En el Ecuador hay una avispa cuyo nombre científico es Aleiodes shakirae, bautizada así por los científicos Eduardo Shimburi y Scott Shaw porque el insecto, en su estado larval, reproduce el mismo “contoneo” que la cantante colombiana Shakira hace durante sus presentaciones.
A Shakira la acompañan decenas de artistas, celebridades, deportistas, escritores y personajes de ficción cuyos nombres fueron usados para nombrar nuevas especies de fauna y flora. Mozart, por ejemplo, tiene la Bisophina mozarti: un crustáceo del Indo-Pacífico; y Marilyn Monroe tiene el fósil de una trilobita al que llamaron Norasphus monroeae, porque el artrópodo extinto tiene forma de reloj de arena, similar a la cintura de la famosa actriz de los 50. Frank Zappa, músico de culto, tiene al menos cuatro bichos bautizados en su honor: desde arañas hasta caracoles fosilizados de hace 300 millones de años.
A esta lista de personajes se sumó el presidente colombiano Iván Duque Márquez, de quien esta semana anunciaron que una subespecie de mariposa encontrada en Nariño llevará su nombre y apellido. El lepidóptero de 3 centímetros será bautizado como el mandatario en “homenaje por todo el trabajo realizado entre los años 2018 y 2022 en pro de la conservación de la biodiversidad de Colombia, de los ecosistemas, así como la ampliación y declaratoria de áreas protegidas en Colombia, donde cumplió, antes del tiempo, con el compromiso en la meta de tener el 30% del territorio colombiano protegido antes del año 2030”, dijo el biólogo Miguel Gonzalo Andrade Correa.
Iván Duque, sin ser un presidente ambientalista, ha sabido vender el cuento de que en su período se avanzó en aspectos de preservación ecológica. De ahí que merezca el reconocimiento. Sin embargo, una cosa es lo que él dice a través de sus comunicados estatales y otra la que dicen los investigadores. Por ejemplo, el estudio La paz y el medio ambiente en la encrucijada: Elecciones en un punto crítico de biodiversidad en conflicto (https://bit.ly/3OI9iNl), en el que trabajaron 18 expertos de seis países, se evidencia que en los últimos cuatro años lo que hubo fue un retroceso tanto en inversión económica para mitigar el impacto ambiental, como en la protección de líderes medio ambientales y en el cumplimiento de acuerdos internacionales como el firmado en París en 2015.
La investigadora Adriana Sánchez, profesora de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario y que participó en el estudio, dijo a la publicación Nova et Vetera que para reducir la deforestación, “el presente gobierno ha optado por políticas ambientales más represivas, como la controvertida operación Artemisa. Estas operaciones, sin embargo, se centran principalmente en reducir la deforestación causada por pequeños agricultores, mientras que los actores que financian la deforestación a gran escala, no son adecuadamente judicializados” (https://bit.ly/3OKHubd).
Por otro lado, Manuel Rodríguez, presidente del Foro Ambiental Nacional y cofundador de Parques Cómo Vamos, afirmó a la DW (https://bit.ly/3SdM0Sq) que Duque es un “gran relacionista público” de puertas para afuera en cuanto a lo ambiental se refiere, pero riñe con lo que está sucediendo dentro de nuestras fronteras. “En este Gobierno se registra el mayor incremento de la deforestación en los parques nacionales, especialmente en los Amazónicos”, señaló.
No dudo de las capacidades como biólogo de Andrade Correa, pero al ver lo que dicen otros investigadores y expertos en temas ecológicos cuesta creer que es un acto desinteresado el llamar una nueva especie de mariposa con el nombre y apellido del actual presidente. Sobre todo cuando el anuncio se hace en una actividad oficial montada directamente por la Presidencia de la República y en la que también bautizaron a otra especie de mariposa hallada en Norte de Santander como Elena, en homenaje a la mamá del ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Eduardo Correa Escaf.
Más que un homenaje es un acto de lagartería. Ojalá estas mariposas tengan su espiritrompa -ese tubo que se les enrolla bajo la cabeza y que asociamos con una lengua- bien larga, tanto que amerita semejante lambonería. Pero también puede ser un acto de alto sarcasmo: la palabra lepidóptero viene del griego y significa “alas escamosas”; término que puede aplicarse a este presidente fantoche que se la pasó viajando por el mundo con su familia y su comitiva. Nombre científico: Lepidóptero ivanduqueae; nombre común: Iván Duque, vulgar escamoso.
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