Óscar Veiman Mejía
LA PATRIA | Manizales
Los siguientes sueños, producto del Acuerdo que firmaron el Gobierno y las Farc, quedaron en veremos luego del plebiscito del domingo, cuyo resultado favoreció a la opción del No (6 millones 377 mil votos) por encima del Sí (6 millones 431 mil).
- Edison, guerrillero de las Farc: “Cuando esto termine quiero estudiar para ser médico”.
- Federico Duque, estudiante manizaleño: “Esperamos que la guerra termine y que el Gobierno invierta más en educación”.
- Daisy Zuluaga, jueza de Paz comuna Palogrande: “ Hay que acabar con otros grupos criminales”.
El domingo, después de conocer los resultados, surgieron preguntas como ¿Qué va a pasar de aquí en adelante?, ¿a dónde van a parar los acuerdos?, ¿qué hará la guerrilla?, ¿el uribismo se sentará con el santismo?
Para acercarse a las respuestas, LA PATRIA habló con Lorena Delgado, coordinadora del programa de Ciencias Políticas, Gobierno y Relaciones Internacionales, de la U. Autónoma de Manizales, y con el docente del mismo programa, Álvaro Enrique Cárdenas.
Ambos sostienen que actualmente gana la incertidumbre, pues la situación no permite tener certezas. Coinciden en que lo ideal es una alianza política fuerte, que permita a los del Sí y el No ver en qué puntos puede restablecerse la negociación.
“Es que hay asuntos muy difíciles. Por ejemplo, el de justicia: es muy complicado que ahora le digan a un guerrillero que en vez de cinco u ocho años va a pagar 20 o 30”.
Plebiscito le salió caro
“El plebiscito no era vinculante, no era obligatorio, pero desde el inicio de los acuerdos se estableció que iba a realizarse, y no hacerlo sería muy costoso para el Gobierno. No obstante, hacerlo le trajo un resultado inesperado.
En el caso de los paramilitares no hubo proceso, todo se hizo por decreto. No se le consultó a nadie. Resultó por la voluntad del Ejecutivo y cosechó reparos. Entonces, queda la pregunta: el Ejecutivo de aquí en adelante, ¿qué tanto está dispuesto a consultar con la gente?”.
Más que sorpresivo
“La votación del No fue sorpresiva. El Sí es una parte del país que estaba convencida de tramitar el conflicto armado con las Farc a través de los acuerdos. En la sociedad se entendía que lo políticamente correcto era el Sí. Había muchas personas que tenían dudas y estaban más inclinadas al No, pero no lo manifestaban porque decían: yo aún no estoy segura. En realidad había más inconformidad que satisfacción con los acuerdos.
Quienes votaron por el Sí tienen incertidumbre, pues se preguntan qué pasará ahora. Tenían más claro cuál es el proceso por seguir, venía un trabajo gigante de todas las instituciones para armar y empezar a desarrollar lo establecido en los acuerdos, pero era un proceso que estaba más o menos claro y generaba certeza sobre lo que había qué hacer”.
Para renegociar
“Hay incertidumbre en términos de mirar cómo será volver a mirar esos puntos. No se trata de argumentar que no se está de acuerdo con los puntos de participación política y decir entonces 'vamos a quitar eso'.
Hay que entender cuáles son los puntos a los que se puede llegar, en cuáles se está dispuesto a ceder desde las Farc, y en cuáles se puede llegar a un consenso con unos puntos claros”.
¿Por una constituyente?
“La Constituyente tiene sus problemas y más con la polariozación del domingo. Sería muy tortuosa. Llamar a las fuerzas políticas es lo que en este punto será clave. Si este es el camino para la Asamblea Nacional es muy pronto decir que para allá vamos porque son muchos los procesos hechos de otra forma. Los acuerdos de paz negociados en cuatro años tenían una agenda establecida, puntos claros, sobre los que se generaba la negociación. Si se llega a una constituyente, dentro de muchas cosas, implica que no se negociarían seis temas, sino podría ser todo el cuerpo constitucional”.
Unidad nacional
“Se quisiera ser más optimista y pensar que el escenario en vez de generar una crisis política será una fortaleza de los partidos políticos, al aceptar la invitación que hizo Santos de unidad nacional. Sentémonos con los que estaban con el No y miremos cuáles son los puntos y hablemos con las Farc. El Centro Democrático no ha dicho todavía sentémonos, es lo que preocupa al Gobierno, pues el presidente ha sido enfático en que sigue conservando las facultades para negociar y no otras fuerzas políticas”.
Ventaja para las Farc
“Es mejor que se sienten Gobierno y Centro Democrático. En este momento le han dado un papel más importante a las Farc que está con una ventaja en términos de negociación. Los que están en disputa son los del Sí y los del No. Primero habrá que hacer un consenso entre estas dos fuerzas políticas y luego mirar cómo se restablecen los términos de la negociación”.
Campaña 2018
“El otro escenario crítico es que el Centro Democrático intente llevar esto a su campaña presidencial por cuenta del No. Eso quiere decir que mínimo nos llevaríamos dos años en este asunto, en ver cómo sigue, qué pasa cuando se intente posicionar a un candidato otra vez abanderado contra las Farc. Así lo hizo Álvaro Uribe en su primera campaña con el plan de aniquilarlos por la vía militar. Se puso a Santos porque se creía que continuaba con la línea de Uribe. Luego es reelegido y hace la negociación para la paz. Si esto no se resuelve a tiempo, quizá por el tema con las Farc se nos ponga otro presidente”.
Votación geográfica
“Esa tendencia es curiosa. Ver cómo las zonas apartadas del centro del país son las que generalmente han estado afectadas por el conflicto. La mayoría de territorios víctimas se inclina por el Sí, pero no quiere decir que todos. También algunos territorios afectados dijeron No. En el centro las fuerzas políticas son más claras, en Antioquia, por ejemplo, ganó contundentemente el No, lo que da muestra de esa filiación política que lastimosamente permeó el los acuerdos”.
Más política que acuerdos
“Se hablaba si la jornada del domingo era en favor de Santos o de Uribe y eso se vio en las votaciones. Santos vino con un nivel de popularidad decreciente en los últimos años. Si lo comparamos los resultados con los cosechados por Santos contra el Uribismo en las presidenciales del 2014, ni siquiera hubiese alcanzado el umbral de votación que alcanzó para las últimas votaciones presidenciales. Habría perdido más de tres millones de personas que estaban a su favor. Esa distribución del país es curiosa, marca tendencias políticas realmente fuertes. Es cuando uno se cuestiona si el tema de la votación estaba ciento por ciento concentrado en el texto del Acuerdo o de las fuerzas políticas que estaban alrededor”.
Negativo en Caldas
“Es la tierra de Óscar Iván Zuluaga, que es otro abanderado del Centro Democrático. Y presenciamos en las dos últimas semanas una campaña muy fuerte por el No, lo que no se hizo antes. Fue fuerte en medios de comunicación y jornadas presenciales en los municipios. Eso pudo afectar esa tendencia tan grande. En los departamentos donde se da la tendencia a ser más conservadores es donde se vio ese No rotundo como en Santander y Norte de Santander. Se puede decir que en Caldas era natural que sucediera, sería raro que ganara el Sí, porque usualmente ha sido de corte conservador y ha sido fortín político del Centro Democrático, aunque en las últimas elecciones para Gobernación y Alcaldía no tuvo respuesta contundente. Lo que dice ahora el Centro Democrático es 'aquí estamos aún', pese al trabajo que hicieron los congresistas de la Unidad Nacional en las subregiones”.
Abstención relativa
“62% es demasiado, pero tampoco es una novedad en el país. Hay que mirar el síndrome del voto perdido, los medios decían que ganaba el Sí. Hay gente que dice que 'ya va a ganar el Sí, entonces yo para qué voy a votar'. Cada voto cuenta. Eso marca un porcentaje. También hay quienes preferieron abstenerse, es decir, lavarse las manos y que gane el que sea. Sumó lo climático en la Costa, allá participa mucha gente y esta vez la abstención fue del 70% en algunos sitios. Para presidenciales se ha tenido participación del 40% y esta fue del 38%, solo un poco más baja. Hay debilidad en los mecanismos de participación. En el referendo que propuso Uribe, solo una pregunta logró el umbral del 25%”.
Nulos fáciles
“El voto nulo llama la atención porque era fácil votar Sí o No. Por eso, esta vez hay que mirarlo con cierto análisis, también es una manifestación política. Indicó más que nunca malestar, en otras votaciones denotaba confusión en el elector. 170 mil nulos. Ahí hay algo. No marcados: 86 mil, si hubieran marcado los resultados pudieron marcar la diferencia”.
Encuestas rajadas
Esta es la peor ocasión para los encuestadores. Daban porcentajes de 50%-30%, 60%-40%. Había muchos No silenciados y respondían en las encuestas que no sabían o lo iban a hacer por el Sí. Al final se terminaron cambiando por el No. Las encuestas son fotografías del momento que pueden dar unas señas. En este caso hubo muchos temas importantes que fueron en la última semana decisivos y que por ley no los registraron las encuestas. La gente vio unas Farc no derrotada con Timochenko, quien dio un discurso muy político y eso no gustó. Cosas que supo capitalizar el No”.
Por ahora, estas ilusiones y miles más también quedarán a la espera:
Frank, combatiente de las Farc: “Uno en la vida debe ser alguien, y quiero estudiar electrónica”.
Germán Sarasty, abogado: “El reto son macropolíticas sostenibles e incluyentes que tiendan a la superación de la pobreza”.
Héctor Aguirre, deportista: “Que no haya ninguna clase de guerra para que por fin podamos vivir tranquilos”.
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