COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
De ser el protagonista la noche en la que el Once Caldas ganó la Copa Libertadores en 2004 a estar en el ojo del huracán y con un pie en Estados Unidos está Jhon Viáfara. En su contra pesa una petición de extradición relacionada con los presuntos nexos con el Clan del Golfo y Cartel de Sinaloa, de acuerdo con la información entregada por la Policía que arrestó al exjugador el martes.
Ayer, Viáfara dijo: "Yo soy inocente, yo soy amigo de todo el mundo, es muy difícil darse cuenta si de día una persona es periodista y en la noche hace otras cosas".
Expresó que no conoce a alias La Vaca y alias Alonso, con vínculos con el Clan del Golfo. El jugador agregó que está tranquilo y pidió que revisen sus cuentas de ahorros.
Concierto para traficar, distribuir cocaína y concierto para delinquir son los delitos por los que le levantaron cargos al exjugador que también integró la Selección Colombia.
Jamundí (Valle del Cauca) fue testigo de la captura de uno de sus hijos por cuenta de uniformados de la Policía Nacional que desde hace dos años y medio tenían la lupa puesta en Viáfara y los demás miembros de la organización Gedeón.
Coordinador de pago de nómina y vigilante de la ruta del Pacífico hacía México con los cargamentos de estupefacientes, en palabras del director de la Policía Nacional, general Óscar Atehortúa, eran las funciones que desempeñaba Viáfara dentro de la organización que movilizaba la cocaína por mar y aire.
"Establecía contactos en Apartadó y Turbo (Antioquia) para transportar la droga a Centroamérica en lanchas tipo ‘go fast’", detalló el jefe policial sobre la captura del exfutboista que involucro a otras cuatro personas.
Don Alonso, Don José, Pelusa y Mi señor son los sobrenombres de los demás detenidos. A Viáfara le decían Futbolista. Esta banda, según las autoridades, era la encargada de financiar, transportar y contactar a las estructuras del Clan del Golfo y el Cartel de Sinaloa para comercializar cocaína.
De Jamundí las autoridades pasaron a Medellín para dar captura a los sindicados. Don Alonso, reseña la investigación, era una especie de socio capitalista y emisario con los carteles mexicanos con quienes se reunía de manera esporádica con el fin de coordinar las salidas de la cocaína en embarcaciones hacia Centroamérica y Estados Unidos.
A Don José, quien al momento de su detención tenía 50 millones de pesos en efectivo, se le acusa de ser el coordinador principal de la consecución de pistas clandestinas en Colombia y Centroamérica y convencía a grandes inversionistas para la compra de la cocaína.
Pelusa era socio de Don José y encargado de coordinar reuniones con inversionistas y colaboradores en Colombia y países como México. Entre sus funciones estaba la de verificar las coordenadas de las pistas clandestinas y contactar a pilotos para realizar los movimientos de los cargamentos de cocaína en aeronaves pequeñas.
Mi Señor era el encargado de acopiar los estupefacientes en sitios estratégicos y coordinaba con Viáfara las rutas hacia Centroamérica. "Curiosamente al hacer la verificación de Viáfara no le aparecieron propiedades a su nombre y en las declaraciones de renta no reportaba grandes recursos de dinero, por lo que está demostrado que pertenecía esta organización criminal", resaltó el general Atehortúa.
En el expediente que reposa con el nombre de Viáfara se encontró que entre 2008 y 2018, el exfutbolista se habría asociado para mover cargamentos de cocaína a través de lanchas rápidas, semisumergibles y otro tipo de embarcaciones que salían del Pacífico colombiano con destino a Centroamérica.
El prontuario consigna que a esta organización, entre 2017 y 2018, se le incautaron 2.5 toneladas de cocaína, avaluadas en aproximadamente 28 millones de dólares, fueron capturadas 20 personas e incautadas lanchas rápidas y aeronaves.
Viáfara y compañía serán trasladados al pabellón de extraditables de la cárcel la Picota a la espera de que se surta el trámite judicial para que comparezca ante la Corte Este de Texas (EE.UU).
La captura de Jhon Viáfara recordó otros casos llamativos de jugadores colombianos y sus relaciones con el delito.
La mayoría de los deportistas fueron capturados luego de haber dejado una actividad profesional en la que fueron referentes de sus equipos y de la afición que los reconocía como ídolos.
René Higuita, El loco, como se le llegó a conocer, era portero titular del Atlético Nacional cuando fue detenido, en 1993, por negociar la liberación de la hija de un socio del entonces jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar.
Antes de este caso, en julio de 1991 Higuita suscitó un escándalo de carácter internacional tras visitar en la cárcel de Envigado a Escobar, dejando su reputación en entredicho, por la supuesta amistad con el jefe del cartel de Medellín.
Otros jugadores como Lucio España, Jorge Carmona y Elson Becerra, fueron asesinados.
Luis Alfonso Fajardo
En septiembre de 2008 agentes del Cuerpo Técnico (CTI) de la Fiscalía detuvieron al Bendito por el presunto delito de lavado de activos. Fajardo fue sindicado de presuntas irregularidades y lavado de activos en el traspaso y venta de los futbolistas Edison Chará, Rafael Castillo y Felipe Benálcazar. Luego de las investigaciones,el exfutbolista salió libre.
Ómar Cañas
Fue tiroteado en febrero de 1993 por sicarios en Antioquia (noroeste). Una de las tres personas que fueron asesinadas junto al exjugador del Atlético Nacional resultó ser hermano de un jefe de sicarios. Los cuerpos presentaban múltiples heridas de bala y estaban amarrados de pies y manos.
Wilson Pérez
La Policía lo capturó el 16 de octubre de 1995 en el aeropuerto Ernesto Cortizzos de Barranquilla con un paquete que contenía 180 gramos de cocaína cuando iba a abordar un vuelo a Cali. Pérez, que estaba en ese entonces con Unicosta, de la primera división, fue condenado a 50 meses de prisión por delito de narcotráfico.
Felipe Pérez
Fue detenido el 23 de julio de 1993 en su apartamento, en el Poblado (Medellín), donde las autoridades hallaron 20 uniformes militares de camuflaje y munición para fusiles R-15 y MK-2, proveedores de balas y un revólver.
Las autoridades lo vincularon con el Cartel de Medellín porque vivió en un apartamento que perteneció a John Jairo Arias Tascón, alias Pinina, quien llegó a ser el quinto hombre del Cartel de Medellín. Pérez purgó una condena y luego de salir de prisión fue asesinado en Medellín.
Diego León Osorio
Dos años después de ser capturado fue condenado por un juez de Antioquia a cinco años de prisión domiciliaria por los delitos de fabricación y comercialización de estupefacientes. Fue detenido en octubre del 2016 en el aeropuerto José María Córdova de Rionegro con un kilo de cocaína que pensaba llevar a España.
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