Álvaro Gartner


Cuando Sun Tzu planteó hace 2500 años la estrategia bélica “si no puedes con tu enemigo, únete a él”, lejos estaba de columbrar que zanjaría el moderno conflicto humanos versus perros por la supremacía. Van ganando estos, gracias a dos trucos simples: cubrir con babas cuanto rostro alcancen y blandir su rabo de dotación. Las primeras son un arma química y el segundo una técnica de hipnosis. Reservan el mordisco para los remisos que solo los ven como simples canes.
Se cuentan ya por millones la gente que ha sucumbido. Después de entrar en contacto con cualquiera de las muchas razas que hay, mientras más feas más letales, caen en un marasmo cercano a la estupidez, quedan sin voluntad, sus voces ser transforman en chilliditos desesperantes y el lenguaje se reduce a un dialecto primitivo. Lo único que se entiende es: “¡Tan diviiiiiiiiiinoooooo!”.
En vista de la inminente derrota total de quienes aún resistimos, nos hemos unido para rendirnos con honores, a sabiendas de que seremos condenados a cuidar el perro de algún nieto: propondremos una canstituyente. La canstitución resultante entregará la traílla del mundo a los animales, con el can como especie dominante, estableciendo el sistema parlamentarista con un canciller como jefe del Estado. La corrupción dejará de ser delito, para que el Congreso pueda ser dominado por una nueva generación de perros.
Será eliminada la visa a Canadá, habrá clases gratuitas de cancán y campañas de salud para adoptar un cáncer. La Mujer Cafam será elegida entre quienes echen más cantaleta, pero serán prohibidas expresiones ‘encanar’ y ‘canalla’, por ser denigrantes y atentar contra el libre desarrollo de la personalidad.
Los lunes, los miércoles y los viernes serán el Día del Pitbull y cada ejemplar podrá morder a nueve escolares, como mínimo. Los periódicos deberán publicar la noticia en primera página, con foto del héroe a seis columnas. La municipalidad organizará desfile de la victoria. Nómbrese coordinador al alcalde de Manizales por su experiencia en el ramo, demostrada en mayo 26 de 2016. De los mordidos solo se darán los nombres y si alguno sufre heridas físicas o traumas sicológicos, su tratamiento no será incluido en el POS.
En materia de transportes, se ordenará adecuar las bodegas de los aviones como compartimientos de pasajeros, pues en la cabina solo viajarán sus amos los animales mal llamados domésticos. Expresión aplicable solo a sus serviles cuidadores. Durante el vuelo se les ofrecerá un exquisito menú de ‘cuido’.
Habrá exenciones tributarias para perfumeros que logren aromas con los cuales las más distinguidas señoras olerán a perra y las jovencitas a zorra. También tendrán los negocios de perretería.
Se aprovechará la visita del papa Francisco para pedirle establecer una jurisdicción eclesiástica para doctrinar los animalitos e inculcarles devoción por su santo patrono, que casualmente llamaba como el pontífice. Tales territorios espirituales serán denominados perroquias.
Se le propondrá, además, canonizar a cierto sacerdote que hasta su violenta muerte albergó 68 gozques en su casa. Tanto los cuidó que les dio albas y casullas por cama, y por sanitario imágenes antiguas.
Por último, en la infaltable muestra cultural que se prepara para agasajar al gran jerarca, no habrá expresiones tan autóctonas como el reguetón, la salsa y la carrilera antioqueña. Solo habrá demostraciones de perreo, por ser más recatado.
La carta zoológica no será excluyente. Por el contrario, establecerá como paradigmas de la tolerancia y respeto por la diferencia de opiniones, a antitaurinos, ambientalistas y opositores al sacrificio de animales para ingestión. De hecho, ésta solo podrá hacerse cuando el ejemplar haya muerto de manera natural y dejado declaración juramentada de donación de presas con fines humanitarios.
Será establecida una zoodemocracia que ponga fin a las cadenas alimenticias: los carnívoros deberán volverse vegetarianos. Los gavilanes comerán corozos, los gatos lamerán guanábanas y los gallinazos ruñirán cáscaras.
Además, será respetado el derecho a la libertad de trabajo y desarrollo de su vocación a pulgas, chinches, piojos y garrapatas. Cada ciudadano deberá dejarse picar por lo menos tres veces cada noche, pena de cárcel para el que se rasque.
Me entusiasma la idea. Hasta pienso can-didatizarme a concejal animal(ista). Sondearé la intención de voto de los perros. De cuatro patas, por supuesto…
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015