ADRIANA OSORIO
NEGOCIOS|LA PATRIA
Dice que admira el trabajo de Colombia en innovación y creación de clúster. Resalta las laboras de Bucaramanga, Cartagena, Cali y Medellín, además de los primeros pasos que da Manizales en la unión de gremios e instituciones.
Por esto, el docente mexicano Leonel Guerra aceptó la invitación a la capital caldense con el fin de hablar sobre la importancia de los clúster en el desarrollo de las regiones. La conferencia se realizó hace dos semanas en el Fondo Cultural del Café.
En entrevista con NEGOCIOS, Guerra recordó a Michael Porter como el percursor de los clúster y por qué se interesó por este modelo económico hace 23 años.
¿Cuál es su propósito en Manizales?
Colombia se ha convertido en ejemplo mundial de clúster económicos para el desarrollo regional. Me he dedicado 23 años a trabajar ese tema. Pretendemos sensibilizar a la comunidad de Manizales sobre la importancia de este enfoque para generar riqueza. Al principio, es económica, pero esta trae la riqueza social, en educación, salud, seguridad. Las dos últimas décadas del siglo pasado un profesor de Harvard, Michael Porter, lo puso de moda en sus investigaciones.
¿Cómo se logra esa construcción de los clúster?
Esto viene de la naturaleza del ser humano. Cuando varios se juntan para hacer lo mismo les va mejor que si cada uno lo hace por separado. Hay momentos en la historia de la humanidad en que el egoísmo no ha dejado avanzar mucho esos planes, pero también los hay en que varios actores acuerden trabajar juntos. Cuando los empresarios se ponen de acuerdo con los gobiernos y las universidades, se generan iniciativas sin precedentes y que generan riqueza.
¿Qué es entonces la innovación y cuál es la relación con los grupos productivos?
Este asunto empezó con la calidad, luego la productividad y luego la competitividad. Con esta última característica surge la innovación y creo que en esta ciudad se está haciendo un trabajo interesante. La innovación no es nueva, es mejorar las cosas, sin embargo, ahora hay otro tipo de consciencia porque los clientes empezaron a ser más exigentes a la hora de consumir. Es hacer rupturas en las estructuras económicos de las empresas.
¿En México cómo está el proceso de formación de clúster?
Empezó en la última década del siglo pasado. Michael Porter publicó la obra La ventaja competitividad de las naciones. Este libro cambió la economía. A menos de un año se empezó a aplicar el modelo de clúster en México. A los cinco años, en Centroamérica hubo un movimiento de competitividad en el que participaron Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica. Empezaron el movimiento de calidad. Pero funcionaron primero en Colombia que en Centroamérica y México, aunque hubo un choque cultural, porque las creencias de los anglosajones sobre la economía son diferentes a las nuestras, por lo que los latinos tardamos en darnos cuenta cómo trabajar ese modelo.
¿Cómo ve a Colombia en el proceso?
Es un país que hace esfuerzos importantes y va hacia el éxito. La innovación surgió teóricamente hace 20 años, pero del dicho al hecho hay mucho trecho, y pocas comunidades empezaron a aplicar la innovación disruptiva, que rompe los patrones tradicionales de manejo de la economía. Colombia está haciendo esa ruptura. Cali, Bucaramanga, Cartagena y Medellín son ejemplos. La innovación es resultado de compartir los conocimientos y tecnologías.
¿Qué papel juega la tecnología?
La innovación se da en todo ámbito de la actividad humana, gobierno, instituciones, pero lo que más llama la atención es cuando se generan productos tecnológicos o servicios como la biomedicina. Eso es innovación y tecnología en el más amplio sentido de la palabra. De ahí se generan las tecnologías y las más prometedoras se vuelven patentes y se comercializan. Cuando se venden se puede decir que se dio la innovación.
¿Cómo lograr el trabajo conjunto?
Es tan sencillo que parece una ingenuidad. El éxito de los clúster se inicia cuando se da respuesta a una pregunta clave: ¿qué podemos hacer juntos, siendo competidores, para beneficiar nuestros productos y servicios? Si solo se pide una idea de cada uno, salen hasta 40 beneficios que estaban en la oscuridad. La manera de lograr esto es con la voluntad.
Trayectoria
Leonel Guerra Casanova es ingeniero químico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Se desempeñó por varios años como docente de esa institución y luego estudió una maestría en ingeniería de gases. Los primeros pasos fueron investigación aplicada en esta carrera. Cuenta que en 1973, un estudiante le entregó un folleto que promocionaba una maestría en sistemas humanos, y decidió hacerla. "Esto cambió mi derrotero en la vida. Me metí al mundo de la planeación y la calidad, al aspecto humanista, que se queda en la frontera de los ingenieros".
En 1991, cuando era director del Centro de Competitividad Internacional de Chihuahua, empezó su trabajo en la formación de clústers. Ha participado en proyectos con el Banco Mundial, USA Aid y el Banco Interamericano de Desarrollo, y en la actualidad es el director del Grupo Sustava, de consultores, y continúa como docente en Monterrey.
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