa de la locución ‘a fe mía’, del gusto de Sancho Panza, que en la de Cervantes se siente muy a propósito. Quiero decir con esto que el autor de este ‘Quijote’ es incapaz de escribir como Cervantes, cuya prosa es inigualable, iluminadora y tan seductora que, mientras más se lee, más deseos dan de volver a ella. Decir, por lo tanto, que el humanista Juan Luis Vives escribió las dos novelas es un contrasentido. Además, Juan Luis Vives murió sesenta y cinco años antes de la primera edición de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, y vivió fuera de España los últimos treinta de los cuarenta y ocho años de su paso por este mundo. De su vida anota la enciclopedia Uteha: “Filósofo y humanista español nacido en Valencia (1492-1540). Después de haber estudiado humanidades y jurisprudencia en su ciudad natal, se trasladó a París (1509) y luego a Brujas (1512). Profesor en la Universidad de Lovaina (1519). (…) En 1522, estaba en Londres, como profesor de la princesa María, hija de Enrique VIII, y lector de la reina Catalina de Aragón. Ocupó una cátedra en el Colegio Corpus Christi de Oxford. Cuando sobrevino la desavenencia entre Enrique VIII y Catalina de Aragón, Vives se puso al lado de la reina, y tuvo que dejar su cátedra de Oxford. Regresó a París y a Brujas (1528), donde escribió gran parte de sus obras y donde murió. Fue uno de los grandes humanistas del Renacimiento”. Escribió muchísimas obras, casi todas en latín.
Transcribo lo anterior para demostrar que él no pudo escribir el ‘Quijote’ de Cervantes. Si, prácticamente, no vivió en España, ¿cómo podía conocer detalladamente los caminos recorridos por don Quijote y su escudero? Cervantes, en cambio, por su oficio de alcabalero, los conocía palmo a palmo. Más todavía: ¿Cómo iba a tener conocimiento del prisionero de Argel (Cervantes) -cautiverio narrado extensa y minuciosamente en la Primera Parte, capítulos XXXIX y siguientes, y en su obra de teatro El trato de Argel- si éste ocurrió cuatro años después de la Batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571), treintaiún años después de la muerte del insigne humanista?
El profesor Francisco Calero afirma también que Cervantes no pudo escribir este ‘Quijote’ por su pobreza y falta de estudios académicos. Efectivamente, Cervantes no tuvo educación universitaria, pero estudió humanidades con su instruido profesor Juan López de Hoyos. Fue, además “paje en la comitiva del legado monseñor Julio Acquaviva y pasó luego al tercio del maestre de campo Miguel de Moncada, con el que visitó casi toda Italia” (Uteha). Bien relacionado, entonces, e inquieto intelectualmente, Cervantes pudo tener acceso a las bibliotecas de estos personajes. Y de otros, sin necesidad de comprar los libros que leyó.
Sin mencionar el CONSENSO, que empezó localmente con la publicación de la Primera Parte de su obra en 1605, se internacionalizó con la traducción, pocos años después de la publicación de la Segunda Parte (1615), al francés, alemán, italiano e inglés, para luego hacerse UNIVERSAL, como lo sigue siendo cuatrocientos años después...
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015