La búsqueda del pleno empleo ha sido históricamente una preocupación de gobiernos, empresarios, trabajadores y analistas, desde diferentes orillas se proponen alternativas para orientar la política de empleo; para el caso colombiano, se han intentado varios caminos que se han expresado en las diversas reformas laborales adoptadas en diferentes momentos de la historia del país, y se siguen explorando otros; es así como en la actualidad cursa en el Congreso un proyecto para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, lo cual tendrá importantes implicaciones sobre las finanzas de las organizaciones que operan en el país, en términos reales esta reducción significa un crecimiento de los costos de producción del 16,66% toda vez que por el mismo salario se trabajarán 8 horas menos en la semana; en las actuales circunstancias, con una alta tasa de desempleo, causada en buena parte por la circunstancia especial de salud que ha padecido la humanidad, y la otra parte estructural que ya venía antes de esta circunstancia, resulta inoportuno un incremento en los costos laborales de este tamaño; si esta medida se llegara a tomar significaría un obstáculo adicional a la recuperación de los puestos de trabajo perdidos por la pandemia, pero también un freno a la generación de nuevos empleos que permitan reducir el desempleo estructural que se traía antes de la pandemia.
Un argumento que se ha presentado a favor de la iniciativa es que la gente con mayor disponibilidad de tiempo para el ocio podría tener una mayor productividad al vincularse a su jornada laboral, teniendo como argumento que países con jornadas laborales de menos tiempo tienen altos niveles de productividad; sin embargo, no se ha considerado que estos países han llegado a sus jornadas laborales reducidas por una vía diferente que es la incorporación de altos niveles de ciencia, tecnología e innovación lo que ha llevado a un incremento de la productividad que los ha hecho más competitivos, al mismo tiempo ha generado una alta demanda de nuevos puestos de trabajo y a bajos niveles de desempleo, lo cual ha permitido esas reducciones en las jornadas laborales; pero tampoco se ha tenido en cuenta que son países donde no existe el alto número de días festivos que hay en Colombia. De otro lado, se plantea que una mayor disponibilidad de tiempo de los trabajadores podría implicar un mayor consumo lo que contribuiría a dinamizar la economía; sin embargo, la mayor dinámica del consumo generalmente está de la mano de un mayor nivel de ingreso disponible de la población, y acá no está vinculada con un crecimiento importante en el ingreso disponible de la población.
Otro aspecto relacionado con la vida laboral colombiana que se ha discutido tiene que ver con la coyuntura actual; en la cual, el crecimiento negativo de la economía ha implicado también una disminución de la productividad; en estos términos, esta iniciativa sería un elemento adicional para bajar el nivel de productividad del trabajo; lo cual llevaría al mismo tiempo a una disminución en la productividad total de los factores de producción; no se puede olvidar que en general la economía colombiana es intensiva en mano de obra y no en capital; por lo cual, lo que se tiene que buscar en el largo plazo es una transformación de la relación capital trabajo de tal manera que se incremente la productividad total de los factores y por esta vía generar las condiciones para poder bajar la jornada laboral; uno de los caminos por los cuales se puede llegar a esta condición es incrementando la inversión en educación, ciencia y tecnología; de tal manera que el mejoramiento del capital humano y su consecuente incremento de la productividad sea la condición que permita la adopción de medidas como la que se viene discutiendo.
Seguramente resulta muy popular y muy atractivo proponer que los trabajadores tengan más tiempo libre manteniendo el nivel de ingreso; pero también es cierto que en las actuales circunstancias del país con altos índices de desempleo, con sectores económicos que aún no logran recuperarse de los efectos del freno a la economía por la situación de salud, no resulta responsable adoptar este tipo de decisiones; tal vez el camino sea otro; más bien con urgencia se debería estar trabajando en la implementación de mecanismos que permitan a las empresas generar nuevos puestos de trabajo pero con mayor productividad, no generación de puestos de trabajo marginales por la vía del incremento de los costos laborales que al final redundarán en desestimulo a la producción y por lo tanto al empleo.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015