Katherine Vega
LA PATRIA | Bogotá
El representante interino del PNUD en Colombia, Arnaud Peral, habló sobre los programas en los que vienen trabajando con miras al posconflicto y con los cuales se pretende hacer que el proceso de paz con las Farc sea un éxito.
Afirma que es necesario hablar de las inversiones de la paz, sin denominarlas como costos, pues, con o sin acuerdo, hay brechas que se tienen que cerrar, teniendo en cuenta los objetivos sostenibles de la Agenda 2030. Y hace un llamado a la necesidad de darles voz a las regiones y dejar de canalizar toda la atención en los debates políticos.
Cercano
¿Cómo ven desde Naciones Unidas los dos últimos acuerdos firmados en La Habana?
Son noticias alentadoras. Dos acuerdos en la misma semana era algo que no habíamos visto desde hace un buen tiempo. Nos da esperanza de que estar muy cerca de la firma del acuerdo final.
¿Ya se está trabajando en las zonas de concentración?
Hay un grupo de avanzada de la Misión ONU que está aquí trabajando en temas administrativos y operativos, viendo aspectos logísticos y financieros. No tenemos donde serán y nos interesa que los programas que adelantamos sean complementarios en los territorios donde se va a hacer el proceso de desmovilización, desarme y reintegración.
¿Está Colombia preparada para el posconflicto? En el Congreso se dijo que sólo el 2% de las víctimas ha recibido atención psicosocial...
Hay que distinguir lo que son las tensiones políticas alrededor del proceso de paz. Hay muchas voces que ocupan las primeras planas en los medios y creo que es importante escucharlas, pero hay que escuchar otras voces en los territorios. En los dos años que llevo en Colombia recorriendo el país he visto experiencias extraordinarias de reconciliación sobre las cuales construir y que dan esperanza de que mañana, cuando se firme el acuerdo, se van a poder potenciar. Pero nos preocupa que no se visibilizan lo suficiente estas experiencias, se canaliza demasiado en esos grandes debates que invisibilizan lo que se está haciendo en el territorio.
¿La resistencia civil estaría opacando esas acciones?
No lo diría de esa manera. Hay que entender que hay escepticismo, dudas y es normal. Estamos hablando de un acuerdo que va a ser histórico, que va a tener muchas repercusiones, pero también tenemos que ayudar a que se escuchen esas voces desde los territorios, desde el optimismo, desde la esperanza que va a traer este proceso de paz. Hay tanto que se está haciendo en este país que es una lástima que no se escuche más en los medios de comunicación.
Con o sin acuerdo
¿Alcanzarán los recursos de la cooperación internacional?
Hay un gran compromiso de la comunidad internacional hacia Colombia en este momento histórico, pero los esfuerzos mayores van a venir del pueblo colombiano. Es un error hablar del costo de la paz. Las inversiones que se van a hacer hay que hacerlas con o sin acuerdo, porque estamos hablando de resarcimiento de víctimas, de generación de empleo, y otros programas. Son brechas que hay que ir cerrando, como se ha planteado en la agenda 2030 y creo que la paz permitirá el avance y cumplimiento de esas metas.
¿Cómo está trabajando el PNUD con la Alta Consejería para el posconflicto?
Intercambiamos información sobre experiencias internacionales de programas de respuesta rápida. Muchos acuerdos de paz han sido un éxito o un fracaso, en función de lo que se haga en los primeros 18 meses. Hay dos programas que ya están funcionando. Uno es Vamos a la paz, una alianza con universidades que envían estudiantes a diferentes programas que tienen que ver con reconciliación y con fortalecimiento de capacidades municipales. Hay 300 estudiantes de diferentes áreas por todo el país y es un programa que está dando muy buenos resultados.
¿Cuándo sería la próxima convocatoria?
Los primeros que fueron terminan a final de junio. En las próximas tres semanas haremos una convocatoria para el segundo semestre.
¿Cuál es el otro programa?
Manos a la obra por la paz, que tiene dos dimensiones. Una económica, porque va a generar empleos temporales en comunidades que han sido muy afectadas por el conflicto y que están viviendo en situación de pobreza; y una de bienes públicos, que apunta a generar bienes públicos, como puentes, centros de acopio, mejora de vivienda, de escuelas. O sea, obras que pueden ser hechas entre tres a seis meses y que se van a hacer de manera conjunta con la comunidad.
Mano a la obra por la paz comenzará en Turbo (Urabá). Son 12 departamentos y 45 municipios para esta fase. Los departamentos son Antioquia, Arauca, Bolívar, Caquetá, Cauca, Chocó, Córdoba, La Guajira, Nariño, Putumayo, Valle del Cauca y Meta.
Otros proyectos
1. Apoyar las juntas de acción comunal
2. Erradicación de cultivos y sustitución en parques nacionales
“Lo que queremos es unir fuerzas, mandatos y capacidades para potenciar esos programas y llevar rápidamente resultados concretos para la gente en los territorios afectados por el conflicto”.
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