Luis Francisco Arias B.
LA PATRIA | Manizales
“¡Me parece una barbaridad!”, exclamó el pasado viernes Humberto De la Calle Lombana, jefe negociador del Gobierno en los diálogos con las Farc, al reaccionar a la afirmación del expresidente Álvaro Uribe de que es preferible seguir sentados en La Habana 20 años más que aprobar el Acuerdo Final como está.
“¿20 años más de negociaciones son también cuántos muertos más? Recuerdo que cuando se terminó en Tlaxcala Alfonso Cano le dijo a un miembro de la delegación del Gobierno: ‘Hemos roto, nos vemos dentro de cinco mil muertos’. ¿Entonces, en 20 años cuántos muertos vamos a tener?”, se preguntó De la Calle.
Después de participar en la Marcha por la paz que recorrió el pasado viernes las calles de Manizales, el jefe negociador estuvo en LA PATRIA, donde compartió sus conceptos acerca de la importancia de decirle Sí al acuerdo logrado con esa agrupación guerrillera para que se desarme.
Repitió varias veces: “el logrado es el mejor acuerdo posible”. Llamó a que los colombianos examinen muy bien el camino a seguir, para que el próximo 2 de octubre se vote pensando en lo mejor para el futuro del país.
Agregó: “La ilusión de que uno dice No, se cae el proceso y a los dos días las Farc se sientan y aceptan todo lo que no han aceptado es irrealizable. Lo que puede suceder es que las partes inmediatamente se radicalicen, el cese del fuego queda ‘chilinguiando’ porque las Naciones Unidas se va... Eso de la renegociación, francamente, creo que es un mito. Mis respetos para los que voten No, eso es parte del ejercicio democrático, pero que sepan los riesgos y la incertidumbre que eso implica”.
A nadie le sirve la guerra
En una amena charla en la que incluso recordó, brevemente, su época juvenil en Manizales, cuando aprendió tangos de tanto pasar por la galería desde su casa, en el barrio Campohermoso, hasta el Colegio Mayor de Nuestra Señora, De la Calle reflexionó acerca de lo que ha sido la vida de los colombianos desde su generación. “Hemos sufrido la violencia, en LA PATRIA leíamos las horrendas masacres entre liberales y conservadores, el conflicto ha sido extraordinariamente desgarrador, creo que hay que terminar esto”.
Añadió que las ventajas no son solo que cesa la victimización, sino que con la refrendación del Acuerdo Final habrá más crecimiento económico, empleo e inversión extranjera. “Recordando esas épocas de niño, desde nuestra generación hacia abajo prácticamente no hemos tenido un solo día de paz”.
En una rápida revisión a sus lecturas también recordó al almirante Yamamoto, el japonés que fue el cerebro del ataque a Pearl Harbor y que puso en vilo al ejército de Estados Unidos, hasta el punto de obligar el uso de las bombas atómicas. Un día le preguntaron al militar japonés qué haría si fuera Dios, a los que él respondió: “Si fuera Dios prohibiría la guerra”.
De la Calle agrega: “Es que la guerra no le sirve a nadie, ni siquiera a los combatientes, tampoco a los civiles que es lo que ha ocurrido en Colombia. El propósito de ponerle fin al conflicto es un triunfo para todos, particularmente para los militares, el Ejército y la Policía sufrieron también durante 52 años. ¿Cuántos hogares vieron perecer a sus hijos en las confrontaciones? Lo que hemos logrado ambas partes es lo mejor, que es liquidar este conflicto”.
Un equipo cohesionado
El jefe negociador reconoce que en desarrollo de los diálogos hubo varias amenazas de rompimiento. Recuerda que la situación fue tensa durante la enfermedad del expresidente venezolano Hugo Chávez y el posterior ascenso de Nicolás Maduro en su remplazo. “Se generó una especie de crisis, como de operación tortuga”.
Otro momento crítico fue cuando, en enero del año pasado, el equipo del Gobierno hizo la primera propuesta de justicia, en la que se contemplaban duras sanciones de prisión para los máximos responsables. “Después, con el apoyo de seis juristas encontramos las salidas de justicia que creo que son bastante razonables”.
Sin embargo, el momento más complejo fue cuando se les exigió a las Farc romper sus vínculos con el narcotráfico. “Hubo un momento en el que nos retiramos... Pedí el avión de la FAC para regresar a Bogotá, faltaban pocos días para la elección del Presidente en segunda vuelta, y él con gran valentía nos dijo: ‘Si hay que romper, rompan, porque en el tema del narcotráfico no podemos ceder’. Nos retiramos a nuestra casa hacia las 10 de la noche y a las 11 llegaron los garantes de Cuba y Noruega con una propuesta aceptable”.
De la Calle afirma que para lograr tales resultados fue clave el alto nivel y la cohesión que tuvo el equipo negociador del Gobierno. “El Presidente, en una fórmula inédita, conformó un grupo con personas muy destacadas de distinta procedencia y distintas formas de pensar, lo cual nos obligaba a hacer un ejercicio permanente interno, pero siempre lográbamos posiciones cohesionadas y llevábamos a las Farc una posición sin fisuras”.
Destacó el papel de Sergio Jaramillo, alto comisionado para la Paz, de quien dijo que tiene un enorme conocimiento del país, de la geografía y de las Farc, y quien además es “un gran estratega”.
Resaltó el trabajo de los demás miembros del equipo, como los generales Mora y Naranjo, Luis Carlos Villegas, María Paulina Riveros, Nigeria Rentería y Gonzalo Restrepo, además de todo el grupo de asesores.
Cambios de actitud
Según De la Calle, las Farc han ido cambiando su actitud, al principio bastante cerrada. “Ha habido una evolución en el discurso de las Farc. Ellos deben hablar por sí mismos, yo no soy el intérprete de las Farc, pero sí tengo que registrar hechos. Hubo una manifestación reciente de Márquez contra el secuestro y me parece que fue en la dirección positiva, un poco antes Timochenko hizo otra declaración y ordenó suspender lo que ellos llaman la ‘impuestación’, que es la extorsión”.
Agregó que lo ocurrido en la reciente conferencia guerrillera es la disolución de las Farc como movimiento armado y el nacimiento de un partido político. “Me parece que es un hecho trascendental. Lo que logramos a mí realmente me parece muy difícil de renegociar”.
Al referirse al pronunciamiento de los exjefes paramilitares en el sentido de apoyar el Sí en el plebiscito, De la Calle expresó: “Uno sí registra positivamente eso como un propósito de paz, de reconciliación, estos mensajes de excluir la violencia de la vida cotidiana colombiana son importantes. Celebro un ambiente de reconciliación nacional, que es lo importante”.
Recalcó que ya casi se acerca el momento de regresar a su oficina, a su hogar y a jugar golf. “Yo, de alguna manera, ya terminé mi tarea, estoy sobregirado tratando de ayudar en los días finales. Estoy a la expectativa del 2 de octubre, porque esa es la oportunidad de enrumbarnos hacia un nuevo país”.
Equidad en justicia
“Los actores del conflicto son varios. Qué pasa con un coronel o mayor del Ejército que desvió el cumplimiento de sus funciones y que cometió delitos, también tiene derecho a una salida jurídica, y algunos terceros que financiaron por ejemplo a las autodefensas. La idea es tener una salida jurídica para todos. La solución de justicia es equilibrada, ahora estamos en manos de los colombianos”.
Resumen del acuerdo
“El acuerdo es largo y denso, sin embargo, también es sencillo. Las cinco líneas con las que uno definiría el acuerdo con fáciles: una recuperación del campo, particularmente pensando en el campesino; mejorar la política; darle un enorme avance a la lucha contra los cultivos ilícitos y el narcotráfico; generar una solución de justicia equitativa para todos los responsables de lo que ha ocurrido en 52 años en Colombia; reincorporar a las Farc a la vida productiva legal, y un cese del fuego definitivo y un desarme efectivo y transparente de las Farc, que en 180 días terminan de entregar las armas a la Naciones Unidas”.
Las mayores resistencias
“Hay porciones de la población que tomaron sus decisiones y que son núcleos duros, tanto por el Sí como por el No, que incluso las solas conversaciones con las Farc ya les molestaban, y hay un grupo de indecisos que está en un proceso de elaboración mental, de mirar qué es lo bueno, lo malo. El conocimiento del acuerdo, en líneas generales, sí ha mejorado. Las mayores resistencias las encontramos en aquellas personas que han sufrido menos la violencia. Donde el conflicto ha sido muy duro encuentro más receptividad al Sí, y también más capacidad para reconciliarse”.
Mitos
“Inundaron las redes sociales con cosas enormemente falsas y negativas, mitos. Han puesto a circular la tesis de que la solución de justicia es impunidad. Puede que haya alguien a quien le parezca que es poco, que no es correcta, pero decir que es impunidad no es correcto. Hasta la fiscal de la Corte Penal Internacional dijo que no se trataba de una amnistía general e incondicional y que no era un paso hacia la impunidad”.
Papel de las críticas
“Las críticas las recibíamos, no las falsedades, pero las críticas razonables nos servían como tarjetas amarillas, de algún modo servían para mostrarle a las Farc que teníamos que hacer una cosa tan bien hecha que fuera razonable y que los colombianos aceptaran”.
Apoyo de la Iglesia
“El papa ha apoyado varias veces el proceso. Hemos estado con la Conferencia Episcopal, y a mí me parece completamente razonable que diga: ‘Nosotros somos la Iglesia de todos los colombianos, voten a consciencia’. Nos parece lógico que mantenga la tutela espiritual, y en particular siempre ha estado atenta a ser informada de lo que ocurre en la mesa”.
Enfoque de género
“Lo que se hizo fue encontrar que particularmente la mujer ha sufrido más el conflicto y en muy distintas condiciones, como madre, como esposa, como hija, y que ha tenido el deber de mantener un hogar en medio de la confrontación. Resaltamos la obligación de atender de manera prioritaria a las mujeres, y entender que si queremos reconciliación la mujer es la transmisora de valores, la que inicia la educación de los niños. Si queremos tener un país nuevo es sobre la base del impulso de las mujeres”.
Entrega de armas
“Con el término dejación las Farc lo que querían decir es que la foto agachados entregando el fusil no la íbamos a ver los colombianos. La solución que se encontró me parece muy equilibrada: “el conteiner en el que quedarán solo tiene una cerradura, que la maneja Naciones Unidas, y tendrá todos los sistemas electrónicos de vigilancia. Los protocolos fueron negociados por cinco altos oficiales de la Policía colombiana. Eso no fue un juego de azar o de unos civiles ingenuos”.
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