Katherine Vega
Colprensa | LA PATRIA | Bogotá
Las delegaciones de paz de las Farc y del Gobierno Nacional siguen trabajando en La Habana, tras completar la bitácora que reúne las propuestas del No y han informado sobre los avances.
El jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, envía videos diarios; el presidente, Juan Manuel Santos, hace alocuciones, entrega resultados y por redes sociales las Farc insisten que próximamente habrá un Acuerdo final. Como lo hizo este viernes, el jefe de su delegación de paz, Iván Márquez: "El extraordinario esfuerzo desplegado por las partes en la Mesa pronto será premiado con el Acuerdo de paz definitivo", escribió en Twitter.
Del nuevo Acuerdo, sin embargo, se saben algunas especificaciones, así que solo cuando se entregue el documento final se entenderán los cambios, que además deberán reunir el mayor consenso nacional posible; cambios que según los líderes promotores del No, deben ser profundos.
De lo que se sabe por el momento se pueden destacar temas de la reforma rural, del narcotráfico, de la sostenibilidad fiscal, y del enfoque de género. Pero este último, otra vez, causa molestias.
Los avances
Según el presidente Santos, en materia de desarrollo rural se precisó que los programas para los campesinos incluyan actividades como agroindustria o turismo, para generar empleo y oportunidades en el posconflicto.
También se habría incluido un fortalecimiento de las autoridades locales, pero en definitiva: "Se mantiene vivo el compromiso con el campo a través de una política de recuperación de la familia campesina, que impulse el acceso equitativo a la tierra y que cree condiciones de vida digna".
Cuestión que confirmó el jefe negociador, quien dijo: "En la reforma rural integral no hay dudas sobre la propiedad privada ni sobre la competencia del Gobierno".
Según el presidente, también en lo político se propuso que la Misión Electoral debe incluir a todos los partidos, con el fin de fortalecer la democracia y la transparencia electoral. Y se logró concretar aspectos de cómo será la cooperación de las Farc en la lucha contra la droga.
Además, para atacar de manera más efectiva el problema del consumo de drogas, se robustece el papel de la familia y de los grupos religiosos en la política de prevención y atención a los consumidores.
A lo anterior se sumarían las especificaciones sobre la sostenibilidad fiscal: “Algunos han dicho, ¿cuánto va a costar ese posconflicto? (…) Nosotros haremos las inversiones necesarias en función de nuestra disponibilidad fiscal, pero les quiero decir que ya lo introdujimos en el Acuerdo, para que el concepto de sostenibilidad fiscal sea respetado y así disipar cualquier duda”, dijo el presidente Santos.
El dilema del enfoque de género
"Sobre el enfoque de género, quiero confirmar lo que he dicho ante diversos grupos religiosos: el enfoque de género no es ideología de género. Lo que se busca es reconocer el mayor impacto del conflicto sobre la mujer, sus derechos como víctima y su papel para la reconciliación. Eso quedó incluido", dijo el presidente Santos en el último informe que entregó sobre la renegociación.
Y fue aún más claro: "Hemos subrayado que la familia es el núcleo de la sociedad. Las discusiones sobre el matrimonio no hacen ni harán parte del Acuerdo".
Ante esas declaraciones, y por lo que dicen las iglesias cristianas y líderes del No como la exministra Marta Lucía Ramírez, dicha modificación en el Acuerdo sería la que estaban buscando. Primero, por el énfasis que se le daría a la familia y, segundo, porque ven la necesidad de que se especifique que el enfoque de género –algunos quieren que el término desaparezca por completo— se refiere al tratamiento especial que deberían recibir las mujeres como víctimas del conflicto.
Entonces la duda que se ha generado es: ¿En dónde quedan las comunidades LGTBI?
Para Marta Lucía Ramírez, por ejemplo, se les debe mencionar en el Acuerdo como una minoría por la que el Estado tiene que responder, considerando que hay informes que señalan que han sufrido en el marco del conflicto por su orientación sexual, pero no se tienen que tratar temas que no correspondan a lo que se está negociando.
“Nos están decretando la muerte civil
Para Germán Rincón Perfetti, quien es abogado y activista LGTBI, de tratarse el enfoque de género solo refiriéndose a las mujeres, se estarían imponiendo los preceptos de las iglesias cristianas.
“Lo que está sucediendo es una ataque frontal a la democracia. Ya que se quiere imponer un Gobierno religioso o una teocracia, en vez de una democracia. Lo que están haciendo las iglesias cristianas es sacando la biblia, volverla un puñal y decretarnos la muerte civil”, dice.
Explica que de lo que se habla es de un enfoque diferencial, del que surgen el enfoque étnico, el indígena y el de género, que incluye tanto a las mujeres como a la población LGTBI.
“Los enfoques diferenciales han sido desarrollados académicamente en el sentido de que algunas poblaciones requieren un trato diferente, para que el derecho a la igualdad sea real. Lo que hace es decir: existe una población que ha sido excluida y maltratada históricamente, que requiere un plus frente al resto de personas, que no están en las mismas condiciones”.
Recuerda que a ellos se les ha maltratado durante el conflicto por su condición de persona homosexual y por ello es necesario el enfoque diferencial. Cuestión que, cree, no se presenta de la misma manera en las iglesias cristianas, pues aunque todos han sido víctimas del conflicto, a los cristianos no se les ha perseguido por el hecho de serlo.
Y coincide con la exministra Ramírez en que hay temas que no corresponden al Acuerdo, dice que es el de la familia: “Acá lo que están tratando de imponer es una dictadura religiosa y que los conceptos de ellos estén en todas partes".
En esta renegociación todavía falta mucha tela por cortar. La revisión del Acuerdo se hace por los 57 ejes temáticos que definieron con los promotores del No y, por lo que afirma el jefe negociador del Gobierno, en La Habana se están discutiendo temas de reincorporación, sanciones restrictivas de la libertad, jurisdicción especial para la paz y los relacionados con terceros.
Temas complejos que, incluso, han generado rumores de que las Farc se han levantado de la mesa, ante los que De la Calle aclaró oportunamente: “No es cierto que alguien se haya retirado de la mesa: ni las Farc ni el Gobierno. Cerramos la reunión normalmente, pero con grandes distancias”.
Por eso todos están a la espera de los resultados, especialmente en los aspectos de justicia, que fueron los que se generaron las mayores críticas al Acuerdo. Mientras llegan las respuestas, los miembros de las Fuerzas Armadas retirados del país manifestaron su apoyo a la Justicia Transicional diseñada en La Habana.
Lo anterior porque tras un encuentro entre el presidente, Juan Manuel Santos, y 31 oficiales en retiro que representaron a las 17 principales organizaciones que han conformado, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, dijo: “Hemos llegado a la conclusión de que el modelo diseñado durante largo tiempo por el Gobierno es el mejor”.
Lo cual reiteró este viernes el presidente al decir: “En cualquier circunstancia, los miembros de nuestras Fuerzas Armadas, soldados y policías, no quedarán en condiciones inferiores en materia de la aplicación de la justicia transicional, comparado con lo que se les va a dar a los miembros de la guerrilla”.
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