El país ha recordado con gran despliegue e inmenso dolor, el vil asesinato de Luis Carlos Galán. Resulta absolutamente increíble que esa enorme figura que supo irrumpir en el panorama político nacional, como el abanderado de una lucha contra tres monstruos que devoraban las instituciones: la politiquería, el clientelismo y el narcotráfico, llegara a ser eliminada por los más tristemente célebres representantes de esos tres nefastos factores.
La alianza entre Pablo Escobar Gaviria y Gonzalo Rodríguez Gacha, los más grandes narcotraficantes del mundo en ese momento; la clase política corrupta representada por Alberto Santofimio, y la institucionalidad corrompida con el general Maza Márquez a la cabeza, lograron derrotar al país entero, al lograr asesinar al líder más completo que estaba a punto de ser Presidente de la República, con un 70% de la intención de voto en su favor, y que se enfrentaba con un coraje enorme y una inteligencia superior a todas las amenazas que se cernían sobre Colombia.
Galán sabía claramente lo que quería; su voz se alzaba con toda contundencia y claridad y entendía que si no era a través de una lucha frontal y con toda la determinación, no sería posible derrotar a esos terribles engendros que querían apoderarse de nuestro país para que Colombia fuera un Estado narco, en donde el festín de politiqueros y narcotraficantes dominara todas las instituciones.
Conocía Galán también con toda claridad que asumía enormes riesgos; de por sí ya habían sido desarticulados varios atentados contra su vida, pero entendía también que si bajaba su tono, que si suavizaba su discurso, que si reculaba, todo su proyecto estaría perdido, y con él la esperanza de Colombia. Esta la razón por la cual contestó a un periodista que le decía que su vida corría un enorme peligro, con una frase absolutamente diáfana “A los hombres se les puede eliminar, pero a las ideas no”.
Luis Carlos Galán ofrendó su vida, pero salvó a Colombia del caos total; si no hubiera sido así, el triunvirato Escobar, Santofimio y Maza, se hubiera instalado y habrían sido los dueños del país.
Colombia debe rescatar ese legado enorme que nos dejó Galán y repetir una y mil veces más el significado de su lucha. Van 30 años de su muerte, pero en este tiempo muchos han intentado volver a arremeter para seguir dando la lucha por el apoderamiento de las instituciones. Miremos nombres, y encontraremos muchos.
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