JORGE GIL ÁNGEL
EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ
La "Segunda Marquetalia", nombre de una de las disidencias de las FARC, confirmó este martes la muerte de Seuxis Paucias Hernández Solarte, alias Jesús Santrich, uno de sus jefes, en hechos supuestamente ocurridos en el lado venezolano de la Serranía del Perijá y que el Gobierno colombiano intenta confirmar.
"Informamos a Colombia y el mundo, con dolor en el corazón, la triste noticia de la muerte del comandante Jesús Santrich, integrante de la dirección de las Farc-EP, Segunda Marquetalia, en una emboscada ejecutada por comandos del Ejército de Colombia el 17 de mayo", expresó el grupo en un comunicado que fue publicado en una página web y cuya autenticidad no ha podido ser confirmada.
La versión fue divulgada horas después de que el Gobierno colombiano asegurara que tenía "información de inteligencia" que señalaba que Santrich falleció en un enfrentamiento en Venezuela y que medios locales revelaran que habría muerto en un combate con la Guardia venezolana.
El ministro de Defensa colombiano, Diego Molano, dijo hoy, sin dar detalles del supuesto enfrentamiento ni del lugar donde pudo haber ocurrido, que de confirmarse la muerte de Santrich, que incumplió sus compromisos con el acuerdo de paz firmado entre el Gobierno colombiano y la entonces guerrilla de las FARC, "se comprueba que en Venezuela se refugian narcocriminales".
Según la información del que dice ser el grupo disidente, supuestos "comandos colombianos por orden directa del presidente Iván Duque" ingresaron a territorio venezolano donde ocurrió la presunta emboscada y atacaron "con fuego de fusilería y explosiones de granadas" la camioneta en la que viajaba Santrich.
Colombia y Venezuela comparten una frontera de 2.219 kilómetros, pero sus relaciones diplomáticas están rotas desde el 23 febrero de 2019 por orden del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tras un intento del líder opositor Juan Guaidó de atravesar la frontera desde la ciudad colombiana de Cúcuta al frente de una caravana de ayuda humanitaria.
Protagonismo
Santrich ganó protagonismo en las negociaciones de paz entre el Gobierno y las Farc, que culminaron con el acuerdo de noviembre del 2016, y por ser, junto a Luciano Marín, alias Iván Márquez, uno de los altos mandos que decidieron volver a la clandestinidad en una disidencia llamada Segunda Marquetalia.
Su nombre también ganó relevancia cuando fue detenido en abril del 2018 por la Fiscalía, acatando una petición de extradición del Departamento de Justicia de EE.UU. que lo acusa de narcotráfico luego de la firma del acuerdo de paz, pese a lo cual quedó libre en junio del 2019, tras lo cual asumió por pocas semanas un escaño en la Cámara de Representantes antes de volver a las armas.
Casi tres décadas en la guerrilla
Según la ficha de la Interpol, el jefe guerrillero nació el 30 de julio de 1966 en Toluviejo, en Sucre, y recibió el nombre de Seuxis Pausias Hernández Solarte, que se cambió por Jesús Santrich después de unirse a las Farc cuando tenía 21 años.
Formado en Educación con especialidad en Ciencias Sociales, hizo un postgrado en Historia. Nació en una familia de maestros y muy joven comenzó su militancia: primero en la Juventud Comunista (JUCO) y más tarde en la Unión Patriótica (UP), según explicó en varias ocasiones.
Ante el genocidio contra ese partido decidió unirse a las Farc y se vinculó al Frente 19, que operaba en la Sierra Nevada de Santa Marta, frente al mar Caribe, y se hizo cercano a Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad, extraditado en 2004 a EE.UU., donde purga una pena por el secuestro de tres ciudadanos de ese país.
Con un discurso mucho más rimbombante que sus compañeros, fruto de su formación académica, Santrich se jactó de su pasión por la literatura, la música y el dibujo.
De hecho llegó a escribir un libro, Diez Relatos Tayronas, sobre los pueblos indígenas de la Sierra Nevada.
Guerrillero arrogante
En los diálogos de paz celebrados en La Habana hizo parte del equipo negociador de las Farc y se caracterizó por representar a la línea más dura e intransigente de la guerrilla.
Parcialmente ciego por un problema degenerativo, el síndrome de Leber, que afecta los nervios ópticos, Santrich siempre aparecía usando gafas negras y una Kufiyya (pañuelo palestino) sobre sus hombros.
Así fue como se dio a conocer cuando el Gobierno y las Farc estaban en la fase previa de las negociaciones en Oslo y le dijo "tranquilo, Bobby, tranquilo" al jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, en referencia a una canción de Juan Luis Guerra.
También en esa ocasión, al ser preguntado por TVE si las Farc estaban dispuestas a pedir perdón a sus víctimas, respondió en tono burlón con la letra del bolero "Quizás, quizás, quizás", agarrado de su amigo Iván Márquez, jefe del equipo negociador de la guerrilla.
Otro episodio propio de su estilo ocurrió en los pasillos del Congreso cuando arrebató el micrófono y llamó "cretino" a un periodista que le preguntaba a su compañero Byron Yepes acerca de los abortos a los que eran obligadas a someterse las guerrilleras bajo su mando.
Regreso a la clandestinidad
Justamente el jueves la Corte Suprema de Justicia aprobó la extradición a Estados Unidos de Santrich "porque, entre otras razones, las conductas de concierto para delinquir y tráfico de estupefacientes que le son imputadas en el extranjero carecen de connotación política".
A pesar de haber asumido un escaño en la Cámara de Representantes por el partido Farc, el 29 de junio del 2019 se escabulló de sus escoltas y su rastro se perdió hasta que dos meses después apareció en un video con Iván Márquez anunciando que abandonaban el acuerdo de paz para volver a la clandestinidad.
En esa declaración, Santrich criticó al Estado colombiano por haber "traicionado" lo pactado entre las Farc y el Gobierno y acusó al presidente, Iván Duque, de desconocer "que el acuerdo se firmó con el Estado".
Duque fue un blanco de sus esporádicas declaraciones en los últimos dos años.
"'Memento mori', Duque. A Procusto le llega su Teseo, es decir que a todo marrano gordo le llega su diciembre", dijo Santrich en un video grabado el 13 de febrero ante lo cual el mandatario respondió: "No temo a amenazas de delincuentes".
Al dar ayer la noticia de la supuesta muerte de Santrich, el ministro de Defensa, Diego Molano, se refirió al hecho en modo condicional, con lo cual queda por verse si realmente el jefe guerrillero murió o si se trata de una estrategia de su entorno para sacarlo de escena ahora que la Corte Suprema autorizó su extradición a EE.UU.
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