ARGEMIRO PIÑEROS MORENO
COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
Por estos días, Rodrigo Lara es el congresista que más dificultades le genera al Gobierno, y que tiene, como coloquialmente se dice, con los pelos de punta al ministro del Interior, Guillermo Rivera, quien en lo corrido de estos cuatro meses que lleva la legislatura no ha logrado que el Congreso apruebe ninguna de las normas de implementación de los acuerdos de paz.
Para muchos sectores, lo que viene haciendo Lara desde la Presidencia de la Cámara es como una crónica de una muerte anunciada al Gobierno: es decir que sería crítico, que se opondría a varias normas y que desde el trámite legislativo, dilataría la aprobación de normas.
Lara dice que esto viene pasando porque el Gobierno actuó con descoordinación y le dio prioridad a la reforma política para premiar al liberalismo y la U, sin importar que estaban de por medio normas como la ley de Justicia Especial de Paz (JEP).
- ¿La agenda legislativa de paz está en su peor momento en el Congreso?
El Ministerio del Interior cometió un error anteponiendo la reforma electoral, también conocida como la ley Cristo, a los demás proyectos de implementación de los acuerdos de La Habana. La ley electoral que se discute modifica reglas electorales en pleno proceso electoral, lo cual hace imposible un consenso sobre los temas, dado que los sectores políticos quieren que la reforma se ajuste a sus afugias electorales.
- ¿El no haber tenido estos intereses electores fue lo que ayudó a que en el primer semestre sí fluyera la agenda?
Si en verdad se hubiese actuado con responsabilidad, si se hubiera dado trámite primero a la ley estatutaria de la Justicia Especial de Paz (JEP) antes que a esta reforma electoral, eso nos hubiera dado tiempo y tranquilidad para discutir un proyecto tan importante como la JEP. Pero prefirieron discutir la agenda electoral y con esto le cerraron el paso a los temas que sí son de verdad del desarrollo de los acuerdos.
- Hay ocho proyectos del fast track en trámite y con base en la interpretación del Gobierno ese mecanismo va hasta el 16 diciembre. ¿Si alcanza el tiempo?
Los tiempos son supremamente apretados y es angustiante el escenario. Ha habido poca coordinación en la presentación de estas iniciativas y no se ha tenido por parte del Gobierno las prioridades en materia de desarrollo legislativo.
- ¿Habría otro camino distinto al fast track para sacar esta ambiciosa agenda?
Sería a través del trámite ordinario, pero después del periodo de sesiones que inicia en marzo del otro año el país está en elecciones y por consiguiente la actividad legislativa está en velocidad mínima.
- ¿Con los cambios ya pactados, sí saldrá rápido la JEP en su paso por las plenarias?
No puedo negar que se ha dado un progreso por la inclusión de algunos de los puntos sugeridos por el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, en materia de persecución de los activos mal habidos de las Farc y del cierre de las listas. Sin embargo, quedan dos temas muy importantes por resolver. Uno, la definición de la restricción efectiva de la libertad, que no puede quedar únicamente a interpretación de los señores jueces. Y en segundo lugar, el régimen de impedimentos e inhabilidades de los magistrados de la JEP. Son magistrados que van a tener mucho poder y por ende deben tener controles.
- ¿Debe el Gobierno en retirar la reforma política?
Es que la reforma política no puede entrar a operar para estas elecciones del 2018. El proceso electoral inicia formalmente el 11 de noviembre, con el proceso de apertura de inscripciones. Cualquier modificación de las reglas del juego es inconstitucional y sería una trampa a la democracia. No creo que nadie en el Gobierno piense modificar las reglas de juego en plena campaña, eso sería inédito.
¿La campaña de Vargas Lleras o del candidato de Uribe estará dirigida a enfrentar a las Farc o al coalición de centro-izquierda?
El propósito de la reforma electoral es crear un frente común de izquierdas en el cual participen los marxistas del Polo Democrático, los anarquistas sin sistema del Partido Verde, el exministro Juan Fernando Cristo, el exgobernador Sergio Fajardo y el partido de las Farc. Ese va ser un frente común que se va a organizar y será el gran adversario de Germán Vargas.
"Ya sabemos cuáles son los candidatos a la Presidencia de la República que están en el partidor, hay 30 en el abanico, pero se reducirá a 3 ó 4 candidatos con posibilidad de llegar hasta el final de la carrera", Rodrigo Lara.
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