Julieth Zapata
COLPRENSA | LA PATRIA | Bogotá
Así como renace la esperanza en los familiares de los 10 militares y policías que las Farc anunciaron liberar en los próximos días, después de mantenerlos plagiados más de una década, también se agravó la incertidumbre de quienes no saben qué pasará con quienes quedan en poder de la organización armada, que según la Fundación País Libre son 405.
Olga Lucía Gómez, directora de la entidad, señala que pese a que en País Libre están muy satisfechos porque 10 integrantes de la Fuerza Pública volverán a casa, sigue la preocupación por los que no se sabe nada desde hace muchos años y que están en poder de la organización guerrillera.
“Si bien hace unos días las Farc se pronunció en cuanto a terminar el secuestro como un arma de guerra, lo que exigimos a esa organización y al Gobierno colombiano es mirar la situación de estos cautivos que son ciudadanos del común, gente de clase media que han sido víctimas del secuestro extorsivo de carácter económico”, señaló Gómez.
La directora de País Libre dijo que una vez se den las próximas liberaciones hay que ponerse de acuerdo la sociedad civil y el Gobierno para exigir a las Farc que digan la verdad sobre el paradero de los que quedan en su poder.
“Según las bases de datos oficiales hay 405 personas secuestradas por las Farc en los últimos 10 años, pero toca verificar qué ha pasado con cada una de las víctimas en poder de esta organización armada. Hay que ver quién está detrás de cada caso, porque muchas veces la autoría del secuestro inicia por delincuencia común y terminan en poder de la guerrilla”, indicó Gómez, al manifestar que el Gobierno habla, incluso, de 600 personas con paradero indeterminado (no se sabe qué pasó con ellas después de ser secuestradas).
Sin claridad
Por su parte Carlos Andrés Santiago, creador de la Fundación ‘Colombia soy yo’ manifestó que no hay claridad sobre cuántas personas en realidad hay en poder de las Farc: “Hay policías y militares que no fueron secuestrados en actos de servicio, otros privados de la libertad durante tomas guerrilleras, pero las Farc no los reconoce en sus listados oficiales y eso hace que el gobierno tampoco lo haga y que sus familias estén prácticamente solas”.
El creador de ‘Colombia soy yo’ indicó que si el caso de los militares que quedarían en poder de las Farc luego que se den las liberaciones anunciadas es complicado, por el lado de los civiles retenidos la preocupación es mayor.
“Muchos de los secuestrados que llevan años en poder de las Farc pasaron de las listas de plagiados a las de desaparecidos, por eso se dice que las cifras bajaron. Tenemos conocimiento de casos de los llamamos ‘esclavos de las Farc’ que son personas que inicialmente fueron retenidas y que en el momento que su familia no tuvo cómo pagar el rescate, lo que hizo la guerrilla fue ponerlos al servicio de ellos”.
Entre las reseñas que maneja ‘Colombia soy yo’ se encuentra la historia de una secuestrada en el Putumayo a la cual las Farc habrían vuelto su cocinera, ante la imposibilidad de su familia de cancelar por su rescate.
“Se sabe que también lo que han hecho es obligar a este grupo de personas (secuestrados) que no tienen forma de pagar por su liberación, a tomar un fusil para que entren en combate”, explicó Santiago, para quien es obligación de las Farc que digan qué pasó con los demás secuestrados y, si es que están muertos, que le den la cara al país.
Sentimientos encontrados
Pero si en las instituciones que luchan contra el flagelo del secuestro hay preocupación por lo que pasará con las personas que se encuentran en poder de las Farc luego de que ese grupo anunciara que no se dedicaría más a la práctica del secuestro, el panorama entre los familiares de las víctimas es aún más doloroso.
Sara Lucia Pérez es la madre de Juan Rojas Pérez, secuestrados por las Farc desde hace más de 15 años, en zona rural de Granada (Meta). Ella dice que le alegra el anuncio de cada liberación de los privados en libertad en manos del grupo guerrillero, pero que no pierde la esperanza de volver a ver a su hijo.
“Él manejaba un carrito para la zona de Vistahermosa, a donde un día se fue a hacer un negocio de un ganado y nunca volvió. Pocos días después de que mi hijo desapareciera, me llamó un hombre y me señaló que para que Juan volviera con vida debía darles una plata, cuando le dije que notros no teníamos con qué pagar, me indicó que no respondía si no hacíamos lo que nos pedían (…) Nunca más volví a saber de mi hijo”, relata Sara, quien les pide a las Farc que le digan dónde lo tienen o si lo mataron.
Una historia similar es la que viven los familiares del hoy sargento viceprimero Héctor Velásquez Carrillo, secuestrado el 27 de julio de 1997 entre San Antonio de Atenas y Florencia, cuando tenía 22 años. Enrique Cely, su cuñado, dijo que pese a que nunca les han dado prueba de supervivencia de Héctor, existe la esperanza que la guerrilla les diga qué pasó con él.
“A Héctor lo secuestró el Frente Tercero de las Farc en una fonda. Cuentan los testigos que ese día llegaron unos hombres armados en una camioneta y se lo llevaron. Mi cuñado corrió y se escondió en una de las alcobas de la casa donde estaba y de allá lo sacaron a golpes de debajo de una cama”, contó Cely. Ella asegura que el Gobierno dio por desaparecido al militar, por lo que las Farc les dijo que como nadie lo reclamaba, a ellas les valía igual la suerte que corriera.
“Cuando salió un grupo de liberados en el que estaba el soldado William Domínguez yo hablé con él, le mostré unas fotos y me dijo que en algún tiempo había estado con Héctor. Que lo tenían amarrado a unos 80 metros de donde él se encontraba, que estaba barbado y mechudo, que revelaba muchos años más que los de la foto, pero que nunca creyó que fuera un soldado, sino que pensaba que era policía”, indicó Cely.
La familia de Alexander Bayona, un estudiante oriundo de Norte de Santander secuestrado hace unos 10 años en el Valle del Cauca, también padece el no saber nada de su ser querido. Vladdymiro Bayona, padre del joven, dice que nunca ha perdido la esperanza que su hijo vuelva: “Vamos a ir por ellos y ojalá todos los sectores de la sociedad se preocuparan por los que quedan secuestrados”.
Extranjeros en poder de las FarcSegún País libre, hay cinco extranjeros secuestrados por las Farc de los cuales no se sabe nada, entre ellos tres ciudadanos chinos privados de la libertad en San Vicente del Caguán en junio del año pasado.
Hace cerca de 14 años se empezó a hablar de la denominada ‘lista de canjeables’, la cual por años ha generado polémica y rechazo entre los que consideran que la libertad no se debe negociar. La propuesta de canje de las Farc ha consistido en dejar en libertad a militares, policías y políticos secuestrados a cambio de guerrilleros presos.
Durante el mandato de Ernesto Samper (1994-1998) y posteriormente en el de Andrés Pastrana (1998-2002) esa posibilidad tomó fuerza y llegó a concretarse. Sin embargo, la intención del grupo guerrillero de presionar al Gobierno con más secuestros y el fallido proceso de paz del Caguán la dejó sin soporte.
La actual administración, por su parte, se ha mostrado escéptica. No es para menos, pues por esta lista de ‘canjeables’ han pasado al menos 70 personas, entre civiles y miembros de la Fuerza Pública. De éstos, 26 murieron en cautiverio, 11 fueron liberados, 19 rescatados y 7 lograron fugarse.
La pregunta que surge es: ¿qué pasará con los que aún están en poder de ese grupo guerrillero? Según el último anuncio de las Farc, en los próximos días dejarían en libertad a 10 policías y militares, con lo cual se pondría fin al tema de los llamados ‘canjeables’.
Los secuestrados que serían liberados son los militares Luis Alfonso Beltrán, Luis Arturo Arcia, Róbinson Salcedo y Luis Alfredo Moreno. La lista la completarían los policías Carlos José Duarte, César Augusto Lasso (caldense), Jorge Trujillo Solarte, Jorge Humberto Romero, José Libardo Forero y Wilson Rojas Medina. Algunos llevan cerca de 14 años en cautiverio.
Para analistas, esta liberación podría significar un primer paso para un eventual diálogo de paz, pero aún persisten las dudas y la desconfianza. Principalmente, porque consideran que es una “jugada publicitaria” para lograr concesiones del Gobierno y aceptación de la comunidad internacional.
De acuerdo con Vicente Torrijos, internacionalista y docente de la Universidad del Rosario, las liberaciones de los uniformados antes que nada “les quitarían un gravísimo problema de encima y un dolor de cabeza a las Farc, porque ellos saben perfectamente que el Ejército Nacional los tenía en la mira y así lograrían aliviar una carga que están padeciendo”.
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