JEIMMY PAOLA SIERRA
EFE | LA PATRIA | MEDELLÍN
El edificio Mónaco, símbolo del poder y la ostentación del narcotraficante Pablo Escobar, y situado en El Poblado (Medellín), será demolido hoy, 25 años después la muerte del capo, para cerrar un capítulo doloroso de esta ciudad colombiana.
Decenas de expertos trabajan desde hace días en los preparativos para la implosión del edificio de ocho plantas que fue residencia de Escobar y su familia y que desde su muerte, el 2 de noviembre de 1993, atrae a turistas a los llamados "narcotours".
En el lugar que ocupa la edificación, en el sector de El Poblado, se construirá un parque en memoria de las víctimas del narcoterrorismo con el que Escobar intentó someter a la sociedad y el Estado en los años 80 y 90 del siglo pasado.
El secretario privado de la Alcaldía de Medellín, Manuel Villa, responsable del proyecto de demolición del Mónaco, precisó que el propósito es empezar a contar la historia desde "el lado correcto" a partir de la caída del "símbolo de los victimarios y de la ilegalidad".
Este edificio, que hoy se encuentra en ruinas, fue residencia del jefe del cartel de las drogas de Medellín y blanco de un atentado con carro bomba en 1988 por los rivales del cartel de Cali, en un episodio sangriento de la ciudad.
Escobar eligió al barrio Santa María de los Ángeles, que hace parte de El Poblado, como el lugar para construir en 1986 el Mónaco, bautizado así en honor del principado, y residencia de sus familiares y de sus guardaespaldas.
Además de los 12 apartamentos, dos piscinas, 34 parqueaderos y una cancha de fútbol, el capo mandó a construir en ese predio de 5.000 metros cuadrados un penthouse de dos niveles en el que vivió junto a su esposa y sus dos hijos.
La guerra entre los carteles de Medellín y Cali dejó su huella en esa edificación por el atentado terrorista del 13 de enero de 1988, que causó tres muertos y 10 heridos y dejó al descubierto, entre las ruinas del predio, una colección de decenas de autos deportivos de Escobar.
Tras el atentado, el capo abandonó su búnker que posteriormente fue sede de la Asociación Cristiana de Asistencia y Rehabilitación (Asocar) y de la Dirección Nacional de Estupefacientes, entidad que administra bienes decomisados a narcotraficantes.
Además se convirtió en una sede administrativa y financiera de la Fiscalía, que en el año 2000 soportó la explosión de otra bomba, en esa ocasión dirigida contra miembros del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de esa entidad.
En 2008, el Mónaco fue sometido a un proceso de expropiación y entregado a la Policía, para 10 años después pasar a manos de la Alcaldía de Medellín en un acuerdo con la Sociedad de Activos Especiales (SAE), que finalmente permitió poner en marcha la demolición.
La implosión programada para hoy, que lo reducirá a escombros en solo tres segundos, hace parte de la iniciativa "Medellín abraza su historia", liderada por las autoridades locales para rendir homenaje a las víctimas del narcoterrorismo en la ciudad.
En el sitio se hicieron 2 mil 800 perforaciones para inyectar la carga que será activada hoy a las 11:00 a.m. El edificio caerá en 3,2. Se usarán 280 cargas de indugel, 200 detonadores, 4.000 metros de cordón detonante, 12 personas estarán encargadas de ejecutar la demolición. Para su derribo se instalará mayor cantidad de explosivos que lo habitual, porque las columnas son reforzadas. Iniciarán con detonaciones en la torre de ascensores para dirigir el desplome hacia el centro.
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