Nos faltó espacio para terminar la historia del parte meteorológico que causó la furia del Generalísimo Franco y de sus incondicionales. “Un fresco general procedente del noroeste y con tendencia a desaparecer reina sobre toda la Península”. Ya explicamos lo referente a “un fresco general” y a su procedencia de Galicia. Hasta aquí Franco aparecía como un general conchudo nacido en Galicia. “Con tendencia a desaparecer reina sobre toda la Península”.Creo que era el año 1.974 y Franco estaba muy enfermo. Moriría al año siguiente. Una de las varias enfermedades que lo aquejaban en la fecha del parte meteorológico de Mariano Medina era el Parkinson muy avanzado.
Bien, el asunto mío pasó por las embajadas de España y de Colombia, y por los Ministerios de Relaciones Exteriores de ambos países. Luego de la intervención del Doctor José Restrepo me llamaron en Madrid al Ministerio de Relaciones Exteriores y en presencia de un funcionario de la Embajada de Colombia al que invitaron como testigo me hicieron prometer que nunca más ofendería al Generalísimo. Yo me sentí como niño regañado, y lo prometí.
Tuve suerte porque a otro periodista colombiano sí lo expulsaron. El hombre venía de Francia y entró a España por Roncesvalles, célebre localidad donde Carlomagno sufrió gran derrota narrada en ”El cantar de Roldán”. Viajó por tierra hasta Madrid deteniéndose en todos los pueblos y al llegar a esta ciudad envió la crónica a su periódico de Colombia y en ella decía que los españoles tienen poca imaginación porque en todas las ciudades la vía principal se llama calle Generalísimo. No faltó, igual que en el caso mío, la queja de algunos españoles en Colombia, queja que hizo el recorrido por las embajadas y los ministerios hasta llegar a Madrid. El periodista fue inmediatamente expulsado. Y se encendió la polémica en Madrid. Unos a favor del Caudillo y otros en contra. Los primeros argumentaban que con qué derecho el periodista colombiano ofendía de esa manera a Franco sabiéndose que, por falta de imaginación, las plazas principales de las ciudades de Colombia se llaman precisamente plaza Bolívar. (La notable excepción es Pasto, cuya plaza se llama de Nariño y de la que vimos derribar en estos días la estatua del Precursor de la Independencia y traductor de los Derechos del Hombre por parte de unos indígenas enfurecidos e ignorantes). Los segundos, o sea los enemigos del Caudillo, respondieron que había una diferencia muy grande: Franco estaba todavía vivo mientras que Bolívar hacía más de 100 años que había muerto, que no “hicieran la pelota”. Esta expresión la tomaron los condicionales de Franco como una grandísima ofensa. “Hacer la pelota” en España significa “lamber”. Así tal cual. En toda esta polémica mi nombre salió a relucir varias veces.
Y, ¡las vueltas que da la vida! Asistimos en estos días a una fiebre desmitificadora de la figura y del nombre de Franco en España. Se están borrando los nombres del Caudillo en plazas y calles y todo lo que a él se refiera. Los nombres de sus generales y de las batallas que libró también desaparecen, ante las reiteradas e infructuosas protestas de los familiares y de los franquistas de vieja data. Algunos periódicos de España publican asombrados por estos mismos días que en Colombia, el único país que lleva el nombre de Colón, (lo enfatizan), se derriban las estatuas del Descubridor. Y yo pienso que ellos también borran los recuerdos y retiran las estatuas de quien fuera su presidente durante 40 años. Hago este comentario advirtiendo que yo tampoco tuve ninguna simpatía por el Caudillo.
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