Óscar Veiman Mejía
LA PATRIA | El Diamante
Ann y Patrick. Veteranos corresponsales de periódicos y agencias europeas tenían claro que ayer la noticia grande del mundo estaba en el fondo de la selva colombiana. En la tarde del viernes luego de aterrizar en el aeropuerto de Florencia (Caquetá) buscaban desesperados dos periodistas más para completar el cupo en un Daewoo rojo. “Timochenko habla mañana a las 7:00 a.m.. Debemos estar ahí”, dijo Patrick, de L'Équipe, de Francia.
Y sí, ayer a primera hora luego de dormir en un campamento de la guerrilla estaban en primera fila escuchando al comandante de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, quien el próximo 26 de septiembre firmará el Acuerdo en Cartagena al lado del presidente, Juan Manuel Santos.
Con cerca de otros 200 periodistas oyeron la voz del líder guerrillero. Dijo que el significado del Acuerdo final es más importante de lo que parece a simple vista.
“Si nuestros adversarios quieren pregonar que ganaron la guerra, allá ellos. Para las Farc-EP y nuestro pueblo la mayor satisfacción será siempre haber ganado la paz”.
El jefe de las Farc habló en una tarima construida en la explanada en la que se concentraron los guerrilleros, flanqueado por los demás miembros del Secretariado, máximo órgano de decisión del grupo armado, todos vestidos con camisetas blancas con el logotipo de la Conferencia rebelde y el eslogan Reconciliación nacional, paz con justicia social y democracia avanzada.
Entre ellos estaba Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, jefe del equipo negociador de la guerrilla en los casi cuatro años de diálogos con el Gobierno.
A su lado estuvieron Félix Antonio Muñoz, alias Pastor Alape; Rodrigo Granda, alias Ricardo Téllez; Jorge Torres Victoria, alias Pablo Catatumbo; Seusis Pausivas Hernández, alias Jesús Santrich; Luis Antonio Losada, alias Carlos Antonio Lozada, y Milton de Jesús Toncel, alias Joaquín Gómez.
La ruta
Los reporteros de Europa y dos colombianos recorrieron la antigua zona de despeje militar (1998-2002).
Un campesino comentó: “Fueron 10 o 12 años muy violentos por aquí”.
Los llanos del Yarí, en San Vicente del Caguán (Caquetá), son 364 mil hectáreas de sabanas, humedales y selva, mucha selva. Son la puerta de la Amazonía.
Para llegar allí se debe viajar dos horas por aire desde Bogotá. Tres horas por tierra de Florencia a San Vicente del Caguán y siete por una carretera destapada hasta El Diamante. Donde desaparece la Colombia montañosa para convertirse en una mesa de billar perfectamente verde.
El vuelo Bogotá-Florencia tarda dos horas. Luego, por la carretera Marginal de la Selva el arribo es a la cabecera municipal de San Vicente del Caguán. La ruta continúa por una vía destapada, durante cuatro horas. El siguiente punto de llegada es la vereda Las Damas.
Durante 60 años han sido el enclave estratégico de las Farc. Allí, bajo un sol, millones de mosquitos y rodeados de pasto y más pasto llegaron decenas de periodistas de todo el mundo a escuchar: “En sus manos está el futuro de Colombia", dijo Timochenko en su discurso inaugural a los cerca de 200 delegados de la guerrilla que acudieron a la inhóspita y recóndita región de El Diamante.
Objetivos
El encuentro tendrá por tanto dos propósitos, por un lado que los delegados elegidos por las diferentes unidades de las Farc hagan ese análisis del acuerdo para que tenga "carácter vinculante" y que decidan los pasos a seguir tras su disolución como organización armada.
De particular importancia es ese estatus que se le dará al acuerdo, ya que hará que sea "de obligado cumplimiento" para todas las estructuras de las Farc, según destacó el líder guerrillero en su discurso.
Al tener esa fórmula, se evita las posibles disidencias como las que comenzaron a surgir en el seno del Frente Uno hace dos meses.
Antes de comenzar con el protocolo que dio inicio a siete días de debates al estilo de los congresos del Partido Comunista de la antigua Unión Soviética, sonaron los himnos de las Farc y de Colombia, con unas estrofas agregadas al habitual en el que llaman a combatir y morir por la patria.
Al eslogan de la conferencia hizo referencia en varias ocasiones Timochenko, que recordó algunos de los puntos ideológicos de las Farc y dijo que la organización tiene un marcado carácter "democrático" y no es guiada solo por sus mandos.
El acuerdo que debe ratificar la Conferencia Nacional Guerrillera fue rubricado el pasado 24 de agosto en La Habana, sede de los diálogos de paz, y será firmado el 26 de septiembre en Cartagena de Indias.
Posteriormente, será sometido a consulta popular en un plebiscito convocado para el 2 de octubre.
Una vez pasados esos trámites, Colombia verá el fin de más de medio siglo de conflicto armado con la guerrilla más antigua y numerosa del continente.
Con información de Efe.
Plebiscito
Los colombianos que están en la vida civil tienen su plebiscito para el 2 de octubre próximo, los guerrilleros de las Farc tienen el suyo por estos días. Se reúnen, en esta tierra donde se han movido como pez en el agua, para dar su propio Sí al Acuerdo, que el 24 de agosto pasado firmaron con el Gobierno en La Habana, tras cuatro años de conversaciones. También para dar su paso histórico a la política.
Con la Conferencia del 2016, que se inició ayer y va hasta el sábado próximo viernes, completan 10. Las otras fueron, básicamente, para planear la guerra. Esta es la última en armas y es para tomar el rumbo de la paz y de la democracia, a través de la creación de su partido político.
Punto de congruencia
A estos Llanos del Yarí, corredor hacia la selva Amazónica, llegó Manuel Marulanda Vélez Tirofijo a mediados de los años 60. Huía de las acometidas del Ejército de Colombia a las llamadas Repúblicas Independientes de Marquetalia (sur de Tolima), Río Chiquito (Cauca), Guayabero (Meta) y El Pato (Caquetá y Huila).
Con el paso de las décadas convirtieron el Yarí en su retaguardia, en una zona comprendida entre el río Duda, la Serranía de la macarena y el río Guayabero, todo en un punto de congruencia de los departamentos de Caquetá, Meta y Guaviare.
En ese sitio, considerado por las Fuerzas Militares como clave para manejar el narcotráfico, llegaron acciones del Ejército en estos 50 años. Desde la operación Soberanía, en 1964, pasando por la Centauro, Casaverde, Destructor 1 y 2 hasta los planes patriotas y Consolidación.
En medio del fuego también hubo coqueteos, unos menos tímidos que otros, por acordar la paz. En Casaverde, comando de Tirofijo en la Uribe (Meta) donde se firmó el cese de hostilidades con el presidente Belisario Betancurt.
En el periodo presidencial de Virgilio Barco sus consejeros también estuvieron en la zona. En 1998 el conservador Andrés Pastrana pactó con las Farc la desmilitarización de un territorio de 140 mil kilómetros correspondiente a cinco municipios de Meta y Caquetá y que entró en vigencia a partir del 7 de noviembre de 1998.
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