César Montoya


Lamartine en la “Historia de los Girondinos” escribe sobre los “hombres-época”. Son éstos mensajeros de principios inalterables, apóstoles para las predicaciones, hortelanos que cuidan la tradición, sembradores de alboradas que iluminan caminos.
Son sumatoria de valores intelectuales, empresarios de políticas nobles. Atraídos por el resplandor de un lucero distante, están amarrados a la tierra por compromisos temporales. Se alimentan de lejanías. Son dueños del aquí y del ahora. Hombres que reman contra el tumulto enfurecido de las olas. No miran de soslayo sino de frente como los guerreros. La cabeza hundida en las alturas y los músculos tensos para las confrontaciones.
No es frecuente encontrar esos temperamentos armados en acero, ni esas voluntades con un norte fijo, ni esa palabra convertida en clavado mojón sobre roca.
El conservatismo de Caldas tuvo dos generaciones antagónicas. La primera fue excelsa en el relampagueo verbal, en la embriaguez de las metáforas, en el retumbe sonoro de las gargantas que clamoreaban en todos los balcones.
Grecolatinos, eruditos en latines, conocedores de los meandros históricos de Grecia y Roma, formados en las academias de Cicerón y Demóstenes. Exquisitos en cultura, emperadores de la plaza pública. Hicieron historia en los areópagos con vivacidad mental apabullante. El pueblo quedaba atónito después de escuchar las cataratas altisonoras de unos declamadores pulidos, de labios enjardinados, con gestos recogidos, portadores de valores literarios que nadie comprendía pero que todos aplaudían a rabiar.
¿Carreteras? ¿Caminos veredales? ¿Escuelas o colegios? ¿Desastres de la naturaleza? ¡No! Lo de ellos era el Olimpo, no la tierra. El lenguaje era ramillete farandulero, no verbo creador.
El compromiso de Silvio Villegas, Fernando Londoño y Gilberto Alzate era con la embriaguez y los nirvanas emancipadores. Esclavos de altares ególatras, obligados a parlar bonito como dioses, a impactar con la botánica del adjetivo coruscante. Demolían la imaginación de la plebe con sus ditirambos.
Después llegó una oratoria mesurada y reflexiva. Las peroratas de Benjamín Duque Ángel eran piadosas, armadas a base de jaculatorias. José Restrepo fue directo, desconocía el adjetivo y con frases desperfumadas enfrentaba temáticas concretas. Rodrigo Marín Bernal, Víctor Renán Barco, Luis Guillermo Giraldo, ¡ah y Tony Jozame!, fueron astros de ese cielo que se transformó en cornucopia de milagros evidentes.
Desembocó en el fragor de las controversias don Ómar Yepes Alzate. A los 80 años la nieve corona su testa imperial. Desconoce los floreros poéticos. Su lenguaje tiene el frío resplandor de las espadas, su verbo es depurado y viril. Amontona hechos, no alegorías. Ha trabajado su longevidad histórica con obras que los sentidos palpan.
Allá en esa hondonada por donde navegan las ninfas, hay un puente que a él se le debe. Allí se escuchan misas gregorianas en una capilla, incrustada en la colina, que él hizo construir. Esa biblioteca en donde los paisanos se extasían con nuevos conocimientos es secuencia de sus empeños petitorios ante el Estado. Ese rumor de colmena que sale de las aulas montañeras, tuvieron el patrocinio suyo que procuró conocimientos universales para esa niñez que más sabía de azadones que de libros.
Ómar ha sido un hombre-época. Remó en mares ariscos, conoció el vértigo de las olas, se acaballó en la cresta albina de las espumas, estuvo sumergido en los bajíos de un mar picado. Fue nauta seguro de su destino. Tuvo enemigos poderosos y a todos derrotó. Le fabricaron encierros, con ladrillos de odio. Le prepararon ergástulas. Le negaron el pan y el agua. Pero él minimizó los diluvios que lo quisieron anegar y sigue invicto con su penacho enhiesto.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015