COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
La noticia no sorprendió a nadie. Los especialistas ya esperaban un pronunciamiento directo del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, que por estos días se reúne en Azerbaiyán, y donde se le dio a Colombia un plazo de dos años para resolver el caso del edificio Aquarella, en Cartagena.
Se trata de la polémica torre que fue construida a pocos metros del Castillo San Felipe de Barajas, de los lugares históricos de la ciudad y de los más visitados por los turistas. Dicho Comité le dio plazo hasta el 2021 al Distrito de Cartagena para que apruebe los dos planes especiales de manejo y protección del patrimonio: el Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico, PEMP, y el POT, Plan de Ordenamiento Territorial, indispensables para el orden urbano en la ciudad amurallada y lograr que se cumplan las normas de construcción en las zonas declaradas como Patrimonio Histórico de la Humanidad.
Dichos planes son requisitos para hacer parte de la lista de patrimonio de la Unesco, pero Cartagena cumple 35 años haciendo parte de ese inventario sin haber implementado esos planes. De no cumplirse con lo solicitado la capital de Bolívar podría hacer parte de la lista de patrimonio en riesgo, lo que sería un golpe para la ciudad amurallada.
El problema es que Aquarela es tan solo uno de varios que enfrenta Cartagena en el camino a mantener su patrimonio vivo y bajo los lineamientos de la Unesco para seguir haciendo parte del Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad.
La lista de construcciones que están bajo la lupa de expertos de la Unesco no es corta, eso sin mencionar aquel patrimonio que ya se ha empezado a deteriorar por la crisis del cambio climático, como es el caso del Fuerte de San Fernando.
El cumplimiento
La solicitud de la Unesco de cumplir estos requerimientos indispensables se la ha hecho a Cartagena desde hace 15 años. En enero, el alcalde encargado, Pedrito Pereira, se refirió a este tema y aseguró que la ciudad está presta a culminar la formulación, con su debida socialización, del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), de las condiciones de la Unesco.
Sin embargo, expresó que para ello debe darse una condición. “Una vez Fonade y Planeación Nacional le devuelvan los recursos a la ciudad, estaremos listos para culminar la formulación del Plan”, dijo Pereira.
Hablaba de recursos por 2 mil millones que no se ejecutaron. “En esas gestiones estamos, devueltos esos recursos podemos empezar la socialización del acuerdo a los lineamientos que da la ley”, agregó.
Con relación al Plan de Manejo Especial del Centro Histórico, PEMP, el mandatario anunció que se trata de un tema de competencias.
“La posición del Ministerio de Cultura es que sobre los bienes de interés cultural nacional: murallas, castillos o fuertes, la competencia es de ellos, y sobre los otros bienes la competencia es del Distrito”, dijo el alcalde encargado, pues la ciudad ha tenido 11 alcaldes en seis años.
El Ministerio de Cultura admitió que de haber tenido estos PEMP a tiempo se habría frenado la construcción de Aquarela, que el informe de la misión de asesoramiento del Consejo Internacional de Sitios y Monumentos (Icomos) para la Unesco, recomendó demoler.
Más peros
En el informe de dicha misión también se refieren al Hotel Santa Catalina, al cual se refieren como 'amenaza', ubicado en la Plaza de Los Coches, en el Portal de Los Dulces.
“Las obras en el Hotel Santa Catalina despiertan dudas sobre la pertinencia de la aprobación del proyecto de intervención, considerando los valores histórico-arquitectónicos de los bienes inmuebles que se están trabajando y su ubicación en el espacio urbano de la Plaza de Los Coches. Cabe destacar que este hotel está en una zona urbana extremadamente sensible, en el Portal de Los Dulces, comprometiendo el aspecto visual desde la puerta principal de Cartagena en la Torre del Reloj”, dictó el informe.
Lo que sorprende es encontrar que el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC) aprobó el proyecto, aunque durante el proceso hubo actividades no autorizadas, por lo que se debió suspender la obra.
Estas alarmas no son nuevas y han salido a la luz desde que estalló el escándalo de Aquarella y, de hecho, en el Centro Histórico lo único que pasa la prueba de
Vigilancia
La Procuraduría General de la Nación vigila el edificio Aquarela, también Las Flores en Manga; una construcción en Bocagrande con licencia suspendida y revocada; control al proyecto Hotel Le Chateau en la calle de la Media Luna en Getsemaní; una construcción en la Avenida Pedro de Heredia entre la urbanización La Castellana y Contadora, que está sobre el espacio público; otra en la calle del Estanco del Aguardiente; una más que es ilegal en el canal Piedra de Bolívar, entre otros.
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