Cuatro jóvenes aparecen muertos en posible nueva masacre

EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ

Los cuerpos de cuatro jóvenes, desaparecidos el pasado fin de semana, aparecieron ayer sin vida en un corregimiento de Nariño, presuntamente asesinados en una posible nueva masacre.

Las víctimas fueron identificadas como Yulieth Melliz, Fabio Alejandro Navia, Julián David Ortiz Hoyos y Daniel Felipe Paz, de entre 22 y 30, de Patía (Cauca) que habían ido al municipio de Policarpa, en Nariño, en busca de trabajo en el campo.

Los familiares reportaron su desaparición el viernes, cuando se marcharon a Nariño y dejaron de dar señales de vida.

La Alcaldía de Patía confirmó ayer el deceso de los jóvenes en un comunicado en el que rechazan "los actos de violencia" y aseguran que comenzarán la "investigación oportuna para esclarecer los hechos".

Las autoridades encontraron el automóvil en el que iban las víctimas en un precipicio en la zona rural del Ejido, próximo a Policarpa, pero la hipótesis de accidente ha sido rechazada por habitantes de la zona.
"A los pelados (jóvenes) los asesinaron, les tiraron el vehículo para el abismo y a ellos les dejaron ahí para que se pensara que era un accidente, pero no; ellos tienen impactos de bala", comentó un vecino de la zona, que pidió el anonimato por las amenazas que sufren de grupos armados la población.

Crecimiento de inseguridad

La situación en esta zona, próxima a la frontera con Ecuador y donde abundan las plantaciones de coca, ha empeorado en el último año, con mayor presencia de grupos paramilitares y vinculados al narcotráfico que se disputan el control de las zonas y ha disminuido la presencia de la Fuerza Pública, según relató la exalcaldesa de Policarpa Claudia Cabrera.

"Allá gobiernan los grupos al margen de la ley; los grupos son los que hacen y deshacen, y tienen sus propias reglas, amedrentando a la población", explicó Cabrera.

Los jóvenes, al ser de otra comunidad, podrían haber sido asesinados por algún grupo que los considerara desconocidos y por ello sospechosos, según apuntan varias fuentes.

De hecho, una alerta temprana de la Defensoría del Pueblo del 2018 ya señalaba que grupos criminales como el Clan del Golfo estaban apostando a personas de civil en los centros poblados para que les avisaran de la llegada y presencia de extraños.