COLPRENSA | LA PATRIA
El club de astronomía del colegio Rodrigo Lara Bonilla, en Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá, recibió tres de los cinco premios en disputa del programa de la NASA y la Agencia Espacial Europea Misión X 2015, una competencia científica en la que vencieron a más de 40 mil estudiantes de 27 países del mundo.
Fueron cuatro meses en los que el club de astronomía Fénix, con sus 150 alumnos y liderado por el profesor Maximiliano Alzate, se entrenó en Misión para vivir física e intelectualmente como futuros astronautas.
El grupo capitalino superó 19 pruebas y fue elegido como el mejor en innovación, desempeño y publicaciones.
El profesor junto con dos de sus mejores estudiantes, Iván Felipe González y David Stiven Guerrero, viajarán en junio de 2016 a Cabo Cañaveral, en Florida (EE.UU.) para hacer una visita al centro de entrenamiento de astronautas y vivir de primera mano las pruebas con las que ganaron la competencia.
El club existe hace diez años, fue el profesor Alzate el que pensó en cómo podrían aprovechar horas extras que estaban en el colegio (por la restricción de pico y placa) para enseñarles algo más a los niños. La astronomía fue la respuesta. Aunque no fue sencillo conseguir el dinero para el observatorio y los equipos, la idea prosperó y ha dado buenos frutos.
“Vivo enamorado de este proyecto, este ha sido un proceso de trabajo con la comunidad y con los estudiantes, que son los más beneficiados, se les abrió el espectro; ya hemos participado en el Festival Internacional de Astronomía, en talleres, hemos ido a Villa de Leyva, vimos el tránsito de venus en el Cabo de la Vela y desde hace cinco años estamos participando en la Misión X”, explicó Alzate.
En el primer año el grupo de 25 alumnos con el que inicio la aventura llegó al segundo lugar, al siguiente año lograron el primer puesto en una sola categoría, en la tercer oportunidad volvieron a ser los segundos, en la cuarta volvieron a la primera casilla y en esta ocasión no solo fueron los mejores, sino que alcanzaron tres premios de los cinco posibles.
“Los resultados son verificados y enviados a la NASA, ellos clasifican y califican a los 40.000 estudiantes del mundo en pruebas que incluyen escalada en roca marciana, caminata espacial, entrenamiento de fuerza de la tripulación”, señaló el docente.
Para Alzate, la clave del programa es que enseña a los jóvenes cómo ser personas integrales para el futuro, “ellos saben que deben comer bien, que deben estudiar, que no pueden descuidar ninguna de las partes, en caso de que los humanos deban preservar el genoma humano, estos jóvenes están en el siglo del conocimiento y a pesar de estar en una localidad vulnerable es maravilloso mostrarles que hay algo más que el microtráfico, las pandillas o delincuencia, que desde acá ellos pueden ver nebulosas, galaxias y planetas sin que nadie les cuente y más que ganar premios, con astronomía estamos salvado vidas”.
Entre los discípulos que enorgullecen al maestro de química, que los martes y jueves enseña astronomía y que también se dedica a una huerta y a varios programas ecológicos, figuran médicos, un exalumno que ahora está en Chile estudiando para hacer sondas espaciales y otro que está en la Agencia Nacional Canadiense, que hace cálculos de satélites artificiales.
“La idea es que ellos con esto se den cuenta de que no hay límite para soñar, que lo pueden hacer, que tienen derecho a sus sueños y que pueden hacerlos reales; estoy satisfecho por lo que ellos logran, no tienen límites, cualquiera puede ser astronauta o científico o cualquier cosa que desee, y esto que estamos haciendo con el club es una prueba”.
Los dos elegidos
David Stiven Guerrero llegó este año desde Boyacá. Entró al club de astronomía, está en noveno y también está involucrado en el proyecto de cuidado del ambiente, con el que buscan proteger la fauna nativa de la localidad, como los copetones y las ranas, y también hacer reciclaje.
“Le ganamos a 26 países, hemos hecho innovaciones, nos hemos preparado como astronautas; luego tuvimos un concurso y ganamos, con mi compañero Iván Felipe, el viaje de diez días a Cabo Cañaveral; vamos a entrenarnos con los astronautas, creo que el proyecto va a tener más alumnos involucrados y seguiré en mi camino para ser ingeniero químico en la NASA”, explicó.
Iván Felipe González es el otro elegido para el viaje, lleva un año en el club y siente que con estos logros tiene más motivación para ser astronauta. “Desde pequeño me ha interesado la astronomía, me ha gustado mirar al cielo y cuestionarme si era lo último en el mundo, este año hemos estudiado mucho: física, química, hemos evaluado teorías y hemos ampliado nuestros horizontes; estos premios nos han servido y ha sido impresionante ver todo lo que nos falta”.
Para González, “el hecho de no tener recursos o el sitio donde estén ubicados, no es límite para hacer las cosas, no importa si hay discapacidades, si vivimos en un barrio estrato dos, las ganas son lo que lo impulsan a uno a hacer algo como lo que hicimos; en junio del 2016 voy a cumplir mi sueño de ver a los astronautas e ir al corazón de la NASA; estoy feliz de llevar el nombre de Colombia muy alto y de ver que puedo lograr tantas cosas”.
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