Cristóbal Trujillo Ramírez


Don Farías es un vendedor ambulante de aproximadamente 55 años y tiene un hijo de 12 en una escuela pública, quien cursa sexto grado de básica secundaria. Llegaron a la ciudad buscando oportunidades comerciales en las pasadas ferias. Les agradó el ambiente, el clima y su gente, y decidieron darse una oportunidad en Manizales.
Un día, siendo las 6:30 a. m., cuando todos los niños son esperados en la puerta de la escuela en medio de un clima frío cargado de niebla que apenas deja ver el reloj que marca los 10° C, con el suelo mojado por la lluvia de toda la noche, se acercó don Farías con su vitrina portátil acompañado de su hijo Jerónimo. Luego de darle un beso y persignarlo, le dijo: “A estudiar con amor, hijo, para que seas alguien en la vida”.
Al decidir radicarse en esta ciudad, la primera y urgente gran necesidad del padre fue la de encontrar una buena escuela para el niño, pues considera que el sustento, la oportunidad laboral, el cómo ganarse la vida son cuestiones que pueden esperar, mientras que el estudio no.
Esta página memorable que la escuela nos regala a quienes tenemos la alegría de habitarla permite dos reflexiones que posiblemente motivarán en el lector otras tantas lecciones. La primera es resaltar cómo una familia en la más absoluta precariedad económica es capaz de colocar en el escenario de lo prioritario el estudio de sus hijos. Nada hay para ellos más importante que la escuela. La vivienda, la alimentación, el empleo, en fin, todo lo que normalmente se conoce como necesidades básicas, son cuestiones secundarias para esta familia, porque lo primero es prepararse para ser “alguien en la vida”. Por fortuna, hallaron en la ciudad una buena oportunidad de estudio para sus hijos, y alrededor de la opción educativa buscan satisfacer sus otras necesidades que las consideran complementarias. Esto, definitivamente, es una muestra irrefutable de la confianza que tienen en la educación como vehículo de equidad social.
La segunda reflexión tiene que ver con esa expresión tan común de los padres hacia los hijos y que en esta historia cobra vida: “…para que seas alguien en la vida”. Al escuchar este clamor, recuerdo con algo de nostalgia que también he sido su destinatario en algunas ocasiones, y me surgen entonces algunos interrogantes: ¿qué es ser alguien en la vida?, ¿es posible hoy en día ser alguien?; ¿es necesario ir a la escuela para ser alguien en la vida?, ¿está la escuela preparada y diseñada para asumir esta responsabilidad?
Mi papá fue un gran hombre, un ser humano maravilloso, de una sabiduría increíble, y solo fue a la escuela un par de años. ¿No alcanzó entonces a ser alguien en la vida? Mi madre nunca asistió a la escuela y fue el ser humano más maravilloso que yo haya conocido; su humildad, su bondad, su sencillez y su inmensa capacidad para amar hicieron de ella el mejor suceso de mi existencia. Como nunca fue a la escuela, ¿no alcanzó a ser alguien en la vida?
Pero si la expresión se refiere a acumular éxitos, logros, títulos que nos conllevan a empleos dignos, buenos ingresos y una excelente calidad de vida, siento que cunde la desesperanza y tendremos que inventar otra fórmula para vender la educación, toda vez que las calles están llenas de desempleados que han acariciado las mejores lisonjas académicas, y no han encontrado espacio en el mundo productivo. Por lo tanto, ¿cuál es la motivación real que tienen los jóvenes hoy para cursar estudios de formación básica, media, de pregrado y postgrado, dado que quienes han pagado a costos de fatiga estos logros se encuentran actualmente en la más absoluta incertidumbre laboral y económica?
Este es un asunto de alta complejidad en el diseño de la nación y del cual nunca se ha ocupado el parlamento colombiano. Por eso, desde esta tribuna exhorto al nuevo Congreso de Colombia para que actualice la agenda con el país educativo, pues han transcurrido varias décadas sin escribirse renglón alguno.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015