El columnista Lucas Caballero Calderón se refería a Alfonso López Michelsen como “compañero primo”, pues el político estaba casado con Cecilia Caballero, pariente del escritor que se hizo conocido en Colombia bajo el seudónimo de Klim. En 1977, y siendo López presidente, los dueños de El Tiempo sacaron al opinador de sus páginas por presión del mandatario quien estaba cansado de las mordaces críticas y denuncias que Lucas hacía en su contra. Una rencilla que había iniciado tres años antes, en 1974, por la herencia de una empresa textilera en Santander que era propiedad de la familia Caballero Calderón, pero que fue expropiada por unos banqueros belgas representados por López Michelsen.
Klim, entonces, publicó textos como Las humoradas del capitán (26, 07,1978), en el que denunció cómo el “compañero primo” usaba el avión presidencial - el “Fonsi Jet”, lo llamó - para paseos familiares. Desde allí también dedicó palabras a los hijos del mandatario, Juan Manuel y Felipe: al primero por beneficiarse de información privilegiada para la compra de la hacienda La Libertad (El Llano, tierra de la libertad, 18,02,1977); el segundo, quien fungió como secretario privado del papá, recibió un contrato como analista de mercados futuros con la Federación Nacional de Cafeteros en momentos en los que arrancaba la bonanza cafetera en el país.
Por estas y otras denuncias más de corrupción, al presidente López Michelsen lo llamaron a declarar ante la Cámara de Representantes de dónde salió absuelto. Eran los tiempos de la “ventanilla siniestra” del Banco de la República, había plata para mover y favores que pagar.
Pero basta de estos desaguisados trasnochados para irnos a unos más contemporáneos y locales: los del “compañero primo” Santiago Osorio Marín, candidato a la Cámara por el Partido Verde y primo del alcalde de Manizales Carlos Mario Marín. El pasado fin de semana LA PATRIA publicó una investigación en la que se evidencian las presiones a contratistas y empleados de la Alcaldía para que recojan firmas y apoyen la carrera política de Santiago (https://bit.ly/3LHKQvj). Desde quitarles los celulares a amenazar con no renovarles el contrato son las quejas de los denunciantes que soportan sus denuncias con pantallazos de sus celulares, fotografías y videos de las reuniones. A esto se suman las fechas de renovación de los contratos de algunos colaboradores de la Alcaldía que coinciden con el fin de la campaña electoral. En otras palabras: si el “compañero primo” gana, hay contratos para ellos.
Todo lo que rodea a Osorio Marín y su campaña hiede a métodos irregulares, por no decir ilegales. A las denuncias de presiones de la Alcaldía para que voten por él (Artículo 387 del Código Penal, Constreñimiento al sufragante), se suma la doble militancia (inciso 1º del artículo 2º de la Ley Estatutaria 1475 del 2011) pues comparte escenario con el liberal José Luis Correa López y, según la investigación de este medio, reparten material promocional de ambos candidatos en eventos realizados en el hotel La República. También el evidente proselitismo político (un delito electoral) por parte de la Alcaldía cuando la primera gestora de la ciudad, Valentina Acevedo, comparte en sus redes sociales imágenes junto al “compañero primo” (https://bit.ly/3H16yqJ) o divulga los trinos y mensajes que este publica en sus cuentas.
Sale en videos aceptando su relación y cercanía con su primo Carlos Mario (Artículo 126 de la Constitución, el detestable nepotismo que tanto daño le ha hecho a esta región), e incluso le puede caer encima xenofobia (Artículo 134A del Código Penal, Actos de discriminación) pues señaló de manera despectiva que Caldas se esta “costeñizando”en LA PATRIA radio esta semana (minuto 15:45 https://bit.ly/355Vmf6), tal y como lo hizo su primo cuando fue concejal de la ciudad en 2018 y por lo que casi le vale una sanción.
No solo le quitó de manera artera el aval del Partido Verde a un candidato que viene años trabajando, sino que ahora lo acusa de querer desprestigiarlo cuando es el mismo Osorio Marín quien se hunde con sus salidas en falso. No da la cara, como se vende en sus vallas publicitarias, pues a la investigación de LA PATRIA le tomó un día para responder con evasivas a través de un patético video y tres días para preparar su discurso y responder a los periodistas de este medio. Él prefiere motilarse a responder.
Como dicen por ahí: “desde el desayuno se sabe cómo será el almuerzo”. Si llega a salir electo el “compañero primo” podemos esperar un congresista ausente. De esos perezosos, marrulleros y endeudados en favores con sus padrinos políticos. Cuando a Klim lo llamaron a declarar ante la Cámara en contra de López Michelsen, publicó una carta en El Tiempo (27,03,1977) llamada Lo que puedo decir de La Libertad, y en ella creo que resume lo que muchos ciudadanos sentimos de nuestro “compañero primo”: “Lo único, pues, que puede salir de todo esto es la indignación de las conciencias a sueldo respecto de las personas que nos atrevemos a pensar que no está bien que las familias que gobiernan alternen la responsabilidad del poder (…) luchemos siempre por una patria más digna y mejor, de donde estén proscritas la inmoralidad y la calumnia y en donde todos los funcionarios del Estado, desde el más alto hasta el más bajo, no solo sean honrados sino también lo parezcan”.
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