BOGOTÁ | Colprensa | LA PATRIA
Desde su posesión, el presidente Iván Duque Márquez definió como uno de sus principales objetivos lograr la salida democrática de Nicolás Maduro del poder en Venezuela y en los pocos meses que lleva de mandato ha hecho esfuerzos significativos, con la ayuda de su ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Holmes Trujillo, para cumplir ese propósito.
La primera movida que realizó el Gobierno, aunque muchos en su momento la calificaron como inocua, fue protocolizar la salida de Colombia de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), con el argumento de que solo ha servido para darle un respaldo regional al régimen del mandatario venezolano, mientras que nunca se pronunció sobre las violaciones contra los derechos humanos cometidas por su gobierno.
El canciller Trujillo inició luego una gira regional para exponer la crisis migratoria de los venezolanos, que se ha venido incrementando en los últimos años y de la que Colombia es el mayor receptor, con más de un millón de migrantes.
Y a pocos días de la posesión de Maduro para un nuevo mandato, Colombia fue uno de los promotores de una declaración en el Grupo de Lima que desconocía la legitimidad de su Gobierno. Esta estrategia ha contribuido a llevar a Venezuela al punto en que se encuentra esta semana.
Los ojos del mundo están puestos ahora en lo que pueda pasar en el vecino país luego de Juan Guaidó, líder de la Asamblea Nacional de Venezuela se declarara presidente interino de ese país, en medio de una multitudinaria marcha por el regreso de la democracia en Venezuela.
En muy pocas horas, en una seguidilla de anuncios, varios países le dieron su reconocimiento como mandatario legítimo de los venezolanos. Estados Unidos, Colombia, Perú, Canadá, España, Brasil fueron algunos de los que se manifestaron.
El mismo hecho de que Duque hubiera hecho el anuncio acompañado por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y la vicepresidenta de Perú, Mercedes Aráoz, muestra, como lo ha dicho el canciller Trujillo, el carácter multilateral que ha logrado la estrategia.
Mauricio Jaramillo, profesor vinculado a la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, dice que la estrategia que ha venido desarrollando Colombia ha estado relacionada con acabar la tolerancia del Gobierno “dictatorial” de Nicolás Maduro en Venezuela, y al mismo tiempo generar un aislamiento internacional para hacer inviable la continuidad de Maduro en el poder. “La idea es que sienta toda la presión para que negocie una transición con la oposición o para que esta simplemente acceda al mandato”.
Esta tesis es apoyada por el analista Jhon Mario González, quien sostiene que desde el inicio la tesis del Gobierno de Duque fue endurecer la postura de Colombia, en vez de lidiar con el Gobierno de Maduro, como lo hizo Juan Manuel Santos. Esto con distintos fines, uno de ellos, según el experto, para que el país pueda superar muchos de los problemas que se originan en la frontera.
Agrega González que si hay un cambio de Gobierno en Venezuela, el Estado colombiano puede recuperar la colaboración binacional en muchos frentes, como el judicial. Se podría comenzar, señala el analista, una persecución a los miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los demás actores armados que hacen presencia en la frontera compartida entre ambas naciones. Además, se podría generar estrategias de lucha contra el contrabando, el tráfico de estupefacientes y el incremento del comercio bilateral.
“Con Venezuela en el año 2007 llegamos a tener unos US 8.000 millones en exportaciones, que al día de hoy sería más o menos US 12.000 mil millones en comercio bilateral. Eso es casi el 30% de nuestras exportaciones, un mercado que se vino a cero, con la crisis. Es decir, si Maduro cae y se instala un régimen democrático, Colombia tendría un nicho de mercado importantísimo para aumentar considerablemente sus exportaciones, entonces las ventajas que podemos obtener con la caída del régimen venezolano son enormes”, agrega González.
El experto también menciona que otra de las estrategias de Duque es ganar un protagonismo internacional y lo está logrando. Considera que hubiese sido mejor prepararse para una situación como la que está sucediendo y que fueran los representantes de otros países los que llevaran la principal carga, pero reconoce que la ‘movida’ le está saliendo bien a Duque.
Señala el analista que al Gobierno le sirve el protagonismo internacional para apuntarle a otros objetivos de la Nación, pero también le ayuda al presidente en su popularidad interna, lo que significa, según el experto, que si llega a caer Nicolás Maduro, los principales réditos, tanto internacionalmente como a nivel de Latinoamérica y de la opinión pública, serán para Duque.
Ronald Rodríguez, director del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, sostiene que el papel de Colombia es innegable y contundente en todo lo que está sucediendo con Venezuela, pero que, muy seguramente, el gobierno colombiano debe empezar a medir qué puede surgir de ahora en adelante porque una transición de poder no es fácil.
“Los llamados a participar en los procesos del manejo de la crisis democrática que vive Venezuela y el manejo de la crisis migratoria, le ha dado a Colombia un protagonismo que para muchos sería no tan deseable porque se tensiona demasiado la relación con un vecino país tan complejo cómo es Venezuela. Por ejemplo, si cae Maduro, tenemos que estar preparados para que los actores chavistas traten de proteger o refugiarse en el territorio colombiano, sobre todo en la zona de frontera donde hay presencia de más de 17 organizaciones criminales, donde hay una lógica que hace que el ELN ya no sea un grupo guerrillero colombiano únicamente, sino que es un grupo guerrillero que tiene componente venezolano”, agrega el experto.
Frente a este aspecto, Jaramillo dice que con la proclamación de Guaidó y con reconocimiento de muchos estados de ese líder como presidente, no se sabe muy bien si Venezuela va a tener elecciones como ha sugerido la Unión Europea y muchos de los países. “No sabemos si va a tener un gobierno paralelo con el de Maduro o si finalmente esto a derivar en una nueva negociación para defender una transición, es difícil saber hacia dónde hacia dónde va esto a porque estamos en los momentos de mayor incertidumbre de Venezuela los últimos años”, puntualiza.
“Yo no creo que el régimen de Maduro esté, realmente, en la capacidad de llevar una guerra prolongada de guerrillas, por poner un ejemplo, o que esto se convierta en una guerra civil absoluta. Pero la caída de su gobierno puede traer un aumento en la oleada migratoria para Colombia, pero solo en un comienzo. Luego, la consolidación del nuevo mandato va a permitir que muchos venezolanos regados por toda América Latina y el mundo vuelvan a su país”, agrega Jhon Mario González.
Por lo pronto, el presidente Duque sigue endureciendo su posesión frente al Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y no parece que, por el momento, vaya a bajar el protagonismo que ha tenido. Incluso, pidió a Rusia y a China, gobiernos que manifestaron su apoyo a Maduro, que no interfieran en al proceso de transición democrática en el vecino país.
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