Después de estar veinte días reuniéndose y haciendo acuerdos con sus opositores políticos, conformar las mayorías en el Congreso, tratar de tranquilizar a los colombianos, especialmente al sector económico y empresarial por lo que va a ser su administración, el presidente electo Gustavo Petro, se fue de vacaciones a Europa.
Afortunadamente lo hizo cuando el dólar estaba a menos de cuatro mil pesos, porque si lo hubiera hecho en los actuales momentos con el dólar bordeando los cuatro mil quinientos pesos, le habría costado su paseíto mucho más de lo presupuestado. Con todo el ejercicio que ha hecho en estos días después de la elección, incluidas las vacaciones, ha logrado subir su imagen positiva a niveles superiores del 60%.
El panorama económico del país no es el más halagüeño, con un dólar por la nubes y una inflación ponderada anual que bordea el 10%, lo que no se veía desde hacía más de 20 años, en la que los productos básicos de la canasta familiar superan ampliamente este indicador, lo que está afectando en alto grado a las familias más pobres de la sociedad.
Este es el panorama en el que va a hacer su aterrizaje Gustavo Petro para iniciar su Gobierno. En medio de estas condiciones pretende hacer una reforma tributaria en la que espera recaudar como mínimo 50 billones de pesos. Cifra nada despreciable y que va a terminar impactando a toda la comunidad. La famosa reforma de Carrasquilla era de 25 billones de pesos y lo tumbó del Ministerio de Hacienda, ayudado por las marchas de protesta que se presentaron a nivel nacional, que entre otras, fueron propiciadas por Petro.
En un momento tan coyuntural como el que estamos viviendo en materia económica, no sólo en el país sino en el mundo entero, cualquier analista improvisado recomendaría la calma y que se estudien las propuestas con mucho juicio. Pueda ser que no vaya a suceder que por los nuevos tributos muchas empresas tengan que cerrar sus puertas o hacer recortes en su planta de personal y se aumente el índice de desempleo.
Petro también está proponiendo una “reforma agraria”. No hay ninguna duda de que en el país hay tierras improductivas y desaprovechadas. La propuesta es o que se vuelven productivas o pagan un mayor impuesto predial. Tributo que lo definen los municipios, por lo que va a ser muy difícil implementarlo. También plantea la posibilidad de comprar las tierras improductivas. La experiencia ha mostrado que esta opción se presta para la corrupción y que al final las fincas terminan abandonadas o en manos de personas que no son parte del objetivo del programa. Además, la propuesta de Petro no contempla cómo va a ayudar a los beneficiarios del programa para que sean productivos y eficientes y no mueran en el intento.
La reforma agraria podrá, con programas económicos y acompañamientos tecnológicos, ayudar a que los beneficiarios puedan producir para su autoconsumo y con algún ingreso adicional, pero en ningún momento es la solución para mejorar la producción agrícola en el país. El mejoramiento de la productividad y la eficiencia se logra con recursos y dándole facilidades a los grandes productores.
Ahí es donde deberían estar enfocados los esfuerzos del gobierno nacional. Tampoco serviría para nada el revivir el antiguo Idema -que es otra propuesta de Petro-, para regular los precios de los productos agrícolas. Esa experiencia
fracasó entre otras, porque se convirtió en un foco de corrupción.
Los Llanos Orientales muy fácilmente se pueden convertir en la despensa de Colombia, con un gran potencial de exportación, para lo que se requiere que se termine el mejoramiento vial de la carretera Villavicencio-Bogotá. Recientemente se inauguró con bombos y platillos una parte de la nueva vía, que quedó muy buena, pero todavía falta el 60% por adecuar.
Hay otra propuesta de Petro que también está generando polémica y es la de reformar el sistema de salud, que en campaña propuso acabar con las EPS y que su controvertida designada como ministra de Salud, que ha sido muy fuerte en sus críticas contra el sistema, ha tratado de dar un parte de tranquilidad en cuanto a la liquidación de estas prestadoras de salud.
Es muy complicado el momento que estamos viviendo y son muy controversiales las propuestas de Petro, por lo que el aterrizaje no pinta para nada fácil y tendrá que tener mucho cuidado y analizar muy detenidamente sus propuestas y procurar que no vaya a suceder que su aterrizaje sea un “barrigazo” en el que todos los colombianos quedemos muy aporreados.
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