Beatriz Chaves Echeverry
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Para los que hemos tenido la fortuna de disfrutar del mar y los paisajes de estas dos islas es algo casi inverosímil ver las imágenes que han estado invadiendo los noticieros desde el lunes (no conozco Santa Catalina, pero imagino que comparte la belleza natural de las otras dos). Habíamos visto el paso de huracanes destrozando otras islas del Caribe, pero nuestro país había estado resguardado de un fenómeno natural de esta magnitud. ¿Estábamos preparados? Creo que no, la destrucción que dejó el huracán Iota lo demuestra, en otros países acostumbrados al azote periódico de la famosa temporada de huracanes se construyen las casas y edificios de manera diferente, con puertas y ventanas que resisten el impacto de los fuertes vientos y techos reforzados. Cuando se planifique la reconstrucción de Providencia se debe consultar a los especialistas en el tema para tener en cuenta la mayor cantidad de medidas que prevengan una devastación como la que estamos viendo, pues la realidad es que esta fue la primera vez pero no será la última; Colombia ingresa a la lista de países azotados por un huracán categoría cinco.
En todo lo que sucede hay que rescatar lo positivo, para mí fue la presencia del equipo del Ideam en Providencia cuando pasó el huracán. El acompañamiento a la población de estos expertos seguramente salvó miles de vidas, su directora Yolanda González estuvo allí, poniendo al servicio de la gente todo su conocimiento, esto me parece admirable y una actitud para resaltar en un país con tantos riesgos que se derivan del clima. Al escuchar el relato de la experta sorprende ver lo rápido que fue cambiando el huracán; en pocas horas pasó de categoría 2 a categoría 5, además todo sucedió en la noche y la madrugada, lo que hace más difícil manejar cualquier emergencia. Otra cosa que han hecho notar varios estudiosos del tema es la injerencia del cambio climático en la aparición y la fuerza que toman los huracanes; las aguas del mar Caribe han aumentado su temperatura, esto debe hacernos tomar conciencia y adoptar medidas para controlar el fenómeno, afortunadamente el presidente electo de los Estados Unidos Joe Biden sí cree que se debe tomar en serio este problema, no como el derrocado Trump, quien retiró a su país del acuerdo de París sobre el cambio climático. Cabe recordar que Estados Unidos y China son los responsables del 40% de las emisiones de dióxido de carbono del mundo.
La otra cosa positiva para resaltar es la fe de la gente del archipiélago, el profundo valor que le dan a la vida por sobre cualquier otra pérdida; he visto las declaraciones de muchos sobrevivientes tranquilizando a sus familiares y expresándoles su alegría por estar vivos, sin importar la desolación que los rodea. Quienes tenemos seres queridos en esos lugares agradecemos profundamente esos mensajes tranquilizadores que hemos recibido de su parte.
En un país azotado por una pandemia, por huracanes y lluvias torrenciales tenemos que aferrarnos a la fe y apelar a la solidaridad, son tiempos difíciles, pero entre todos podemos superar las pruebas y retos que nos presenta la vida. En las compras navideñas que se acercan piense en apoyar los emprendimientos pequeños y las fábricas locales, hay muchas maneras de mover la economía y ayudar a que el dinero beneficie a las empresas y trabajadores de nuestro país y por supuesto hacer un aporte, aunque sea pequeño, que sirva para la reconstrucción de las islas golpeadas por el huracán Iota.
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