EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ
La condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) al Estado colombiano por el secuestro, la agresión sexual y las torturas a la periodista Jineth Bedoya significa una victoria para los derechos colectivos de las víctimas de violencia sexual y un llamado de atención para mejorar su protección y asistencia.
Así lo consideró la actual subeditora del diario El Tiempo en una rueda de prensa en Bogotá, en la que aseguró que es "un momento histórico", después del fallo del lunes del tribunal, que significa una "reivindicación de derechos colectivos" y no solo "justicia individual" en su caso.
"La reivindicación que tanto busqué hoy está aquí y lo que me alivia en el alma y compensa en algo tanto dolor (...) es que no lo logré solo para mí; miles de mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia sexual y mujeres periodistas violentadas, perseguidas y estigmatizadas por hacer su trabajo por fin son reconocidas y escuchadas", dijo Bedoya.
El tribunal, con sede en San José (Costa Rica), considera que el Estado colombiano "es responsable internacionalmente por la violación de los derechos a la integridad personal, libertad personal, honra, dignidad y libertad de expresión en perjuicio de la periodista" y por los abusos sexuales de los que fue víctima el 25 de mayo de 2000.
Ese día la periodista fue secuestrada por paramilitares en las afueras de la cárcel La Modelo de Bogotá durante 16 horas, tiempo en el que "sufrió graves agresiones verbales, físicas y sexuales", y finalmente fue abandonada cerca a Villavicencio.
Bedoya investigaba para el diario El Espectador, en el que trabajaba, la violencia y un posible caso de venta de armas y tráfico de secuestrados en la cárcel que involucraba a paramilitares, narcotraficantes, la guerrilla, policías y militares, y la CorteIDH considera que el Estado fue cómplice de su secuestro.
"Tal vez nunca pueda ver tras las rejas al general de la Policía que ordenó mi secuestro, ni a los hombres que lo ejecutaron, pero eso quedará en la conciencia del Estado", aseguró ahora la periodista.
La sentencia
La sentencia habla de la existencia de "indicios graves, precisos y concordantes de la participación estatal en los referidos hechos" y también declaró la responsabilidad del Estado por la violación de los derechos a las garantías judiciales, protección judicial e igualdad ante la ley.
"Es un paso definitivo para contar la historia de un caso particular, pero que acabó siendo la voz de miles de mujeres", indicó en la rueda de prensa el director de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), Jonathan Bock.
Esta sentencia reconoce lo que la FLIP, que llevó el caso a la CorteIDH en 2011, venía demandando. "Jineth fue sometida, con la aquiescencia y colaboración del Estado o cuanto menos su tolerancia, es una verdad que ha sido negada", dijo Bock.
Disculpas
El director de la Defensa Jurídica del Estado, Camilo Gómez, llegó a levantarse del banquillo en marzo de este año para luego pedir un "perdón parcial" por algunos hechos y volver a repetir ayer, en declaraciones a la emisora Blu Radio, que pedirá "disculpas a Jineth Bedoya, a nombre del Estado, las veces que sean necesarias".
El presidente de Colombia, Iván Duque, aseguró el lunes que "la sentencia de la CorteIDH se cumplirá en su totalidad", palabras que Bedoya agradeció al tiempo que pidió ahorrar burocracias para conseguir que lo que estipula la sentencia se cumpla en el año y medio que dan de plazo.
"La Corte hoy nos está dando una oportunidad a usted, como representante del Estado, y a mí, como víctima y sobreviviente, para hacer historia", le dijo la periodista a Duque.
Bedoya comentó que, aunque "salir de la tristeza es un camino largo y reconstruir 21 años no es fácil", ahora quiere "mirar hacia atrás para llenarse de fuerza y poder mirar hacia delante".
"Creo que si me llegase a morir hoy, ya me puedo morir tranquila porque le dejo algo a este país y le dejo algo a las mujeres del mundo y eso vale más que cualquier otra cosa", aseguró con un nudo en la garganta.
Más puntos de la sentencia
El tribunal internacional encargó que se inaugure un centro estatal de memoria y dignificación de todas las mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado y del periodismo investigativo, y que el programa de la colombiana No es hora de callar, una publicación transmedia que aloja la web de El Tiempo para dar visibilidad a la violencia machista, se difunda de manera estatal por el sistema de medios públicos.
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