Se prohíbe pisar la calle, excepto el día del pico y cédula.
Se prohíbe embolatar la cédula.
Se prohíbe a los niños jugar en los parques.
Se prohíbe a los novios besarse sin tapabocas.
Se prohíbe embolatar el tapabocas.
Se prohíbe salir de la mano: a los enamorados y a las mamás con sus hijos.
Se prohíbe a los mayores de 70 más de una hora de sol.
Se prohíbe hacer deporte después de las 7:00 a.m.
Se prohíbe callejear con un familiar.
Se prohíbe callejear: las salidas son para lo indispensable. Pagar impuestos es indispensable.
Se prohíbe tomar licor en sitios públicos.
Se prohíbe comprar más de una botella.
Se prohíbe preguntar qué relación tiene esto con la pandemia.
Se prohíbe asistir a funerales, excepto si usted es el muerto.
Se prohíbe no reportar resfriados, diarreas o enfermedades. Algunas ideas políticas son enfermedades contagiosas.
Se prohíben las ventas ambulantes.
Se prohíbe criticar a la Policía cuando reprime a facinerosos vendedores ambulantes.
Se prohíbe quejarse por hambre o desempleo.
Se prohíbe ser atenido.
Se prohíbe pedir subsidios. Pídanle plata al banco.
Se prohíben los trapos rojos en las ventanas.
Se prohíbe deprimirse.
Se prohíbe reírse: siempre ha sido peligroso.
Se prohíbe viajar a otro país, departamento o municipio.
Se prohíbe visitar a los papás.
Se prohíbe averiguar por investigaciones sobre Ñeñepolítica, perfilamientos, asesinato de líderes sociales y quién dio la orden de los falsos positivos. (Esto no lo habíamos prohibido, pero tampoco lo habíamos permitido).
Se prohíbe sospechar si en la avalancha de decretos hemos colado micos como el del párrafo anterior.
Violar estas medidas da lugar a multas y procesos policivos, administrativos y penales. De ser necesario llamaremos al Esmad y/o a los militares gringos.
Este decreto rige hasta que saquemos otro.
Prohíbase y cúmplase.