Mateo Tobón es estudiante del LANS. Él hoy quiere compartir con los lectores un ejercicio escrito que hizo sobre las inquietudes que nacen al pensar en la muerte.
¿En verdad sabemos qué es la muerte?, ¿estamos preparados para ella?, ¿hay vida después de la muerte?, ¿existe un alma inmortal? Estas y muchas más preguntas se formulan centenares de personas a diario, personas que buscan respuestas más arriesgadas en el ámbito moral e intelectual. Otras personas dan respuesta desde las perspectivas científica y experimental, pero ¿en verdad estas respuestas son ciertas?, ¿estas teorías tienen validez universal?
Desde mi punto de vista nadie tiene la facultad de dar una respuesta a estas preguntas, pues los únicos que pueden llegar a darla están en otra dimensión, en la nada, en el cielo, en el infierno, pero no en la vida para contarnos su experiencia, por eso la muerte es algo desconocido y enigmático, algo de lo que muy pocos tenemos certeza, ¿acaso esperaríamos que un niño que está lleno de vida muera o que una persona con una enfermedad sin cura pueda llegar a sanarse sin alguna explicación científica?
La muerte no tiene hora, fecha o lugar preparado, no tiene preferencia racial, monetaria o intelectual; a todos nos llegará por igual en el momento en que menos lo imaginamos, cuando hemos cumplido nuestros logros, cuando conseguimos un buen trabajo en otro país, en el momento menos esperado, por eso les pregunto: ¿están preparados para la muerte?, ¿creen que han cumplido todas las metas en su vida?, ¿han sido buenas personas en vida; buenos padres, hijos o acaso todavía hay cosas por mejorar?
A la muerte no le importas si estás bien o estás mal, eso es cuestión tuya. Por eso cada día que pase debemos ser los mejores en todos los espacios: familiar, espiritual, intelectual… para que el día de la muerte no te tome por sorpresa.
¿Será que las personas van al cielo? Una pregunta que ha generado muchos debates y confusiones a nivel mundial. ¿Será que el cielo existe, es real o solo un pasaje para las personas se sientan más tranquilas con la idea de que el futuro después de la vida será mejor? Frente a esta pregunta sí que han existido hipótesis de rechazo y aceptación, pero no vemos el cielo en el amor de una madre, en la preocupación por nosotros de nuestros seres más queridos, en la belleza de la naturaleza y en la importancia que nuestros amigos nos dan. ¿Acaso es necesario que un suceso sobrenatural pase en nuestra tierra para creer que el cielo existe?
Hay que temer a la muerte, debemos temer a una mala preparación para esta, porque no habrá más tiempo para remendarlo, pero si tuvimos una buena preparación, cuando esta llegue y podamos experimentar qué es el cielo, tendremos la oportunidad de responder todas esas inquietudes a quiénes todavía no se imaginan nada.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015