Quedándose en el tintero y en mi cámara fotográfica muchos hermosos lugares de esta espectacular Praga, decido poner fin a mis crónicas con el ya anunciado episodio de la muerte de “la bestia rubia”, “el verdugo”, “el carnicero de Praga”, como fue llamado Reinhard Heydrich, al que no hay que confundir con la otra bestia nazi de nombre Heinrich Himmler, el jefe de la temida y asesina Gestapo, organización esta que fue la más eficaz, aceitada y macabra máquina de muerte y torturas en la historia de la humanidad, y cuyo resultado es espeluznante en cifras: 6 millones de judíos asesinados. Muy interesado en las dos guerras mundiales como he sido y lo he dicho ya en alguna de estas columnas, el caso del “Carnicero de Praga” me interesaba mucho en la visita a esta ciudad.
El nombre completo de “la bestia rubia” es: Reinhard Tristan Heydrich. Nació en 1904 y murió en 1942 y en escasos 38 años de vida fue mucho, mucho mal el que hizo. Fue escalando metódicamente todos los escaños en la maquinaria nazi hasta llegar a ser el posible heredero de Hitler, quien lo estimaba mucho. Tuvo muchos títulos dentro de la organización nazi, uno de ellos fue SS-Obergruppenführer que corresponde a general de división. Fue jefe de la Oficina Central de Seguridad del Reich. Hitler lo nombró “Protector de Bohemia y Moravia”, para reemplazar a von Neurath que era demasiado débil y carecía de la requerida crueldad y bestialidad que deseaba Hitler para este país. El título de “Protector” resulta cínico para quien asesinó a miles y miles de checos, empezando por los intelectuales. Hitler lo calificaba como “el hombre con corazón de hierro”. Himmler que le guardaba callada envidia influyó en el nombramiento de “Protector de Bohemia y Moravia” para alejarlo del centro del poder de Berlín.
Llegó a Praga en 1941 con el encargo explícito de eliminar toda resistencia. Allí aplicó “la zanahoria y el garrote”. Para desarrollar su plan de encarcelamientos, torturas y ejecuciones tuvo en cuenta que Bohemia y Moravia poseían fábricas muy importantes que servían maravillosamente a la demanda creciente de material de guerra que necesitaban los ejércitos alemanes. Por ello Heydrich daba ciertos incentivos a los obreros y se cuidaba muy bien de no desbaratar la maquinaria productiva y no deshacerse de los eficientes trabajadores checos.
Por lo demás instauró un régimen de terror y sangre y se convirtió en el principal artífice del Holocausto.
Por todo ello la resistencia checa organizada desde Londres con su gobierno en el exilio y apoyada por Churchill, decidió eliminarlo. Se preparó un comando dirigido por Jan Kubis y Josef Gabagk. La operación se llamaba antropoide y había preparado hasta la perfección todos los detalles que culminarían con la emboscada y el crimen perfecto. Los conjurados fueron lanzados cerca de Praga desde un avión bombardero de la RAF en 1941. Heydrich pasaba todos los días por una carretera en la que había una curva muy cerrada lo que obligaba al chofer del Mercedes a disminuir la velocidad. En un matorral estaban apostados los conjurados. El “Carnicero” estaba tan convencido de su poder y del miedo que inspiraba que decía que no necesitaba escolta porque nadie se atrevería a atentar contra él. (Continuará).
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015