
Durante la última declaración de este ciclo de conversaciones, la comisión negociadora de las Farc emitió un fuerte comentario en contra de las declaraciones que ha hecho el presidente Juan Manuel Santos durante su viaje por Europa.
Lo primero que critican es “la actitud jactanciosa” del Presidente cuando habla de los golpes militares asestados a las Farc en Colombia durante los últimos días. Para ellos, Santos actúa “como si no hubiese conversaciones o simulando que el país no está sufriendo los estragos de la confrontación”.
También critican el comentario hecho por el Presidente en España sobre la posibilidad de que si las Farc atentaran contra una figura importante, el proceso de paz se destruiría, calificándola de discriminante.
Para las Farc, “esta discriminación entre vidas que tienen valor y otras que no lo tienen, porque simplemente no pertenecen a la clase de los pudientes, es lo más repugnante que se le pueda escuchar aun mandatario que pregona estar comprometido con la reconciliación del país”.
Reiteraron, una vez más, que esta guerrilla no se encuentra negociando en La Habana (Cuba) por presión militar del Estado, sino por un “compromiso estratégico con la paz”. Para ellas, éste es un mito promovido por el Gobierno que, junto con otros, “es necesario desmontar”.
Otro mito que pretenden desmontar es que “no existe el terrorismo de Estado” y que “en Colombia hay una democracia y que los representantes del Establecimiento son sus defensores”. Ellos afirman que su “defensa de las mayorías va en serio, de lo que se desprende, que no cesaremos en insistir en resolver los problemas esenciales que han causado la miseria y la desigualdad”.
En ese sentido, afirmaron coincidir con el presidente Santos en que “los acuerdos parciales hasta ahora logrados, son casi nada”, porque “lo fundamental aún está por debatirse”.
Así, también quieren desmontar el mito de que “se puede llegar a la paz sin la desmilitarización de la sociedad y el Estado y manteniendo vigentes factores inhumanos como la Doctrina de la Seguridad Nacional, la concepción del enemigo interno y el paramilitarismo”.
También critican el hecho de que no se revele a la población colombiana lo que se está pactando en La Habana. Si bien reconocen que durante la firma del Acuerdo General en agosto de 2012, se pactó mantener la confidencialidad de la mesa, “no se puede confundir confidencialidad con secretismo” y esperar que la ciudadanía refrende algo que no conoce.
Las Farc cierran su comunicado diciendo que “nunca nos hemos proclamado figuras angelicales, pero tampoco puede el régimen pretender que somos el propio Belcebú y que las élites gobernantes constituyen una corte de querubines celestiales”.
También reiteran que “las Farc no han venido a La Habana a pactar impunidades” y por ello, no sólo ellas deben pagar, sino también el Estado que “por acción o por omisión, es el máximo responsable del conflicto”.
Por eso, la comisión hace un llamado a la población “a hacer valer el inmenso deseo de paz” y demostrar que ésta “no es pertenencia de partidos, mandatarios o personalidades; la paz es un bien supremo que pertenece a todos”.
El próximo ciclo de conversaciones iniciará el 3 de febrero de este año.
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