Arcadio González Ardila
Colprensa | LA PATRIA | Bogotá
La frase de un destacado exministro del Interior cuando decía que la política es dinámica, no puede ser más acertada para la situación actual que vive el país.
Hasta hace pocas semanas la gran preocupación del Gobierno era garantizar la implementación de los acuerdos de paz, hoy parece un tema ‘chuleado’.
De hecho, mientras el uribismo promueve la idea de que si alguna de las fuerzas políticas que apoyaron el No en el referendo del 2 de octubre gana la Presidencia en el 2018, se buscará cambiar el acuerdo.
Pero pensando en esa eventualidad, el senador liberal Horacio Serpa Uribe le pidió al Partido de La U “estar alerta” y hasta le propuso “continuar reflexionando con ustedes sobre el futuro político, económico, social y cultural del país”.
Si bien la Unidad Nacional -de la que formaban parte liberales y La U- dejó de existir, su misión se cumplió en su totalidad: el Congreso de la República aprobó la columna vertebral de la normatividad que requiere cumplir lo pactado con las Farc.
Quiere decir que el tema de paz ya no es ‘la gran preocupación’ del Gobierno y la oposición, como sí lo son los efectos que podría tener el escándalo de Odebrecht, por la supuesta penetración con dineros de sobornos a las campañas presidenciales del 2014.
A ambos sectores les asiste razón en sus temores frente al futuro político. Dicen los entendidos que para el presidente Santos, por ejemplo, “no es fácil” asumir este escándalo apenas dos meses después de haber recibido el Premio Nobel de Paz, pese a que no se ha probado el ingreso de dineros de Odebrecht a su campaña.
Para el Centro Democrático, agregan las fuentes, tampoco es fácil respaldar nuevamente a su ex candidato presidencial del 2014, Óscar Iván Zuluaga, quien quiere repetir en el tarjetón, cuya vinculación con Odebrechet pareciera mucho más evidente.
“Es claro que las consecuencias penales son diferentes a las políticas, pero en una época preelectoral como esta se verán afectados precandidatos como Germán Vargas Lleras o quienes salgan a nombre del Centro Democrático, o del santismo”, considera el catedrático de Eafit, Jorge Giraldo Ramírez.
Cruzada contra la corrupción
El escándalo de la multinacional brasilera es para el catedrático Darío Villamizar Herrera ‘la punta del iceberg’ de una situación entronizada en la vida nacional que apenas comienza a mostrar sus verdaderos efectos.
“Desde ya se ve que todos los candidatos, salpicados o no por Odebrecht, aprovecharán la coyuntura para sacar réditos políticos. En esa ‘cruzada contra la corrupción’ podrían salir ganando quienes demuestren más autoridad moral para hablar del tema”, sostiene.
El exministro del Interior Armando Estrada Villa considera que debido a la indignación nacional que ha generado este escándalo, “tendrán menos posibilidades quienes tengan señalamientos, con serias sospechas sobre los candidatos del Centro Democrático como del Gobierno del presidente Santos”.
Claro que los dos observadores coinciden en que aún es muy prematuro para medir el verdadero impacto del ‘efecto Odebrecht’, teniendo en cuenta que faltan 15 meses para los comicios presidenciales, demasiado tiempo para un país como Colombia, donde la dinámica noticiosa cambia todos los días.
Con todo, las fuentes consultadas sostienen que el ‘efecto Odebrecht’ se está sintiendo por igual en todas las campañas políticas, en especial las que promueven candidatos de Gobierno y oposición.
Al decir de los expertos, en esa diáspora de opiniones políticas frente al escándalo saldrán beneficiados los que encarnen una tercería, pero con un mensaje que verdaderamente cale en la opinión pública de que la corrupción es el principal problema del país.
En un país en el que durante décadas los debates electorales tuvieron como eje el conflicto armado con las Farc, pareciera que la firma de la paz con esa guerrilla permitirá que las autoridades y el electorado den más atención a otros males crónicos, como el de la corrupción.
Los otros efectos
1. Aunque el ‘efecto Odebrecht’ se sentirá con mayor intensidad a medida que transcurra este año preelectoral, los analistas esperan otro tipo de ‘coletazos’. Uno de ellos lo plantea el profesor de la Escuela de Administración de Negocios Ancízar Marroquín.
“Lo que se ve es que para estas elecciones presidenciales todas las campañas serán más cuidadosas en no recibir aportes de extranjeros por las implicaciones jurídicas y políticas que podrían tener más adelante. Quiere decir que los candidatos tendrán menos plata para gastar y por tanto tendrán que ajustarse el cinturón”, destaca Marroquín.
2. Otra consecuencia que podría dejar este escándalo en los próximos años es que “por buscar la moralidad se afecte el desarrollo del país”.
La tesis es del periodista Gustavo Álvarez Gardeazábal, quien considera preocupante la situación, ya que los grandes conglomerados -que en teoría financian por igual a las campañas con mayor opción de triunfo- “podrían perder interés en ejecutar grandes obras de infraestructura, lo que afectaría el desarrollo económico del país”.
La Corporación Transparencia por Colombia les pidió esta semana al Gobierno Nacional y al Congreso tramitar una “reforma electoral urgente y estructural”, que incluya temas como: sistema de financiación, rendición de cuentas y control de las campañas políticas en Colombia “para blindar las elecciones y la democracia de posibles riesgos de corrupción”.
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