Adriana Villegas Botero


Hace un tiempo escuché que era mejor que los manizaleños no nos quejáramos tanto de Avianca porque el día menos pensado la aerolínea podría decidir dejar de operar la ruta Manizales-Bogotá, ya que no es rentable, y eso sí sería nefasto para la ciudad.
Desconozco la estructura de costos que define cuándo una aerolínea es rentable o no, pero me cuesta creer que el monopolio de Avianca en la ruta Manizales-Bogotá opere a pérdida. Son 7 vuelos diarios, cada uno para 60 pasajeros. Los precios por trayecto van desde $140.000 hasta $480.000, mientras que VivaColombia vende vuelos Bogotá-Pereira a $55.000 o incluso menos. El viaje de Manizales a Bogotá en bus Bolivariano cuesta $60.000.
La molestia de tantos usuarios de Avianca en Manizales no sería más que una anécdota si la ciudad tuviera otra opción para comunicarse por vía aérea con el resto del país. En un mercado con competencia el cliente insatisfecho busca otras opciones. El problema acá es que las otras alternativas aterrizan en el Matecaña, a 50 km, lo cual resulta lejos para una ciudad cómoda, acostumbrada a asomarse por la ventana para comprobar si el aeropuerto está abierto o cerrado, y a llegar a La Nubia con los minutos contados.
(La distancia entre Medellín y el aeropuerto de Rionegro son 36 km y la de Bucaramanga al aeropuerto de Palonegro son 20 km).
Los incumplimientos de Avianca no son casos aislados. Inficaldas le informó a la Corporación Cívica de Caldas que en 2015 uno de cada cinco vuelos fue cancelado o desviado. La cifra no incluye vuelos retrasados. En 2015 Avianca canceló 156 vuelos a Manizales y desvió 331. En estas vacaciones de junio, con tres puentes seguidos, algunos aterrizaron en Pereira y a otros los mandaron para Armenia o Cali. Salir de Bogotá para Manizales y terminar en Cali es tan absurdo como volar entre Bogotá y Medellín y aterrizar en Montería.
Históricamente las razones más frecuentes para cancelar vuelos han sido el mal clima o la ceniza, pero no son solo esas. Cancelan viajes por mantenimientos que programan a la misma hora de los vuelos, por fallas técnicas, falta de personal y lo que tanto comentan los desesperados pasajeros en las salas de espera: sobreventa o bajo número de pasajeros. La semana pasada tuvimos sol y calma en el volcán pero el administrador de La Nubia reportó que Avianca canceló “entre tres y cuatro vuelos diarios por motivos técnicos”. El plato roto lo pagan los viajeros y también los auxiliares de Avianca que no tienen la culpa de las políticas que adoptan sus jefes pero son el pararrayos de la ira de los pasajeros.
En medio de las conversaciones sobre Avianca surge siempre el asunto de Aerocafé. Supongamos que resultan los $424.000 millones adicionales que hacen faltan para construir la primera fase, que consiste en una pista igual de larga a la de La Nubia, ubicada a 35 kms de Manizales. Hace un año se hablaba con ilusión de la coincidencia de tener presidente del Congreso y Ministro de Transporte caldenses para gestionar esa plata que todavía no llega, como tampoco llegaron a Manizales hace dos semanas los altos funcionarios del Gobierno Nacional al foro que se realizó sobre este tema. Pero supongamos que en un futuro sí llega la plata. Respetuosamente pregunto: ¿Con Aerocafé se acabará el monopolio de Avianca en la ruta Manizales-Bogotá? Una cosa es que La Nubia tenga o no capacidades técnicas para operar y otra cosa muy distinta es que Avianca cancele vuelos por razones internas. Nuestro problema es de aeropuerto, pero también de aerolínea.
Mientras aterriza Aerocafé creo que valdría la pena “desaeropuertizar” la conversación: revisar si la única meta es construir un nuevo aeropuerto, o si la meta consiste en mejorar las condiciones de comunicación aérea de Manizales, que pueden incluir otro aeropuerto, pero también gestiones para buscar nuevas aerolíneas que operen en la ciudad y para mejorar las condiciones de La Nubia. Si el país tiene al menos 8 aerolíneas para transporte de pasajeros que llegan a lugares tan remotos como a Mitú o Guapi, no entiendo por qué acá estamos condenados a una única alternativa para volar a Bogotá, en viajes que terminan en bus a Pereira.
Pie de página: De acuerdo con el sitio web del Centro de Historia de Manizales, mañana lunes 10 de julio se cumplen 42 años de la constitución de la Sociedad Aerocafé, con capital autorizado de $100 millones.
Recuerda también el Centro de Historia que hace exactamente 70 años aterrizaron en el Aeropuerto de Santágueda dos aviones de Socomec, que probaron la pista de 300 metros. En 1961 Aerotaxi inauguró vuelos desde Manizales con dos aviones Cessna y 10 años después se fundó Aces, con socios y capital de Manizales y Medellín.
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