
Tropas del Ejército llegaron hasta un complejo de campamentos, talleres y caletas que le permitían al Bloque Oriental de las Farc tener el control del negocio del narcotráfico en los departamentos del Guaviare, Guainía, Vaupés, Meta y Vichada.
El complejo estaba situado en la vereda Brisas del Itilla, del municipio de Calamar (Guaviare), en donde el frente primero de esa organización coordinaba y articulaba la logística y las finanzas de seis estructuras delictivas, entre ellas, los frentes 7, 27, 39, 44 Acacio Medina y Víctor Saavedra.
La operación ofensiva estuvo a cargo de la Brigada Contra el Narcotráfico, la Brigada de Fuerzas Especiales, el Batallón de Aviación de Operaciones Especiales adscritas a la División de Aviación Asalto Aéreo, en conjunto con La Fuerza Aérea.
Durante la operación, denominada Júpiter, las autoridades encontraron varias infraestructuras, como aulas, áreas de entrenamiento y demás instalaciones utilizadas por el grupo subversivo. El lugar era usado para concentrar y entrenar a guerrilleros de diferentes frentes, entre los cuales se incluyen menores de edad e indígenas reclutados forzosamente. Esa información fue corroborada por subversivos recientemente desmovilizados de esa organización armada ilegal, que dan cuenta de que el frente está compuesto en un 80 por ciento por menores e indígenas.
Según el Ejército, este golpe igualmente permitió corroborar el vínculo entre la subversión y el negocio del tráfico ilícito de estupefacientes, poner al descubierto las coordinaciones de tipo logístico como desplazamientos, movimiento de material, contactos, transacciones y seguridad que unen a los bloques occidental y sur de las Farc.
Destruidos
La operación permitió la destrucción de dos campamentos que servían como escuelas de formación para mandos de todo el bloque oriental con capacidad para albergar a 120 personas, ocho campamentos de seguridad para los subversivos que resguardaban los laboratorios, un taller para la fabricación de minas antipersonal, tatucos y cilindros.
También, un taller para la reparación de armamento y fabricación de morteros artesanales y cinco laboratorios para el procesamiento y elaboración de pasta base de coca, que tenían la capacidad de producir mensualmente alrededor de media tonelada del alcaloide. Así mismo, se incautó gran cantidad de insumos líquidos y sólidos que fueron destruidos en el lugar.
Las tropas ubicaron, además, mil granadas para mortero y artefactos explosivos, fusiles y pistolas, así como alrededor de 5 mil cartuchos y repuestos para las mismas. También se incautaron de víveres que superan la media tonelada; uniformes, sudaderas, botas, sintelitas y dotación de intendencia para más de 180 guerrilleros.
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