La banda criminal ‘la Empresa’, que desde el 2010 controlaba las extorsiones y el microtráfico en Buenaventura, hoy no sería más que un pequeño grupo de delincuentes que se esconden en dos barrios de bajamar del Puerto.
La organización criminal de 150 hombres, según fuentes de inteligencia, habría sido absorbida por ‘los Urabeños’, quienes llegaron al Puerto desde mediados del año pasado para apoderarse de todos los negocios ilegales.
Una fuente de la Policía sostuvo que cerca del 80 por ciento de ‘la Empresa’, unos 120 hombres, cambió de bando y ahora hace parte de las filas de la banda del Urabá antioqueño.
La caída de ‘la Empresa’ habría culminado el pasado viernes en el corregimiento Potedó, a 40 minutos de Buenaventura, donde fueron asesinadas diez personas que, en su mayoría, hacían parte de esta organización.
En la balacera que al parecer se desató en una reunión que citaron ‘los Urabeños’ en un balneario, para pactar una supuesta tregua, habrían caído los pocos cabecillas que quedaban de ‘la Empresa’. Una hipótesis apunta a que el supuesto encuentro era una trampa de ‘los Urabeños’ a miembros de ‘la Empresa’, a quienes culpan del decomiso de un semisumergible con el que transportaban cocaína.
LA CORONA ES DE ‘LOS URABEÑOS’
El control, entonces, de las vacunas a comerciantes y mineros, las rutas del narcotráfico, los expendios de drogas, los secuestros, habrían quedado bajo un mismo poder: ‘los Urabeños’.
¿Cómo lo lograron? En Buenaventura desde el año pasado hay un rumor: llegaron con plata. Esa sería el arma que habrían utilizado la banda criminal más temida del país para adueñarse del puerto considerado una joya para narcotraficantes, guerrilleros y paramilitares.
‘La Empresa’, por su parte, estaba en quiebra. Un oficial de inteligencia de Buenaventura cuenta que muchos jóvenes que hacían parte del grupo “estaban aguantando hambre”. La mayoría no tenía más opción que participar en actividades ilícitas a cambio de cinco o diez mil pesos para la comida del día.
Algunas versiones sostienen que la crisis de la estructura criminal, conformada por exmiembros de las Autodefensas y exguerrilleros del Frente 30 de las Farc, iba de la mano con el debilitamiento que vivieron los ‘Rastrojos’ en el 2012, luego de la entrega de los hermanos ‘Comba’ y la captura de ‘Diego Rastrojo’.
“Se dice que ‘la Empresa’ era patrocinada por ‘los Rastrojos’, pero, debido a todas las divisiones que tuvo esa banda, dejaron de recibir apoyo y allí empezó su caída”, dice un investigador de la Policía Valle.
La oferta de trabajo que llevaron ‘los Urabeños’ a Buenaventura resultaba, entonces, muy atractiva para aquellos miembros de ‘la Empresa’ que estaban cansados de trabajar gratis. A algunos, de acuerdo con documentos que han conocido las autoridades, les ofrecieron una mensualidad de 500.000 pesos y hasta 800.000 pesos.
Incluso, muchos recibieron “bonificaciones” según la información que entregaran porque -explican las fuentes de inteligencia- ‘los Urabeños’ pagaban millones por las cabezas de ‘la Empresa’.
Un teniente que el año pasado llegó a al Puerto para investigar a los autores de la racha de violencia explica que aquellos que se cambiaron de bando tenían la obligación de delatar a sus antiguos jefes.
Aquella deslealtad explotó el 6 de octubre, cuando alias 'Ramiro', uno de los cabecillas de ‘la Empresa’, fue asesinado en la puerta de su casa del barrio La Independencia. Desde entonces, en el municipio se desató una guerra que solo ese mes dejó más de 60 muertos.
Luego de ‘Ramiro’ siguieron ‘Cristo Malo’, ‘Javier’ y otros jefes de la banda que hasta mediados del año pasado controlaba el Puerto.
La caída de la estructura sería tan evidente que alias 'Orejitas' o 'el Mono', a quien la Policía ha identificado como el líder de ‘la Empresa’, habría huido de Buenaventura debido a amenazas. Hoy estaría escondido en un barrio de Cali.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015