COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
El presidente, Juan Manuel Santos, ordenó reabrir la vía que comunica a Bogotá con Villavicencio, que se encontraba cerrada desde el pasado miércoles como medida preventiva ante la inminente caída de la parte que quedó en pie del puente del sector Chirajara.
“Después de reunirme con @MinTransporteCo y el concesionario, y de evaluar un plan de medidas de prevención y seguridad presentado por Coviandes, he dado la orden de reabrir la vía al Llano para beneficio de los llaneros y los usuarios de este importante corredor”, señaló en Twitter.
La decisión de cerrar la vía fue tomada el pasado miércoles en horas de la noche por el ministro de Transporte, Germán Cardona, luego de recibir los resultados de la investigación que se abrió por el desplome de una parte del puente atirantado.
El informe de la interventoría de la obra evidenció que la estructura colapsó debido a problemas en el diseño y la construcción del puente, por lo que es inminente la caída del sector que quedó en pie, razón que llevó a las autoridades a tomar medidas de emergencia para evitar más tragedias.
Sin embargo, la medida generó rechazo de diferentes sectores, principalmente de la gobernadora del Meta, Marcela Amaya, y el alcalde de Villavicencio, Wilmar Barbosa, quienes aseguraron que la decisión se tomó sin consultar con las autoridades del departamento y sin considerar la afectación económica y de movilidad que les generaba ese cierre.
El Gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, también se quejó del cierre de la vía, porque generaba un grave impacto en 10 municipios de la provincia de oriente y, principalmente, en la economía del centro del país.
Sectores afectados
Los principales afectados eran los agricultores de los Llanos Orientales, quienes se quejaron por las dificultades en el transporte y los sobrecostos en la comercialización de sus productos, lo que generaría un incremento en el precio de alimentos para los consumidores.
El presidente de la Sociedad Colombiana de Agricultores (SAC), Jorge Bedoya, manifestó que esa decisión generaba una afectación a los sectores agropecuarios del país, por los sobrecostos que se generarían, así como por la pérdida de alimentos perecederos.
“Solo por poner dos ejemplos: el 50% de la carne de cerdo que se consume en Bogotá viene de los Llanos Orientales, así como el 60% de la carne de res, esto hubiera generado sobrecostos, porque el tránsito por la vía alterna puede tomar cerca de 15 horas”, indicó Bedoya.
De acuerdo con las cifras reportadas por el Sistema de Información de Precios (Sipsa) del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, a la Central de Abastos de Villavicencio (CAV), en una quincena normal pueden ingresar en promedio 3500 toneladas de alimentos.
Para el caso de la principal central de abastecimiento del país (Corabastos), en promedio ingresan 1500 toneladas de alimentos en 60 camiones. De este volumen, 350 toneladas son de yuca, 600 son de plátano, 110 de cítricos y 290 de frutas, entre otras.
El presidente de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar), Juan Carlos Rodríguez, advirtió al Gobierno del impacto negativo que tuvo la medida por los costos operativos que iban a tener que acarrear los transportadores de carga.
La vía Bogotá-Villavicencio tiene una distancia de 86 kilómetros, los cuales se recorren en aproximadamente dos horas, por donde transitan vehículos de transporte intermunicipal, de carga y tractocamiones con derivados del petróleo hacia el centro del país.
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