La siguiente ponencia participó en la 1er. versión del Foro Juvenil: Imaginando al mandatario ideal, organizado por el Programa Prensa Escuela y apoyado por la Corporación Cívica de Caldas. Este se efectuó el 1 de septiembre del 2015.
A propósito de un tema tan actual como las campañas electorales, quisiera citar un texto para hacer referencia al término “Gobernar” y argumentar un poco acerca de esto, dice John Locke lo siguiente: “Se debe, pues, considerar tirano a todo gobernador, o como quiera que se titule, que no tenga ley como regla, sino su voluntad propia y cuyos mandamientos y actos no están dirigidos hacia la preservación de las propiedades de su pueblo, sino hacia la satisfacción de su propia ambición, de sus venganzas personales, de su codicia o de alguna otra pasión semejante”.
De acuerdo con este pensamiento, se puede manifestar que no hay mayor error que un candidato pueda cometer, que vender falsas esperanzas a aquellos que esperan fervientemente el cumplimiento de sus promesas, un mandatario debería ser alguien que piense en el bien común, que no quiera beneficiarse a sí mismo y quiera enriquecerse con el esfuerzo de su pueblo. De este tipo de personas ambiciosas están llenos los pueblos y la gente que elige, ha desarrollado un espíritu de resistencia y negatividad hacia la política y sus gobernantes.
A Aquel hombre elegido, anhelaría verle puesto en los zapatos del otro, para que sea revestido de humanidad, al intentar dar solución al gran número de necesidades que se suscitan en una nación; qué ideal es verle sortear toda situación sin ningún egoísmo o avaricia, pero… ¿Cómo es posible que un candidato cuando quiere llamar la atención para conseguir votos, mienta, convirtiéndose esto en traición?, o peor aún ¿Por qué genera ilusiones sabiendo que desde un principio ya tienen la idea de no poder cumplir por múltiples circunstancias?.
Supongo que en este transitar, muchos de estos gobernantes han sufrido, quizás han experimentado necesidades primarias muy profundas y, tal vez, ha llegado la hora de cobrarle a quienes ahora repiten esta situación de escasez y dificultad y peor aún, consideran la idea de compensar económicamente todos los vacíos vividos,
En todo caso, cuando la justicia nos alcance, cuando hayamos trascendido la ética y ésta viva en nosotros, tendremos al mandatario soñado, ya que estamos acostumbrados a ver que quien asume este cargo tiene dinero, poder, influencia y estudios, esto es lo que comúnmente llamaríamos “Palanca”. ¿Por qué una persona con liderazgo, pero sin ese llamado poder, e influencia y dinero, es decir, alguien relativamente del pueblo, podría estar como mandatario?
Anhelo ver a un ciudadano común, lleno de altruismo, justicia, talento, ética y amor a la democracia, que sufra las vicisitudes de su gente y quiera enarbolarlas en proyectos de gobierno transparentes, que con gran valor los lleve a la plaza pública y los ciudadanos en su rostro hagan lectura de la sinceridad que acompaña sus ideas y cambien los paradigmas, donde las personas acaben con las viejas maquinarias y aplaudan propuestas nuevas, oxigenadas, desprovistas de intereses particulares y así la política sufra una transformación histórica.
Para lograr esto, sin lugar a dudas, tendrá que transcurrir muchísimos años, para que la cultura cambie, los pensamientos politiqueros se transformen y haya una nueva generación dispuesta a apostarle al mandatario ideal; El cambio debe ser de todos, tanto de los elegidos como de los que eligen. El futuro está en nuestras manos y seremos todos, quienes actuando con responsabilidad ciudadana, construiremos el futuro que soñamos.
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