EFE | LA PATRIA | BUENAVENTURA
Choques armados entre bandas y el recrudecimiento de la violencia por el control territorial provocan desplazamientos y protestas en Buenaventura, principal puerto del Pacífico colombiano.
"Hemos evidenciado más de 30 casas desalojadas, vacías. La gente de la comunidad ha aprovechado el ingreso de autoridades para poder ir sacando sus pertenencias y poder desplazarse a otros lugares", comentó el personero de Buenaventura, Edwin Janes Patiño, durante una visita al barrio Juan XXIII donde se han presentado enfrentamientos los últimos días.
En las calles se pueden apreciar los restos de casquillos de bala y morteros, y las casas presentan ventanas rotas y paredes con huecos de los impactos, que "dan fe de la situación que está viviendo esta comunidad", dijo Patiño.
Ayer ante la llegada de las autoridades, muchos han aprovechado para regresar y recoger sus pertenencias, cargando televisores en los brazos o metiendo muebles en camiones para sacarlos de forma, esperan, temporal.
En el barrio se han vivido dos noches de disparos constantes, ráfagas y explosiones de granada, como relató Juan Valencia, un vecino, que ha huido con su esposa y sus ocho hijos, y volvió por la mañana para ver la situación de su casa.
"Uno con sus niños, vive unos momentos que nunca los ha vivido en su barrio porque uno ha vivido tranquilamente, uno vive unos momentos de pánico", dijo Valencia.
"No es solo los desplazamientos, aquí también hay unos confinamientos y una restricción a la movilidad porque están amenazados con que si se van, les ocupan las casas", denunció el personero, quien pidió una presencia efectiva de las fuerzas de seguridad.
Lucha por el control territorial
El 29 de enero, la Defensoría del Pueblo emitió una alerta temprana "inminente" por la "situación de riesgo" a la que se enfrentaban comunas de esta ciudad, habitada principalmente por población afrocolombiana y que alberga el principal puerto del Pacífico de Colombia, y ponía en peligro a 170.500 habitantes.
El riesgo lo generaba, según la Defensoría, "un nuevo rebrote de violencia" por la disputa interna en el grupo de crimen organizado "La Local", que provocó que se disgregara en otras dos bandas ilegales, Los Shotas y Los Espartanos, que ahora luchan por quedarse con el control de la ciudad.
"Aquí hay un enfrentamiento entre una de las bandas que ha estado peleándose el control de Buenaventura, hay una ruptura interna de esta banda y están disputando quién se va a quedar con el control", explicó ayer el alcalde de la ciudad, Víctor Hugo Vidal, quien pidió a la población "rechazar el control ilegal".
A esta amenaza se suma el conflicto que vive la población semirrural de las afueras por la presencia de otros grupos armados, así como de disidencias de las Farc y el Eln; todos ellos sustentados por actividades ilegales como extorsiones y narcotráfico.
SOS Buenaventura
Los vecinos de la ciudad han lanzado un llamado de socorro, bajo el lema SOS Buenaventura, y se han echado ayer a las calles para pedir el fin de la violencia, cerrando durante horas el acceso al puerto y bloqueando el tránsito de vehículos.
"Nosotros constitucionalmente tenemos derecho a la vida, a la seguridad y a la paz, y esos tres derechos están siendo vulnerados en este momento", dijo un líder de la protesta, Leonard Rentería, que pidió al alcalde y al presidente que les garanticen sus derechos.
Por el puerto de Buenaventura entran gran parte de las exportaciones del país, pero, como denuncian los manifestantes, la actividad comercial no reporta apenas nada en las comunidades, que enfrentan, según Rentería, un 80% de pobreza y un 60% de desempleo.
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