Andrés Hurtado


En Budapest hay varios cementerios. Los dos principales son el de Keperesi y el de Farkasret. Un guía me acompañó al cementerio principal, el de Keperesi. Es inmenso, tiene más de 20 kilómetros cuadrados. Detrás de un campanile en unos paneles están los nombres de las víctimas del Levantamiento de 1956. Ya hemos hablado aquí de esta heroica gesta de los húngaros contra la bota soviética asesina. El campanile es común en muchos cementerios del país. Una bella puerta de madera que da acceso a la sección 300 recuerda a los heroicos combatientes del 56. Son muchos los húngaros famosos enterrados en este cementerio. El más célebre de todos es el primer ministro Imre Nagy. Yo recuerdo perfectamente su nombre y su trágico destino cuando fue encarcelado en 1956 y fusilado en 1958. El país tardó un tiempo en reconocerlo como uno de sus grandes héroes y en rendirle los máximos honores y agradecimiento. Durante la época del dominio soviético en Hungría estaba prohibido hacer entierros católicos en este cementerio, motivo por el cual los que se atrevían lo hacían a escondidas y en una zona boscosa del cementerio.
En Keperesi están enterrados los personajes más importantes de la historia húngara. Algunos le dicen “el cementerio comunista” por las estatuas de algunos personajes rojos allí enterrados. Hay un mausoleo soviético de grandes proporciones al “movimiento obrero”. Por estar situado en esta calle le dicen también el Fiumei Road Cemetery.
Estos son algunos próceres allí enterrados: Jozset Attila, el gran poeta suicida del que ya hemos hablado y al que le han dedicado una calle en Pest. Ferenk Deak. Recordemos que fue un político muy querido por los húngaros que luchó por la independencia de su patria frente al imperio austríaco; y recordemos también que con el mismo nombre hubo en Hungría un futbolista famoso. Y hablando de futbolistas, aunque creo que ya nos referimos a él, uno de los más grandes futbolistas de la historia fue Ferenc Puskas y otro compatriota suyo, Sandor Kocsis, fue considerado por muchos como el mejor centro campista del fútbol; este, Sandor, tuvo una muerte trágica, cayó de un cuarto piso.
Otros húngaros ilustres enterrados en el Keperesi son Lajos Kossut y Lajos Batthymy. Kossut figura en la historia del país como uno de los más grandes hombres, si no el más, y en tal sentido goza de la profunda veneración de su pueblo. En la revuelta de los húngaros contra los austríacos en 1848 destituyó al emperador Francisco José, pero como esa revuelta fue ganada por los austríacos la destitución del emperador no funcionó. Por su “atrevimiento” Kossut debió exiliarse.
Lajos (que en magiar es Luis) Batthymy fue primer ministro después de la revuelta de 1848 y fue fusilado por los austríacos. Su esposa le pasó subrepticiamente una espada para que se suicidara y evitarle así una muerte ignominiosa, pero las heridas que se practicó no fueron suficientes. Los austríacos lo drogaron, lo iban a colgar, pero definitivamente le dieron un balazo en la cabeza. Es uno de los tantos mártires de la revolución de los húngaros contra los austríacos.
Luego me dirigí al otro cementerio, el de Farkasret, ubicado en una colina con una vista preciosa de la ciudad. Aquí se encuentran enterrados la mayor cantidad de artistas, literatos, pintores, escultores, inventores, músicos y demás personajes ilustres de Hungría, empezando por Bela Bartok y Janos (Juan) Csonka, el inventor del carburador. Y hablando de inventores no olvidemos que húngaro es Rubik, el inventor del famoso cubo que lleva su nombre, “el juguete más vendido” en el mundo.
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