COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
En una incertidumbre jurídica se encuentran los hermanos Mora Urrea, pues su caso no se encuentra ni en la justicia ordinaria ni ante la Jurisdicción Especial para la Paz. El clan se hizo famoso luego de que la Fiscalía los acusó de auxiliar a la antigua guerrilla de las Farc como propietarios de una cadena de supermercados ubicada en poblaciones de Tolima y Cundinamarca, y en sectores populares de Bogotá.
Tras conocerse la noticia, una horda de vándalos atacó, saqueó y destruyó algunos locales. Mientras eso sucedía, Norberto, Luis Alirio, Uriel y Edna Mora Urrea comenzaban su desfile ante los juzgados donde se les acusó de delitos relacionados con lavado de activos.
Tras las audiencias de rigor, la Fiscalía radicó el escrito de acusación y previo al llamado a juicio, el juez de la causa advirtió que al haber personas de las Farc involucradas en el expediente no era competente para dirimir el asunto, por lo que le pidió al Tribunal de Bogotá que asumiera el proceso.
Desde allí argumentaron lo mismo y remitieron el expediente a la JEP. Ese tribunal está en mora de un pronunciamiento para decidir si acepta el proceso o decide no admitirlo para que continúe ante la justicia ordinaria.
Sea cual sea el camino, la defensa de Norberto Mora, asumida por el movimiento Cárceles al Desnudo, presentará una serie de documentos con los que esperan demostrar lo que ellos han denominado como “violaciones al debido proceso, al buen nombre y a la presunción de inocencia”.
Según explican en el escrito de acusación, el ente investigador relaciona los informes periciales suscritos por un investigador de nombre Jefferson Álvarez Benavides quien, al parecer, revisó y entregó un dictamen sobre los libros contables y los informes financieros de Norberto Mora Urrea.
Álvarez Benavides también aparece firmando el análisis de la información financiera del peritaje que se les hizo a las empresas Supermercados Cundinamarca y Transportes Cundinamarca. Aparece bajo el radicado FPJ 13.
Con esos documentos, la Fiscalía argumentó que el clan de los Mora Urrea tuvo un incremento patrimonial que no era acorde a la actividad económica que ejercían y ante el juez expusieron unas cifras que estaban en el informe de Álvarez Benavides.
Sin embargo, para la defensa, ese informe se constituye en una prueba sin validez toda vez que para la Junta Central de Contadores “no está facultado para dar fe pública de hechos propios del ámbito de su profesión”.
Así se desprende de un documento emitido por ese órgano el 28 de abril del año pasado tras solicitud de la defensa a raíz de que, para ellos, fue desproporcionado lo mencionado por el perito que, aparentemente, fue contratado como investigador adjunto para este caso.
La Junta de Contadores señaló en su concepto que “en la base de datos se encontró que Jefferson Manuel Álvarez Benavides radicó su solicitud de inscripción y expedición de tarjeta profesional de contador público el 6 de junio de 2017, la cual se desistió mediante resolución 674 del 8 de agosto de 2017”.
A pique
Actualmente, los Supercundi no tienen la misma oferta de productos que mostraban hace unos años. A raíz del proceso jurídico, su administración pasó a manos de la Sociedad de Activos Especiales que le entregó el emporio a la oficina de los abogados Páramo.
La planta de personal que antes del escándalo era de unos 1.100 empleados, actualmente llega a unos 500, los cuales, además, denunciaron demoras en pagos. Personas que conocen el manejo de los supermercados señalaron que las ventas actuales diarias por punto de venta no superan los $10 millones, mientras que antes oscilaba entre $60 millones y $70 millones.
Los testimonios
La otra base de la acusación son los testimonios de guerrilleros que estuvieron en las filas de las Farc y sostuvieron que conocieron que hubo nexos con los Mora Urrea. Una de esas declaraciones es la de Etifer Quiroga Vargas, que estuvo en el frente 53.
La Fiscalía presentó su declaración ante el estrado y, además, en la lista de testigos para el juicio es la segunda persona que será citada por el ente acusador para que confirme la teoría de que los Mora Urrea son testaferros de esa guerrilla.
Quiroga le dijo al investigador de la Fiscalía que vio a Norberto Mora Urrea reunido con el Zarco Aldinever y el Loco Iván hablando de negocios. También contó que lo conoció como colaborador de la guerrilla lo mismo que a Luis Mora Urrea. "No sé precisamente en qué invertían la plata".
Sin embargo, cuando se desmovilizó Quiroga, le entregó otra versión al Gaula del Ejército. En un informe de carácter reservado al que tuvo acceso Colprensa, confiesa que dentro de esa organización era la de arriero, es decir, guerrillero base.
Al Ejército le dijo que en sus dos años y medio como guerrillero conoció al cabecilla de ese frente Antonio José Montoya, a quien le decían Diablo, y a su escolta personal, Indalexis Gómez, Arcángel. Pero nunca mencionó al Zarco Aldinever, que no es de poca monta ni de fácil olvido, pues se decía que era el heredero del Mono Jojoy.
¿Montaje?
Según la defensa, se trata de un supuesto montaje de la Fiscalía. En la JEP, la respuesta saldría en menos de un mes, de acuerdo con fuentes consultadas.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015